Deutsche
Grammophon es una firma dedicada desde 1898 a la música clásica, su creador fue
un inventor determinante para la industria de la reproducción y grabación de
audio.
Armando Enríquez Vázquez.
Durante los
primeros años de mi adolescencia algunas tardes de la semana o en las
vacaciones, abría el lugar donde se guardaban los LP, hoy conocido como
vinilos, en casa y seleccionaba alguno de los de música clásica para sentarme a
leer.
Gracias a esa
rutina que yo me inventé, a la fecha si escucho la suite sinfónica Scherezade
de Rimsky-Korsakov inmediatamente las imágenes del monstruo de Frankenstein
en medio del Polo Norte regresan a mi mente. Lo otro que recuerdo vívidamente
es la etiqueta amarilla, girando en el tornamesa de la gran mayoría de los
discos de este tipo de música de mi padre.
Deutsche Grammophon es sin lugar a dudas la marca de música
clásica más reconocida del mundo. Grandes grabaciones, grandes intérpretes y
directores han sido grabados por la disquera que tiene más de ciento veinte
años de existencia y a pesar de que la industria discográfica ha cambiado de
manera radical y muchas marcas han desaparecido, Deutsche Grammophon
sigue siendo una marca importante de la industria.
La historia
inicia con el fundador de la marca y uno de los más importantes inventores en
materia de sonido y su reproducción en la historia reciente de la humanidad:
Emile Berliner.
Berliner nació en
Hanover, Alemania el 20 de mayo de 1850. Miembro de una familia judía emigró en
1870 a Estados Unidos, escapando de ser reclutado en el ejército prusiano para
la guerra contra Francia. Llegó primero a Washington donde trabajó con un amigo
de su padre y poco después se mudó a Nueva York y mientras trabajaba estudió en
la noche física en el Cooper Union Institute una de las más antiguas
universidades dedicadas a las ciencias en Estados Unidos.
Berliner se interesó por el audio; grabar, reproducir,
mejorar el audio en todos sus sentidos. Su primera patente la logró en 1887 por
un aparato para grabar audio al que llamó gramófono. El gramófono competía directamente
con el fonógrafo inventado por Thomas Alva Edison, mientras el invento de
Berliner era un disco plano de goma laca, el soporte de la grabación de Edison
era un cilindro de cera, la ventaja del invento del norteamericano era que se
podía grabar sobre él, a diferencia del disco plano de Berliner, el problema
mayor de los cilindros, fue lo poco que duraba la grabación; 2 minutos y era
difícil de operar. Los masters del gramófono se hacían en discos de Zinc que
después se imprimían por medio de un proceso de fotograbado que daba
durabilidad al disco y la posibilidad de sacar cuantas copias se quisiera.
Como muchos otros
inventores de su época en Estados Unidos, Berliner se enfrentó a Thomas Alva
Edison, primero sobre la patente de un micrófono para mejorar la reproducción
del audio en los teléfonos que los tribunales norteamericanos terminaron por otorgar
a Edison, más tarde en el campo de la grabación y reproducción, ahí fue
Berliner el que ganó el gusto del público y superó al fonógrafo imponiéndose al
invento del mafioso norteamericano. A pesar de ello las empresas que Berliner
intentó fundar en Estados Unidos en la década de los noventa para establecer
una firma más sólida que su primera empresa no encontraron la autorización
legal para hacerlo y un poco de suspicacia me obliga a sospechar quien estuvo
detrás del boicot.
La primera marca
que registró Berliner para sus discos fue Berliner Grmmaphone fundada en
1888 y durante casi diez años fue la única marca de discos en el mundo, en 1898
Berliner asociado su hermano y otros inversionistas en Alemania e Inglaterra y
tras los fracasos en Estados Unidos, Berliner fundó en su natal Hanover Deustche
Grammophon. La primera grabación de la marca en Italia en 1902 se hizo con
el famoso tenor italiano Enrico Caruso, cuando en 1907 Deutsche Grammaphone
editó su primer disco que se podía tocar por ambos lados contaba ya con más de
doscientas máquinas para la impresión de sus discos. La marca contaba en ese
momento con los sellos de proveedor real en España y Gran Bretaña.
