miércoles, 1 de febrero de 2017

Plagio.




No es lo mismo basarse en una obra y darle un giro de interpretación o lo que se conoce como una nueva versión o una variación sobre el tema, que robarse la creación o las ideas de otro y presentarlas como propias.

Armando Enríquez Vázquez

No hay palabra que ofenda más a una persona dedicada a procesos creativos que plagio. El plagio es un sinónimo de la falta de talento, una suerte de fácil recurso para solucionar bloqueos mentales, cumplir con fechas de entrega y verdadera incapacidad para realizar el trabajo creativo.
La verdad es que todos hemos cometido plagio en algún momento, consciente o inconscientemente y no sólo en asuntos creativos donde los plagios son, sin duda más reprobables y marcan el destino de los plagiarios. Plagiamos formas de hablar, palabras, ideas que utilizamos a diario al comunicarnos con otros. Conozco incluso alguien con tan pobre vida que no sólo plagiaba las formas de vida de los demás, sino incluso plagiaba sus memorias y las contaba como si él hubiera sido protagonista de las mismas.
De acuerdo con el gran teórico de teatro Eric Bentley sólo existen un número determinado de temas en el drama y ese finito número de temas, son los creadores los que han desarrollado de infinitas maneras, lo que hace que en más de diez mil años de historia de los seres humanos nuestras historias se repitan en más de una ocasión.
Conforme a Bentley es esta interpretación y combinación de estos temas esenciales donde radica la creación, no es lo mismo crear a partir de un tema, que sin el menor pudor robarse el trabajo intelectual de otro. Recuerdo que hace ya más de diez años alguna vez al presentar una serie de proyectos frente a una persona de Televisa, me dijo no vayas a dejarme nada porque, aunque tenga derechos de autor aquí le podemos cambiar tres cosas y la hacemos nuestra.
Hay filósofos y teóricos de la sociología que ven en el plagio un acto rebelde, extremo que ataca el mercado de las ideas, que justifican al plagio como una rebelión frente a un sistema preconcebido de ideas que se presumen tienen un propietario.
Ese debe ser parte del cínico razonamiento de Televisa o del Presidencia de la República, o el de la Universidad Panamericana. Para ellos plagiar es un hecho que se justifica en el tiempo: No existían las computadoras en ese entonces, se exculpó el propio Peña Nieto o fue en otras épocas, con otros docentes de acuerdo con la institución académica. Televisa se limitó en el caso del himno y el escudo presentados en el aniversario número cien del equipo de futbol soccer América a retirarlos con un silencio que recuerda a un perro con la cola entre las patas, tras haberse demostrado las similitudes con el himno del equipo Sevilla y con un escudo militar norteamericano.
No es lo mismo basarse en una obra y darle un giro de interpretación o lo que se conoce como una nueva versión o una variación sobre el tema, que robarse la creación o las ideas de otro y presentarlas como propias, algo que resulta hasta ofensivo proviniendo de, en teoría, una de las principales empresas generadoras de contenidos en México: Televisa.
¿Qué nos extraña? si esta empresa está dirigida por gente sin talento y ambiciosa que cada día pierde más sus bonos como empresa líder y así como los mercados nacionales e internacionales por la falta de visión de aquellos que la dirigen.
Los plagios descarados que se cometieron para celebrar el centenario del equipo de la televisora, no son sino el más reciente y patético ejemplo de la falta de talento al interior de la empresa y de su nula visión para el negocio del entretenimiento, que ya se han ido manifestando a lo largo de la gestión de Emilio Azcárraga Jean y que tiene a la empresa perdiendo dinero. Lo curioso es que ha habido momentos en los que esta empresa ha emprendido acciones legales contra aquellos que en su momento atentaron contra la propiedad intelectual de la misma.  
Pero lo peor es que no es lo último, la visión tercermundista de los directivos de Televisa ya tiene preparado un nuevo churro para su plataforma de Internet Blim, se trata de la tropicalización de la serie Once producida en Estados Unidos, como si en México no existieran escritores talentosos e ideas nacionales para poner en pantalla.
Televisa que a lo largo de los años ha manipulado a las audiencias mexicanas con su arrogancia, parece no ser capaz de reconocer que los tiempos no sólo ya cambiaron, sino que lo siguen haciendo. La entrada al aire de la tercera cadena nacional, mueve muchas cosas y divide un pastel publicitario que ya de por si es cada día menor, lo que obligará a una competencia real y no pactada entre dos. Otro de los bastiones de antaño de Televisa se derrumba cuando la Liga de Futbol Mexicano, hoy tienen al menos 6 jugadores, (Televisa, TV Azteca, Fox Sports, Claro Sports, Chivas TV e Imagen TV).
Hoy, en cambio, vale la pena aplaudir los esfuerzos anunciados por empresas como Radio Fórmula que ha comenzado a promocionar una barra de programación con videobloggers a través no solo de sus frecuencias de radio y televisión sino en Youtube a partir de noviembre y por otro el docureality de ChivasTV y su primera producción Juglares del Gol un programa para encontrar a dos nuevos cronistas deportivos que trabajen en su canal.
¿A poco no hay nadie en Televisa al que se le pudiera ocurrir algo así, en lugar de sus amañados concursos con ganadores designados? ¿en serio? Con razón necesitan plagiar.

publicado en roastbrief.com.mx el 24 de octubre de 2016
imagen: DeathtoStock.com

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