Durante la segunda guerra entre China y Japón del siglo pasado, existió
una mujer que sirvió a los intereses del Imperio Japonés a pesar de
haber nacido una princesa china.
Armando Enríquez Vázquez
En 1906, según algunos, y en 1907 de acuerdo con otros, nació en Pekín Aisin Gioro Xianyu, su nombre significa la
Perla de Oriente. Hija
del Príncipe Su y una de sus concubinas. La niña creció y se educó en
la corte, cuando cayó el Imperio Chino, un mercenario japonés llamado
Naniwa Kawashima, que había prestado sus servicios y se había convertido
en amigo del Príncipe Su, le pidió el Príncipe chino, a la niña en
adopción, ya que a pesar de estar casado, Naniwa no tenía hijos, para
educarla y criarla en Japón. El Príncipe accedió, y la niña fue enviada a
la Ciudad de Matsumoto en la prefectura de Nagano en 1914. Kawashima
cambió el nombre de la niña que desde ese momento se llamó Yoshiko
Kawashima y fue educada por el padre de su padrastro en el más puro
estilo japonés. No existe ninguna información que indique porque al
final ni Naniwa, ni su esposa se hicieron cargo de la pequeña Aisin
Gioro Xianyu.
Yoshiko fue violada por el viejo Kawashima y también se convirtió en
amante del mercenario que la adoptó. Con el tiempo y dentro de su
educación aprendió judo, kendo, a montar a caballo y esgrima, lo que a
los ojos de las demás estudiantes mujeres educadas en la tradición
japonesa hizo de Yoshiko una chica diferente y de espíritu muy libre,
como la describieron sus compañeras muchos años después. Yoshiko rara
vez vestía el tradicional kimono y casi siempre vestía ropas
occidentales, sobre todo pantalones para montar. A los 17 años, después
de una decepción amorosa que involucró a un militar, Yoshiko, intentó
suicidarse sin conseguirlo. Al terminar la escuela abandonó la casa de
Kawashima y se dedicó a la vida bohemia. Teniendo relaciones sexuales
con hombres y mujeres por igual. Se corta el cabello y comienza a vestir
como hombre, con corbatas y uniformes militares, costumbre que le
quedará de por vida.
En 1921 su padre biológico murió y junto con él su madre, ya que las
tradiciones de la familia imperial obligaban a las concubinas de un
príncipe a inmolarse junto con él. Yoshiko, se casó por instrucciones de
su padre adoptivo, en 1927 con un hijo de líder del movimiento
revolucionario de Manchuria y Mongolia el General Jengjuurjab, Naniwa
creía que este matrimonio ayudaría al Imperio Japonés a afianzar su
posición en China y Mongolia. Pero el matrimonio no duró ni un año,
Yoshiko abandonó su hogar y a su esposo y se dirigió primero a Hong Kong
y después a Pekín para continuar con su vida de bohemia. Finalmente
regresó a Japón y se instaló dentro del barrio chino en Tokio, cambiando
su nombre por el de Yang Kue Fei, una famosa concubina de la corte del
Emperador Hsüan-tsung, de la dinastía Tang, y a la que la leyenda
atribuye la caída del Imperio. Durante esos años Yoshiko se dedicó a
seducir a hombres ricos a los que sacaba dinero y después abandonaba.
Su linaje real, le valió una invitación a la corte del depuesto
Emperador Pu Yi, quien la estimaba como la prima que era. Yoshiko aun en
la corte continuó con su vida y en ese entonces conoció al agregado
militar de la embajada japonesa en China y jefe de la inteligencia
japonesa, Ryukichi Tanaka, de quien se enamoró y él aprovechó para
ponerla en la nómina del espionaje japonés. Yoshiko sintió siempre un
gran amor por su país adoptivo, pero se puede decir que también tenía
afecto por la China Imperial, donde ella era miembro de la realeza. Por
lo que se prestó rápidamente a los planes del japonés para atacar a
hombres de negocios japoneses en Shangai, donde para entonces la pareja
vivía junta, y provocar un clima de tensión entre la República China y
Japón que provocara la invasión nipona y la reinstalación del Imperio.
Esto suscitó, como Tanaka lo esperaba, el llamado incidente del 28 de
enero de 1932, que en realidad fue el preludio a la guerra entre ambas
naciones y fue una pequeña guerra que duró hasta Mayo de ese año. Se
dice que Yoshiko celebró los bombardeos y masacre de chinos por parte
del ejército japonés. También se cuenta, que durante los meses que duró
el conflicto Kawashima tuvo como amantes a un hijo del líder republicano
chino Sun-Yatzé y al agregado militar inglés lo que le permitió
informar a Tanaka de los puntos de vista occidentales acerca del
conflicto y de las luchas internas entre los líderes de la República
China.
