Armando Enríquez Vázquez
Mientras que en México hoy miramos a nuestra raquítica educación y la poca preparación de nuestros estudiantes con vergüenza y preocupación, los norteamericanos empiezan a hablar de la burbuja de la educación superior y su impacto en la economía del país vecino. De esta anunciada crisis y las soluciones ¿Qué puede ser útil para nuestro modelo educativo tan vapuleado?
Uno de los principales argumentos es que a diferencia de los créditos hipotecarios, en los que el individuo puede salirse de la casa y venderla para solventar la deuda de manera rápida, en el caso del préstamo universitario el deudor tendrá que pagar el crédito, con sangre y sudor pues no adquirió ningún bien material. Los estudiosos sugieren que si dos jóvenes graduados de la preparatoria eligen caminos diferentes uno ingresando al mercado laboral de inmediato y ganado un salario menor pero ahorrando desde los 18 años, mientras que el otro con un préstamo universitario y pasando los cuatro años en la universidad, iniciará su ahorro después de pagar el crédito a los 30 y tantos, al final la diferencia en el dinero de retiro de cada uno de los dos personajes será substancial, mientras que el universitario a los 65 tendrá un ahorro superior a los trescientos mil dólares, el preparatoriano superará el millón de dólares sin problema. Los números y las falacias parecen dar la razón a los economistas como siempre.
Esto sin contar que existen carreras, a la vista de los economistas, con muy poca demanda laboral que cuestan lo mismo a los estudiantes, que aquellas bien remuneradas y con demanda, que sólo hacen que los estudiantes caigan en el espejismo de estar dándole un valor académico a su vida, cuando en realidad no lo están haciendo y por el contrario sólo están aumentando el peso de su deuda.
Hay quienes de una manera fría y hasta pareciera cínica se limitan a decir que el paso por una universidad no tiene tanto un valor académico, como un valor social y de relaciones que serán de importancia en la futura vida laboral del graduado, así como el valor del prestigio del nombre de la universidad, en tercer lugar vendría entonces lo aprendido, y aun en caso de una escuela no tan reconocida de lo que si se asegura el que contrata al firmar al recién egresado es que tiene la disciplina para llevar a cabo de una manera sistemática el trabajo, más allá de sus capacidades. Por lo que a la hora de hacer efectivo el pago de los préstamos estamos frente al dilema de que la mayoría de los acreedores reciben salarios que estan muy por debajo de las expectativas tanto del trabajador como de la empresa crediticia y por lo pronto está a punto de estallar esta burbuja financiera, que según algunos podría ser peor que la hipotecaria.
Pero los economistas olvidan algunas cosas; para 2013 se estima que China superará a Estados Unidos como la primera potencia científica de acuerdo con la British Royal Society, que habla de un incremento en las publicaciones de ensayos científicos de los chinos de más de 400% en los últimos 15 años. Así como de la interrelación de los científicos a nivel mundial y el surgimiento de científicos en las economías emergentes como Brasil y la India que próximamente jugarán un papel importante en el mapa de desarrollo a nivel mundial. Mientras que en México, tristemente y punto aparte, en esos mismos 15 años el incremento en las publicaciones de ensayos científicos apenas si se ha duplicado.
Entonces el problema no es el costo de la educación superior sino los objetivos y las carreras que están escogiendo los jóvenes norteamericanos y el futuro en la competitividad a nivel mundial de estos estudiantes y del país en general. Las ganancias por las patentes y regalías por los nuevos inventos y descubrimientos irán a lugares que no se encuentran en Estados Unidos, mostrando una vez más la ineficacia del sistema educativo básico norteamericano.
Las causas de la próxima crisis en el vecino del norte son otras muy diferentes a los préstamos financieros educativos. O simplemente este es un factor más y no necesariamente el más importante.
Volviendo al plano nacional si ese es el poco prometedor futuro de los Estados Unidos que nos espera a nosotros que cuando ellos tosen, nosotros nos resfriamos.
Hoy dicen los americanos que la educación superior se ha vuelto un mal negocio para todos allende el Río Bravo. La solución planteada por algunos es interesante, voltear hacía la educación a distancia, utilizar el internet y las nuevas tecnologías para educar lejos del campus universitario con menores costos y al menos los mismos resultados. Es esto posible, en teoría pues al tomar los cursos “On Demand” el estudiante distribuye y administra mejor sus tiempos pudiendo buscar fuentes de trabajo alternas. El poder estudiar desde la casa paterna en lugar de mudarse al campus universitario también representa un ahorro.
Se calcula que para 2015 podría haber en Estados Unidos alrededor de 25 millones de estudiantes a distancia, llevando a cabo sus estudios profesionales. Eso sin contar que realmente exista la burbuja de todos tan temida porque entonces el número podría ser mucho mayor.
Y de vuelta a México, año tras año vemos a los rechazados de la UNAM y el IPN manifestarse en contra del sistema de admisión que les negó la entrada, ¿No podríamos aplicar la educación a distancia para solucionar el grave rezago de profesionistas en especial de científicos que tanta falta le hacen a nuestro país? ¿No es hora que en vez de una torta y una camiseta, nuestros gobernantes inviten a nuestros niños y jóvenes al gusto por la ciencia y la educación?
