Durante las
temporadas de 1943 y 1944 los Acereros de Pittsburgh no lograban reunir los
jugadores para formar un equipo entonces se unieron a otras franquicias con los
mismos problemas.
Armando Enríquez
Vázquez.
Durante los años de la II Guerra Mundial en los Estados
Unidos se les pidió a los habitantes del país un gran número de sacrificios y
existieron productos que se racionaron a la población o que incluso se dejaron
de elaborar, por darle preferencia a productos bélicos que utilizaban la misma
materia prima.
Muchas empresas y organizaciones se vieron limitadas y
tuvieron que aprender a buscar alternativas para funcionar. Muchos jóvenes
partieron con rumbo al frente y las ligas deportivas se vieron forzadas a
sustituir a hombres por mujeres, así surgió en 1943 una liga profesional de
beisbol femenil, pero en el caso del futbol americano esta sustitución no
parecía posible.
1943, vio desaparecer al equipo de Cleveland llamado Rams
por la incapacidad de reclutar jugadores. Otros equipos enfrentaban los mismos
problemas. Entre ellos los Acereros de Pittsburgh, Art Rooney dueño de los
Acereros, junto con Bert Bell uno de los dos propietarios de las Águilas
presentaron a la Liga la petición para hacer una fusión entre ambas franquicias
para la temporada de 1943. Se dice que Filadelfia tenía 12 jugadores, mientras
que Pittsburgh tan sólo llegaba a 6. La Liga permitió que las dos franquicias
se unieran formando una que mantuviera la integridad de ambos equipos. El
resultado fue un equipo llamado Combinado de Filadelfia Pittsburgh Águilas
Acereros, pero rápidamente un periodista de Pittsburgh bautizó al equipo
como Steagles.
Otro de los problemas que enfrentó la NFL durante ese periodo,
fue que la mayoría de los jugadores eran jóvenes que por alguna razón había
sido rechazados para servir en el ejército, ya fuera por cuestiones de tener
una familia a la cual mantener o porque tenían algún tipo de problema físico
que los inhabilitaba para el servicio militar. Por ejemplo la estrella del
equipo y líder en la NFL ese año en promediar yardas ganadas por pase, con 419
yardas en 19 recepciones fue un hombre llamado Tony Bova que era ciego de un
ojo y débil visual en el otro. Se dice que había jugadores con pie plano,
sordos, incluso algunos que sufrían de ulceras sangrantes entre las franquicias
de la NFL. De cualquier manera Bova jugó con los Acereros hasta 1947.
Ni Pittsburgh, ni Filadelfia eran en esos años franquicias
ganadoras y la distancia entre ambas de ciudades, mayor a los 300 kilómetros, hacía
casi imposible las sesiones de entrenamiento para el equipo. El equipo no
parecía tener muchas oportunidades de hacer algo más allá del ridículo en la
temporada.
Los entrenamientos se llevaban a cabo en un lote baldío lleno
de cristales rotos y latas oxidadas de aceite, detrás de una gasolinera, y al
parecer al primer entrenamiento no se presentaron los entrenadores del equipo.
A pesar de todas las dificultades los Steagles lograron en temporada de 1943 un
record de 5 ganados, 4 perdidos y un empate. Sólo un juego detrás de los Pieles
Rojas de Washington y los Gigantes de Nueva York que terminaron en primero y
segundo lugar de la conferencia este de la NFL. Lo que resulto ser también la
primera temporada ganadora en la historia de las Águilas de Filadelfia y la
segunda para los Acereros de Pittsburgh.
Otro acontecimiento memorable de la temporada 1943 de la
NFL, fue que ese año se implementó finalmente el uso obligatorio de casco en
todos los equipos de la Liga.
Al terminar la temporada las cosas parecieron volver a la
normalidad, ya que el ejército de los Estados Unidos decidió no enlistar a mas
hombres. Para 1944 los Rams de Cleveland se reagruparon y regresaron a la NFL.
Además, se creó una nueva franquicia en Boston y al deshacerse la unión entre
Filadelfia y Pittsburgh surgió un nuevo problema para la NFL al contar con 11
franquicias por lo que el comisionado de la liga Elmer Layden comenzó a sondear
la posibilidad de invitar a dos equipos a unirse. Pittsburgh seguía en problemas
para lograr una alineación así que en 1944, Art Rooney consiguió aliarse a otra
franquicia para repetir la aventura del año anterior con Filadelfia.