Tanaka fue llamado a Japón en agosto de ese año, en su lugar quedó el General Kenji Doihara, a quien se le apodaría
Lawrence de Manchuria,
tras su llegada a Shanghái, el General, estaba ansioso por conocer a
Yoshiko, que ya para entonces era una de las armas importantes del
Imperio Japonés en China. A los pocos días de su llegada viajó a
Manchuria. Ya en la provincia china, un hombre se presentó en la oficina
del General insistiendo en hablar con el militar, negándose a dar su
nombre a los asistentes del General. Doihara salió y molesto interpeló
al hombre que se limitó a decirle que sería de gran ayuda para la
conquista de China, al pedirle su nombre, el personaje una vez más se
negó y sonrió, por lo que el General japonés desenvainó su espada y
rasgó chaqueta de aquel hombre dejando al descubierto el cuerpo de
Yoshiko. Entonces la espía se presentó entre carcajadas, se dice que el
General viendo a la mujer le dijo que había actuado de esa manera tan
cortés, porque ya sabía que se trataba de una mujer. Y la leyenda dice
que ya en privado Doihara le contaba a sus compañeros que había tenido
que cerciorarse que la joven no hubiera resultado lastimada, examinando
cuidadosamente su blanca piel centímetro a centímetro. El general y la
espía idearon la forma de lograr que Pu Yi, regresara a Manchuria y con
la ayuda de los japoneses encabezara al Imperio desde la recién formada
provincia de Manchukuo, un estado
independiente y protegido por
el Imperio Japonés en el noreste de China. Tras planear un ataque y
contratar a los mercenarios que lo llevaron a cabo, contra la casa de Pu
Yi, Yoshiko acudió a su primo para advertirlo de que los peligros para
él y su familia continuaban y sería mejor irse a Manchukuo, donde los
japoneses lo protegerían. Escondido en la cajuela del carro de Yoshiko,
Pu Yi, escapó hacia el nuevo estado. Una Vez que Pu Yi fue reconocido
como emperador de Manchukuo, Yoshiko se dio a la tarea de contratar a un
gran número de mercenarios y crear un ejército propio que atacaba las
posiciones de las fuerzas anti japonesas. En esos días fue reconocida
por la prensa japonesa como una de las heroínas de la guerra contra
China y se le denominó la
Juana de Arco de Manchuria.
Yoshiko gozaba de fama entre los habitantes Manchukuo y participaba
en la vida social de Hsingking, capital del Imperio Manchú, así como en
la de Tokio. Fue su momento de gloria, invitada a programas de radio y a
presentaciones públicas, se convirtió en uno de estandartes de la
propaganda japonesa, incluso Yoshiko llegó a grabar un disco en el que
ella cantaba. Abrió un restaurante y por un tiempo regresó al ritmo de
vida que a ella le gustaba. Fue entonces cuando conoció a la actriz
japonesa del mismo nombre Yoshiko Yamaguchi, en una velada donde la
actriz se había disfrazado de china y Yoshiko como era su costumbre
vestía como hombre, al parecer fue amor a primera vista y las dos
mujeres comenzaron a pasar mucho tiempo juntas hasta que el padre de la
actriz prohibió la relación debido a la fama de Yoshiko como espía,
mujer peligrosa y bisexual. En 1937, Yoshiko es llamada a Japón ante las
peticiones de ex amantes militares entre ellos Ryukichi Tanaka que se
niegan a asesinarla como era el plan original. Mientras Yoshiko escribe
sus memorias y hace nuevas grabaciones la policía secreta japonesa
mantiene vigilancia sobre ella. En los años que permaneció recluida en
Japón Yoshiko se volvió a encontrar con su tocaya la actriz y después de
pasar una velada juntas, la actriz se despertó para encontrar una carta
que la espía le había dejado sobre la almohada.
Yoshiko regresó a China y se estableció en Pekín, donde tenía la
misión de recopilar información sobre actividades anti japonesas en la
capital china, ocupada por los nipones en esos días. Yoshiko se instaló
en uno de los más elegantes hoteles chinos y desde ahí conducía su
operación que incluía el extorsionar a empresarios y gente de dinero
chinos, amenazándolos con denunciarlos ante las autoridades japonesas
como activistas en contra del Imperio.
Con el final de la II Guerra Mundial, la derrota japonesa y la caída
de Manchuria, Yoshiko fue abandonada a su suerte por los japoneses,
aunque existe al menos un informe de que fue ella la que se negó a
abandonar Pekín, tal vez, sí esto es cierto, amargada y dolida después
de aquellos años recluida y vigilada en Japón que la habían aislado de
todo. Yoshiko fue detenida por los servicios de inteligencia china en
noviembre de 1945, y juzgada por traición y por su linaje imperial.
Condenada a muerte, Yoshiko pidió que por ser miembro del ejército
japonés se le ejecutara como a un enemigo frente a un pelotón de
fusilamiento, petición que le fue denegada. La mañana del 25 de marzo de
1948, fue ejecutada como una traidora, con tiro en la nuca.
Para muchos es la
Mata Hari de Oriente. La Joya del Oriente escribió en aquella carta de despedida a Yoshiko Yamaguchi:
Si quieres ver a un ser humano desperdiciado, una persona
utilizada para un sinnúmero de propósitos para finalmente convertirse en
una descastada, mírame. Esa soy yo.
Ahora todos mis sentimientos son parecidos a ver un ocaso en el campo. Estoy sola. No sé qué hacer o a dónde ir.
Yoshiko Kawashima tenía alrededor de 41 años al momento de morir.
Publicado en thepinkpoint.com.mx el 20 de Marzo de 2013
Imagen: commons.wikimedia.org
tmblr.com