Uno de los principales argumentos es que a diferencia de los créditos hipotecarios, en los que el individuo puede salirse de la casa y venderla para solventar la deuda de manera rápida, en el caso del préstamo universitario el deudor tendrá que pagar el crédito, con sangre y sudor pues no adquirió ningún bien material. Los estudiosos sugieren que si dos jóvenes graduados de la preparatoria eligen caminos diferentes uno ingresando al mercado laboral de inmediato y ganado un salario menor pero ahorrando desde los 18 años, mientras que el otro con un préstamo universitario y pasando los cuatro años en la universidad, iniciará su ahorro después de pagar el crédito a los 30 y tantos, al final la diferencia en el dinero de retiro de cada uno de los dos personajes será substancial, mientras que el universitario a los 65 tendrá un ahorro superior a los trescientos mil dólares, el preparatoriano superará el millón de dólares sin problema. Los números y las falacias parecen dar la razón a los economistas como siempre.
Esto sin contar que existen carreras, a la vista de los economistas, con muy poca demanda laboral que cuestan lo mismo a los estudiantes, que aquellas bien remuneradas y con demanda, que sólo hacen que los estudiantes caigan en el espejismo de estar dándole un valor académico a su vida, cuando en realidad no lo están haciendo y por el contrario sólo están aumentando el peso de su deuda.
Hay quienes de una manera fría y hasta pareciera cínica se limitan a decir que el paso por una universidad no tiene tanto un valor académico, como un valor social y de relaciones que serán de importancia en la futura vida laboral del graduado, así como el valor del prestigio del nombre de la universidad, en tercer lugar vendría entonces lo aprendido, y aun en caso de una escuela no tan reconocida de lo que si se asegura el que contrata al firmar al recién egresado es que tiene la disciplina para llevar a cabo de una manera sistemática el trabajo, más allá de sus capacidades. Por lo que a la hora de hacer efectivo el pago de los préstamos estamos frente al dilema de que la mayoría de los acreedores reciben salarios que estan muy por debajo de las expectativas tanto del trabajador como de la empresa crediticia y por lo pronto está a punto de estallar esta burbuja financiera, que según algunos podría ser peor que la hipotecaria.
Pero los economistas olvidan algunas cosas; para 2013 se estima que China superará a Estados Unidos como la primera potencia científica de acuerdo con la British Royal Society, que habla de un incremento en las publicaciones de ensayos científicos de los chinos de más de 400% en los últimos 15 años. Así como de la interrelación de los científicos a nivel mundial y el surgimiento de científicos en las economías emergentes como Brasil y la India que próximamente jugarán un papel importante en el mapa de desarrollo a nivel mundial. Mientras que en México, tristemente y punto aparte, en esos mismos 15 años el incremento en las publicaciones de ensayos científicos apenas si se ha duplicado.
Entonces el problema no es el costo de la educación superior sino los objetivos y las carreras que están escogiendo los jóvenes norteamericanos y el futuro en la competitividad a nivel mundial de estos estudiantes y del país en general. Las ganancias por las patentes y regalías por los nuevos inventos y descubrimientos irán a lugares que no se encuentran en Estados Unidos, mostrando una vez más la ineficacia del sistema educativo básico norteamericano.
Las causas de la próxima crisis en el vecino del norte son otras muy diferentes a los préstamos financieros educativos. O simplemente este es un factor más y no necesariamente el más importante.
Volviendo al plano nacional si ese es el poco prometedor futuro de los Estados Unidos que nos espera a nosotros que cuando ellos tosen, nosotros nos resfriamos.
Hoy dicen los americanos que la educación superior se ha vuelto un mal negocio para todos allende el Río Bravo. La solución planteada por algunos es interesante, voltear hacía la educación a distancia, utilizar el internet y las nuevas tecnologías para educar lejos del campus universitario con menores costos y al menos los mismos resultados. Es esto posible, en teoría pues al tomar los cursos “On Demand” el estudiante distribuye y administra mejor sus tiempos pudiendo buscar fuentes de trabajo alternas. El poder estudiar desde la casa paterna en lugar de mudarse al campus universitario también representa un ahorro.
Se calcula que para 2015 podría haber en Estados Unidos alrededor de 25 millones de estudiantes a distancia, llevando a cabo sus estudios profesionales. Eso sin contar que realmente exista la burbuja de todos tan temida porque entonces el número podría ser mucho mayor.
Y de vuelta a México, año tras año vemos a los rechazados de la UNAM y el IPN manifestarse en contra del sistema de admisión que les negó la entrada, ¿No podríamos aplicar la educación a distancia para solucionar el grave rezago de profesionistas en especial de científicos que tanta falta le hacen a nuestro país? ¿No es hora que en vez de una torta y una camiseta, nuestros gobernantes inviten a nuestros niños y jóvenes al gusto por la ciencia y la educación?
Publicado en Blureport.com.mx 2 de Mayo 2011
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