La elección en 1944, tras muchos rumores, ofertas y
contraofertas, fue la de unirse al equipo de los Cardenales de Chicago, en ese
entonces la franquicia más antigua de la NFL aun no abandonaba la ciudad donde
había sido creada, pero su trayectoria como equipo perdedor lo había llevado a
no ganar un solo partido en 1943.
Esta franquicia fue bautizada con el nombre de Card-Pitts,
que para triste fortuna del equipo pronto hizo que los fanáticos enojados en la
ciudad de Pittsburgh los rebautizaran como carpets. El nombre recordaba por su
sonido a la palabra alfombra o tapete que fue lo que este equipo resulto ser.
El peor equipo de la historia de la NFL. Fue
como lo calificó Art Rooney el legendario dueño de los Acereros de Pittsburgh.
Con un record de 0 ganados y 10 perdidos los Card-Pitts
terminaron como el peor equipo de la temporada. Entre las marcas de la infamia
que obtuvieron los Card-Pitts se encuentra que el promedio de yardas en sus
patadas de despeje que fue de tan solo 32.7 yardas. El equipo a lo largo de la
temporada sólo intento dos veces anotar goles de campo y en ambas ocasiones
falló. El pateador Conway Baker falló 4 de sus 15 intentos por anotar un punto
extra. 41 pases interceptados que aun mantiene un ignominioso tercer lugar en
las estadísticas históricas de la NFL. A los Card-Pitts les anotaron 328 puntos
contra sólo 108 que ellos anotaron, aun así, no son ni por mucho el equipo que
menos puntos haya anotado en una temporada y hay otros renglones en las listas
de la ignominia de la Liga en la cual no aparecen los Card-Pitts, lo cual
contradice un poco a Rooney, quien tras el milagro de 1943 debió sentir que su
parte de los Acereros volvía a ser el equipo perdedor de antaño, en parte por una
pésima decisión de su parte.
La situación entre los jugadores y los entrenadores llegó a
ser tan frustrante que antes del último partido de la temporada frente a los
Osos de Chicago. John Grigas, el corredor del equipo abandonó el equipo dejando
dos cartas una para su compañero de cuarto y la segunda dirigida a los
entrenadores y administradores del equipo:
Estimados entrenadores y directivos:
La decisión que he tomado
puede ser ni ética, ni correcta, piensen lo que quieran de ella, pero creo en
lo más profundo de mí que es la mejor.
Siempre he tenido el
deseo y el hambre que tanto mencionan en las sesiones de trabajo, pero ¿cuánto
tiempo puede una persona mantener ese ánimo?, depende de lo que suceda en el
terreno de juego. La mente humana es parte de nuestro espíritu, que a su vez
está influido por el cuerpo. Cuando tu pensamiento es modificado por las
constantes palizas que recibe semanalmente el cuerpo, el espíritu no puede ser
el mismo…
…He jugado cada
partido de principio a fin y nunca me he quejado, porque es obligación justificar
un sueldo. El dinero no era la meta principal. La meta era jugar futbol y
divertirme un poco teniendo una temporada ganadora…
…Para finalizar, sólo
puedo decir que estoy muy apenado de mi decisión, pero estas cosas no son
fáciles de explicar. Buena suerte y que ganen por lo menos este partido.
Atentamente
John Grigas.
La temporada terminó con otra derrota y también la historia
de los Card-Pitts.
En 1945 la NFL volvió a la normalidad, Acereros y Cardenales
tuvieron otra vez temporadas perdedoras, pero lograron ganar por lo menos un
juego, mientras que las Águilas de Filadelfia consiguieron su tercera temporada
ganadora en su historia.
Mientras que por un lado los Steagles han sido celebrados y
recordados por aficionados y periodistas deportivos en más de una ocasión como
un triunfo del espíritu, los Card Pitts, son un mal sueño que nadie quiere
recordar.
Las tres franquicias que intervinieron en estas fusiones han
sobrevivido en la NFL, los Cardenales peregrinando por diferentes sedes, pero manteniéndose
como el equipo más antiguo de la Liga, mientras que tanto los Acereros, como
las Águilas han dado muchas satisfacciones a sus seguidores tanto en
Pittsburgh, como en Filadelfia.
Imagenes: www.nytimes.com
en.wikipedia.org