En 1910 Deutsche Grammophon grabó por primera vez a
toda una orquesta, la obra seleccionada fue el primer movimiento del concierto
para piano de Eduard Grieg con el alemán Wilhelm Backhaus como interprete, tres
años después la marca alemana presentó su primer disco que contenía una obra orquestal
completa. La quinta sinfonía de Ludwik van Beethoven con la Orquesta
Filarmónica de Berlín bajo la batuta de Arthur Nikisch.
La llegada de la I Guerra Mundial trajo problemas para la
disquera, pues el gobierno alemán incautó todas las posesiones de la empresa en
territorio alemán argumentando que al tener sociedad con un inglés, Deutsche
Grammophon era una empresa extranjera. En 1916 la empresa se separa y esto
dio paso a la creación en Inglaterra de otra disquera de gran importancia con
el tiempo como lo fue EMI.
Recuperada Deutsche Grammophon en la primera mitad de
mitad de la década de los años veinte, publicó las nueve sinfonías de Beethoven
con diferentes directores de orquesta. El 3 de agosto de 1929, murió Emile
Berliner. En ese momento la disquera producía alrededor de 10 millones de
discos anualmente, algo que se modificó en la siguiente década debido a la gran
depresión de 1929 y esto obligó a vender la empresa en 1937 fue rescatada por
el Deutsche Bank y Telefunken Gesellschaft, se continuó con
algunas grabaciones a pesar de las restricciones del gobierno nacional
socialista.
En 1941 la empresa, en crisis por la falta de materia prima,
fue comprada por la compañía especializada en electrónica Siemens &
Halske. Otro golpe a la empresa llegó en 1942 cuando la Gestapo prohibió la
grabación de cualquier artista judío. Como muchas otras empresas alemanas Deutsche
Grammophon sufrió la destrucción de sus instalaciones de producción y
administrativas por los bombardeos aliados.
Al finalizar la guerra Deutsche Grammophon abrió una
pequeña empresa en Berlín. En 1946 la disquera revolucionó el mundo de la grabación
una vez más, al ser la primera empresa en grabar todo el material en cinta
magnética.
En 1947, se creó la marca Archiv, para música
barroca.
Deutsche Grammophon es una empresa que se ha adaptado
a los cambios de los tiempos en la década de los ochenta fue de las empresas
que rápidamente actualizó si catalogo en CD y con la llegada de la música en
streaming, no sólo subió su catálogo a Amazon y Apple music, sino que
actualmente ofrece su propia plataforma de transmisión en la que lleva a sus
suscriptores a diferentes conciertos a lo largo y ancho del mundo.
Deutsche Grammophon aun produce viniles y CD. Su
negocio principal en Alemania sigue siendo el disco físico, el 80% de los
alemanes lo prefieren, mientras que en Estados Unidos las audiencias prefieren
lo digital y el streaming.
Las oficinas centrales se mudaron a Hamburgo en 1956, aunque
la producción permaneció en Hanover. En 1962 Siemens se asoció con Phillips, en
1988 Phillips se convirtió en el único propietario de Deutsche Grammophon
y desde 1998 Universal Music Group es dueño de la marca.
El conocido logo amarillo no fue el primero, ni el único
logo de la marca pero sin duda desde 1949 con sus tulipanes y su tipografía
garigoleada son lo primero que el consumidor busca en las tiendas que aun ofrecen
la música en un medio físico.
Deutsche Grammophon cumple este año 125 años de
existencia y sigue siendo una de las más importantes marcas para disfrutar la
música de concierto y aún tiene entre su talento algunos de los más destacados intérpretes
y orquestas del mundo de la música de concierto.
publicado originalmente en thepoint.com.mx el 24 de enero de 2023
imagenes:deutschegrammophon.com