La doble moral
del pueblo israelí; por un lado se sigue queriendo mostrar como víctima, cuando
desde hace más de sesenta años han llevado a cabo un genocidio sistemático en medio
oriente.
Armando Enríquez Vázquez
Quién conozca la
historia del actual estado de Israel, estará de acuerdo que muchas veces nada o
poco tiene que ver con la historia del pueblo judío y si más con un grupo de
elite formado en su mayoría por hombres y mujeres blancos, occidentales,
racistas, clasistas y que desprecian la naturaleza humana.
Cuando los judíos
fueron expulsados de Israel por cristianos y más tarde por musulmanes comenzó
la diáspora y el peregrinar de los judíos por Europa y Asia. Algunos teólogos
cristianos dirán que es con la expulsión de los judíos de Israel cuando Dios
abandona al pueblo que no cumplió su pacto con Jehová al no reconocer a Jesús
como el Mesías y cuando esa religión pierde su estatus del Pueblo Elegido, gracias
a este tipo de pensamiento el errar de los judíos por el mundo no será fácil y
estigmatizará a todo un grupo de seres humanos.
Tal ves por eso,
los judíos se convirtieron en un grupo sectario, que se vio obligado a vagar
por el mundo y a ser blanco de odios, progroms y señalamientos. Ellos
que son un pueblo pragmático dirán que es porque se hicieron de bienes
materiales, que manejaron en el dinero y en una época sin bancos se tornaron prestamistas,
algunos de ellos usureros. Con el surgimiento de la banca se volvieron
banqueros e inversores de proyectos muy lucrativos. Los judíos abandonaron a
Dios para adorar a un ídolo dorado, la envidia de los demás los convirtió en
blanco de las fuerzas reinantes y de las mayorías de los lugares a los que
llegaron. Muchas veces fueron expulsados de territorios o encerrados en ghettos.
Aunque la idea del ghetto existió desde la diáspora fue a partir de 1516 en
Venecia cuando se utilizó la palabra por primera vez al referirse a una isla a
la que fueron confinados los judíos y que en realidad la palabra se refería al
lugar y no a los judíos.
Nadie
absolutamente nadie merece ser segregado, torturado, golpeado, asesinado por su
ideológia, raza, preferencia sexual, religión o cualquier otra diferencia
física o mental, sin embargo una de las historias favoritas de los grupos
humanos es el argumento de la otredad para atacar a grupos de seres humanos que
se piensan diferentes por esos motivos y que en realidad son idénticos genética
y biológicamente a ellos.
Desde el final de
la II Guerra Mundial y el descubrimiento del genocidio Nazi, en especial contra
los judíos, pero no solamente hubo gitanos, negros, enemigos políticos, republicanos,
guerrilleros entre otros, los israelíes no han dejado en más de 70 años de
victimizarse cómo si ellos hubieran sido los únicos que sufrieron el horror de
violencia racista Nazi. Cómo si ellos representaran a todo un continente.
Muchos de
los grupos víctimas de los Nazi, no han recibido el reconocimiento de su
trágica historia, a diferencia de cierto sector de judíos ayudados, incluso, de
forma internacional para despojar a otro pueblo de su tierra. El protectorado inglés
de Palestina, ocupado por los ingleses desde finales de la I Guerra Mundial al
desaparecer el Imperio Otomano. Desde ese momento se intentó crear dos naciones
una palestina y otra judía. Con una contundente negativa de ambas partes. Al
finalizar la II Guerra Mundial, tras el descubrimiento del genocidio Nazi y la
constante migración de judíos europeos, askenasi en su mayoría, a lo que ellos
decidieron llamar la tierra prometida, y no abandonada o perdida. Cuestiones
semánticas dirán algunos, de propaganda kitsch pienso yo, los grandes
capitales judíos en Estados Unidos inclinaron la balanza y las decisiones de
Estados Unidos, Inglaterra y la naciente pero ya manipulada ONU para crear el
Estado de Israel. Los askenasi son una grupo de judíos que habitaron en la
parte central y oriental de Europa.
La llegada de los askenasi al protectorado de Palestina
marcó una nueva etapa del racismo en la historia de la humanidad. Los blancos
judíos originarios de Europa despreciaron y maltrataron, no sólo a árabes y
cristianos de la zona, si no a los mismos judíos nativos de Palestina; morenos en
su mayoría pero que nunca abandonaron aquel territorio. El libro Spies of no
Country del periodista canadiense de religión judaica, Matti Friedman, pone
en claro como los espías judíos originarios de Protectorado de Palestina,
esenciales para el nacimiento de Israel y su lucha contra los árabes, fueron
olvidados por la historia y por los askenazi.
Una vez establecido el estado israelí se inició uno de los
más sanguinarios y racistas planes de necropolitica del último siglo. Acabar
con los palestinos y los pueblos musulmanes y católicos de la región de la
península del Sinaí para reestablecer esa tierra judía que en su momento
perdieron y que siguen llorando sin haberlo sabido defender, como lo hizo el
sultán Boabdil al perder los territorios del califato en España y que sirvió
par que su madre le hiciera el histórico reclamo de: No llores como una
mujer, lo que no supiste defender como un hombre. Dicho por más machista,
inventado pero que también podemos aplicar a la diáspora judía que nunca dejó
de llorar la tierra perdida y que una vez recuperada a fuerza de billetes y oro
se han encargado de establecer un estado racista cuyo plan principal a partir
de armarse hasta los dientes y desafiar a aquellos que promovieron su
consolidación o amenazarlos con retirar capitales de su territorio, ha sido un verdadera
masacre racial que ha alcanzado uno de sus puntos más álgidos este año, con el
genocida Netanyahu al frente de este sacrificio de seres humanos. Nethanyahu
no sólo es racista, es un émulo de los peores dictadores eliminando no solo a
las razas que el consideran impuras o herejes, si no a periodistas, así como a
los simpatizantes de Palestina y de los musulmanes, de la misma manera que
Adolfo Hitler.
Pensar en un nuevo eje del mal constituido por Estados
Unidos, Israel y algunas naciones europeas, en contra de una alianza, no menos
siniestra, de Rusia, China, Corea del Norte e Irán es pensar en como en los
próximos años la geopolítica del mundo habrá de cambiar de manera radical lo que tal vez no cambie es la necropolitica
de acabar con la población Palestina que tanto ofende a los Askenazi racistas,
intolerante y arrogantes que desde su poder económico intentan hacernos creer
que siguen siendo víctimas cuando son los victimarios del Medio Oriente.
imagenes: Vecteezy
Amnistia Internacional España
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