lunes, 11 de marzo de 2019

Propuestas, odio, sorpresas, censura y reconciliación: 100 días.




No cabe duda más allá de los polémicos y magros logros del presidente en los primeros 100 días lo que resalta son algunas contradicciones entre los miembros del gobierno de la 4T.
Armando Enríquez Vázquez
Hecho. A lo largo de 100 días de gobierno una de las constantes ha sido el discurso de odio que todas las mañanas se emite desde Palcio Nacional en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hecho. A pesar de cien días de insistir acerca del fin de la corrupción en México, algunas acciones del presidente y de los funcionarios de su gobierno son muy dudosas y carecen de transparencia. Ejemplos; la compra de las pipas para transportar gasolina sin licitación, en el extranjero y lo que es peor ignorando la Norma Oficial Mexicana incluyendo aquella sobre la seguridad de los vehículos. La liberación a vote pronto de los miembros de carteles del crimen organizado que el gobierno había presumido.
Hecho. Los peores enemigos de López Obrador son sus secretarios y funcionarios; como Rocío Nahle, Javier Jiménez Espriú y sobre todo la aprendiz de dictadora Irma Eréndira Sandoval, Secretaria de la Función Pública, quien desde el inicio del gobierno de López Obrador ha demostrador su sed por controlar y dominar no sólo en el ámbito público, si no en el de la IP también. La estulticia de algunos al interior de la Secretaría de Cultura y la cobardía de otros como Mario Bellatín que hizo un papelón frente a la comunidad de creadores al no considerar importante presentarse en una reunión del FONCA, organismo que el escritor preside por no verse cuestionado. Otro tanto representan la presidenta de Morena Yeidckol Polevnsky, otra dictadora en potencia. Entre muchos otros.
Hecho. Los grandes aciertos del presidente son Olga Sánchez Cordero, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier, Ricardo Monreal quienes con inteligencia han hecho resaltar el gobierno del tabasqueño.
Hecho. Las buenas intenciones del presidente por lo general se han quedado en eso.
Hecho. El dólar nunca se había revaluado como en los primeros 100 días de su administración.
Hecho. La reducción de la planta laboral en la burocracia, el fin de pensiones a ex presidentes, la eliminación de privilegios en el gobierno federal ha sido una realidad. No así la desaparición del fuero de los legisladores.
Hecho. El huachicoleo ha disminuido.
Hecho. El presidente se deshizo del avión y no sabemos cuanto se paga de renta por el hangar en el que se le tiene estacionado en California.
Hecho el salario mínimo subió 16% algo sin precedente.
Hecho. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene niveles altísimos de aprobación entre la población. ¿O no?
De acuerdo con una encuesta que el productor de televisión de la Cuarta Transformación, Epigmenio Ibarra, intentó levantar en twitter para demostrar la popularidad del presidente, las benditas redes le demostraron lo contrario. Al menos en el universo de personas que ven el perfil del periodista y productor. Lo cual hizo rabiar al intolerante personaje y acusar al expresidente Calderón de operar una red de bots, lo que provocó la hilaridad de la bendita red social y un arranque furibundo del arrogante productor se pusiera frenético. Apostó, como lo hacen muchos comunicadores y personajes públicos, a la democracia de Internet, hasta que esta no le convino, ni le favoreció.
Como todo en la vida, el naciente gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no es la utopía que él quiere hacernos creer, pero tampoco es el terror que sus acérrimos opositores insisten que es. Aun existen muchos ajustes que nos gustaría ver en el gobierno y muchos otros que no pero que seguramente sucederán porque son parte de la visión del presidente y de las razones por las que ganó las elecciones por una amplia ventaja y una mayoría no vista en décadas en una elección.
Lo que no se puede permitir es que voces tan cercanas al presidente como la de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quien ostenta un cargo público por puro nepotismo, hablen a favor de la censura, algo a lo que el mismo presidente dice ser opuesto. A estos personajes hay que decirles que no es lo mismo ser oposición plañidera que gobierno en funciones, que actúa y gobierna. Que la primera los vuelve estrellas de película de Ismael Rodríguez, la segunda personajes bajo la lupa de simpatizantes, críticos y opositores. Nadie es, ni puede ser monedita de oro.
Todo es perfectible y nadie es dueño de la verdad. En la Cuarta Transformación estas es dos de las pocas cosas que no son distintas. Por eso y a pesar del impulso por discriminar y fraccionar a México el presidente ha incluido en sus últimos discurso palabras para la reconciliación entre los mexicanos y eso es sin duda un mérito y ejemplo de que el presidente comienza a ver el tamaño de su cargo como presidente de México.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario