Esta es a historia de una de las marcas que todos conocemos y reconocemos en el momento de una carne asada en el campo o una salida a acampar.
Armando Enríquez
Vázquez.
Quien alguna vez ha salido a acampar o a realizado una
parrillada en el bosque o a un simple picnic o lleva los refrescos y cervezas a
los campos llaneros, sin duda, conoce algún producto de la marca Coleman;
hieleras, lámparas, casas de campaña, sleeping bags y linternas entre muchos
otros. Pero realmente fueron las linternas las que dieron inicio a esta
empresa, las linternas y la visión de un joven emprendedor llamado William
Coffin Coleman.
Coleman nació el 20 de octubre de 1870 en Chattham, en el
estado norteamericano de Nueva York. Antes de que Coleman cumpliera el año sus
padres se mudaron al condado de Labette en el estado de Kansas. El padre de
William murió cunado este tenía 11 años de edad y decidido a pagarse sus
estudios William encontró trabajo como vendedor de puerta en puerta en
diferentes estados de unión americana. Vendía de todo, biblias, productos de
belleza y máquinas de escribir.
Según cuenta la historia, un día que le anocheció durante un
viaje de ventas que Coleman realizó al poblado de Brockton en Alabama. Coleman
vio una linterna que brillaba más que las otras, de esta manera descubrió las
linternas que funcionaban con gasolina en lugar de keroseno. La cantidad y
calidad de luz proyectada por esta innovadora linterna llamó mucho la atención
de Coleman, quien decidió vender este tipo de aparatos en lugar de la máquinas
de escribir y compró mil de estas lámparas. Su primera inversión decidió
venderla en un pueblo de Oklahoma, pero para su suerte, mala primero y buena
después, los granjeros de esa zona habían sido estafados por otro vendedor de
lámparas de gasolina que les había vendido mercancía defectuosa, por lo que
nadie quería comprarle a Coleman. Sin dinero para continuar su viaje, Coleman
decidió entonces rentar las lámparas por 1 dólar semanal, para demostrar su
calidad, si la lámpara llegaba a fallar Coleman no le cobraba nada al cliente.
Esta estrategia funcionó y no sólo rento lámparas si no que las vendió todas y
pronto se encontró ordenando más lámparas de gasolina a la empresa que las
manufacturaba y que ya no se daba abasto para surtir los pedidos de William
Coleman.
Con un préstamo de su cuñado Coleman compró la empresa
manufacturera de las lámparas, la patente de la lámpara de gasolina y cambió la
sede de la empresa de Tennessee a Wichita. Gracias al estudio minucioso de las
linternas logró inventar una propia a la que llamó Linterna de Arco, la cual
comenzó a vender en 1905. Las linternas de Coleman eran tan buenas que no sólo
eran utilizadas en las zonas rurales y lugares en los que aun no llegaba la
energía eléctrica, se cuenta que sirvieron para iluminar juegos nocturnos de
futbol americano y con la I Guerra Mundial el gobierno de Estados Unidos otorgó
a William Coleman dinero y materiales suficientes para producir lámparas que el
gobierno pensaba indispensables para los agricultores norteamericanos en el
periodo que duró la guerra Coleman manufacturó más de un millón de lámparas.
En 1913 la empresa fue nombrada oficialmente Coleman Lamp
Company.
Coleman diseñó otros productos que también funcionaban con
gasolina como estufas, planchas, tostadores de pan, waffleras que no fueron
exitosas en parte por la llegada de la depresión de finales de la década de los
años veinte, pero imagino que también porque eran imprácticas y contaminaban la
comida y la ropa con olor a gasolina. Pero las lámparas de Coleman seguían siendo
un producto con mucha demanda, acompañaron, o al menos eso dice la leyenda, al
Almirante Richard Byrd en su expedición al Polo Sur en 1928. Otro gran
desarrollo de Coleman fueron unas pequeñas estufas portátiles y desplegables de
las cuales más de un millón fueron compradas por el gobierno de Estados Unidos
durante la II Guerra Mundial. Estas estufas se alimentaban de gasolina que
podía tomarse de los jeeps o los aviones del ejército y podían calentar y
purificar agua para beber o para añadir a las porciones de alimento de dos
miembros de las fuerzas armadas. Además, la estufa funcionaba bajo temperaturas
de hasta menos 60 grados Fahrenheit y en el otro extremo de la escala hasta 150
grado Fahrenheit. La estufa cabía perfectamente dentro de la mochila de los
soldados.
La electrificación de Estados Unidos redujo el mercado de los
productos de Coleman, pero le abrió el nicho de los campistas. Además, para los
mercados domésticos urbano y rural Coleman comenzó a desarrollar calentadores
de piso para casas y oficinas, pronto Coleman se convirtió en líder del mercado
en Estados Unidos de este tipo de productos.
William Coleman fue además político y fue alcalde de Wichita
en 1923 y 1924. Como muchos otros empresarios de principios del siglo William
Coleman se preocupó por el bienestar de los trabajadores y redujo las horas de
trabajo en su planta. En 1951 se retiró y su puesto en Coleman fue tomado por
su hijo mayor Sheldon, William Coleman murió el 2 de noviembre de 1957.
Sheldon Coleman era ingeniero mecánico graduado en la
Universidad de Cornell. Sheldon Coleman fue el encargado durante las décadas de
los años 60 y setenta del siglo pasado de incursionar y desarrollar el mercado
de los campistas para la marca creando las hieleras y jarras térmicas, sleeping
bags y tiendas de campaña, así mientras el mercado de los calentadores
domésticos caía, la empresa volvía a abrir un nicho en el cual pronto se
convirtió en líder. En 1988 Sheldon Coleman fue sustituido por su hijo Sheldon
Jr. Al año siguiente la participación de los Coleman y la empresa fueron
compradas por el empresario y financiero Ronald Perelman.
Coleman sigue siendo líder en productos para el campismo
incluyendo sus legendarias lámparas para exteriores, su catálogo incluye
muebles para exteriores plegables, colchones infables, tiendas de campaña,
toldos protectores, entre otros. Actualmente pertenece al corporativo Newell Brands.
publicado en thepoint.com.mx el 21 de noviembre de 2018
imagen coleman.com