No cabe duda más allá
de los polémicos y magros logros del presidente en los primeros 100 días lo que
resalta son algunas contradicciones entre los miembros del gobierno de la 4T.
Armando Enríquez
Vázquez
Hecho. A lo largo de 100 días de gobierno una de las
constantes ha sido el discurso de odio que todas las mañanas se emite desde
Palcio Nacional en voz del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hecho. A pesar de cien días de insistir acerca del fin de la
corrupción en México, algunas acciones del presidente y de los funcionarios de
su gobierno son muy dudosas y carecen de transparencia. Ejemplos; la compra de
las pipas para transportar gasolina sin licitación, en el extranjero y lo que
es peor ignorando la Norma Oficial Mexicana incluyendo aquella sobre la
seguridad de los vehículos. La liberación a vote pronto de los miembros de
carteles del crimen organizado que el gobierno había presumido.
Hecho. Los peores enemigos de López Obrador son sus
secretarios y funcionarios; como Rocío Nahle, Javier Jiménez Espriú y sobre todo
la aprendiz de dictadora Irma Eréndira Sandoval, Secretaria de la Función Pública,
quien desde el inicio del gobierno de López Obrador ha demostrador su sed por
controlar y dominar no sólo en el ámbito público, si no en el de la IP también.
La estulticia de algunos al interior de la Secretaría de Cultura y la cobardía
de otros como Mario Bellatín que hizo un papelón frente a la comunidad de
creadores al no considerar importante presentarse en una reunión del FONCA,
organismo que el escritor preside por no verse cuestionado. Otro tanto
representan la presidenta de Morena Yeidckol Polevnsky, otra dictadora en
potencia. Entre muchos otros.
Hecho. Los grandes aciertos del presidente son Olga Sánchez
Cordero, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier, Ricardo Monreal quienes con
inteligencia han hecho resaltar el gobierno del tabasqueño.
Hecho. Las buenas intenciones del presidente por lo general
se han quedado en eso.
Hecho. El dólar nunca se había revaluado como en los
primeros 100 días de su administración.
Hecho. La reducción de la planta laboral en la burocracia,
el fin de pensiones a ex presidentes, la eliminación de privilegios en el
gobierno federal ha sido una realidad. No así la desaparición del fuero de los
legisladores.
Hecho. El huachicoleo ha disminuido.
Hecho. El presidente se deshizo del avión y no sabemos
cuanto se paga de renta por el hangar en el que se le tiene estacionado en California.
Hecho el salario mínimo subió 16% algo sin precedente.
Hecho el salario mínimo subió 16% algo sin precedente.
Hecho. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene
niveles altísimos de aprobación entre la población. ¿O no?
De acuerdo con una encuesta que el productor de televisión
de la Cuarta Transformación, Epigmenio Ibarra, intentó levantar en twitter para
demostrar la popularidad del presidente, las benditas redes le demostraron lo
contrario. Al menos en el universo de personas que ven el perfil del periodista
y productor. Lo cual hizo rabiar al intolerante personaje y acusar al
expresidente Calderón de operar una red de bots, lo que provocó la hilaridad de
la bendita red social y un arranque furibundo del arrogante productor se
pusiera frenético. Apostó, como lo hacen muchos comunicadores y personajes
públicos, a la democracia de Internet, hasta que esta no le convino, ni le
favoreció.
Como todo en la vida, el naciente gobierno de Andrés Manuel
López Obrador, no es la utopía que él quiere hacernos creer, pero tampoco es el
terror que sus acérrimos opositores insisten que es. Aun existen muchos ajustes
que nos gustaría ver en el gobierno y muchos otros que no pero que seguramente
sucederán porque son parte de la visión del presidente y de las razones por las
que ganó las elecciones por una amplia ventaja y una mayoría no vista en
décadas en una elección.
Lo que no se puede permitir es que voces tan cercanas al
presidente como la de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, quien ostenta un
cargo público por puro nepotismo, hablen a favor de la censura, algo a lo que
el mismo presidente dice ser opuesto. A estos personajes hay que decirles que
no es lo mismo ser oposición plañidera que gobierno en funciones, que actúa y
gobierna. Que la primera los vuelve estrellas de película de Ismael Rodríguez,
la segunda personajes bajo la lupa de simpatizantes, críticos y opositores.
Nadie es, ni puede ser monedita de oro.
Todo es perfectible y nadie es dueño de la verdad. En la
Cuarta Transformación estas es dos de las pocas cosas que no son distintas. Por
eso y a pesar del impulso por discriminar y fraccionar a México el presidente
ha incluido en sus últimos discurso palabras para la reconciliación entre los
mexicanos y eso es sin duda un mérito y ejemplo de que el presidente comienza a
ver el tamaño de su cargo como presidente de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario