La historia parece el loop del eterno retorno y sin embargo tiene características que la siguen haciendo entretenida, divertida y atractiva.
Armando Enríquez
Vázquez
A principios de 2018, cuando se estrenó la quinta temporada
de Los 100, me detuve en el quinto
capítulo, me pareció más de los mismo y había otras historias que quería ver. Por
fin meses después retomé la quinta temporada de la serie de ciencia de ciencia
ficción que sin ser la más original, ni la más complicada en cuanto a trama tiene
“no sé qué, que qué sé yo”, antes de concluir la temporada en la televisión Los 100 había firmado ya la sexta
temporada para 2019 y a ver que cuantas más en el futuro, pues irónicamente después
de cinco temporadas en el último episodio de la quinta entrega se lee: “Fin del
primer capítulo”.
La sorpresa fue que a pesar de estar en lo correcto desde mi
primera presunción hace más de seis meses, la serie continuó atrapándome. A lo
largo de la cinco entregas se cuenta la misma historia de supervivencia en cada
una de ellas, y siempre termina tras trece capítulos con el fin de una amenaza
para el grupo o para la humanidad que sólo entreabre la puerta a una nueva
desgracia. A lo largo de esas cinco temporada han muerto diferentes personajes
que han formado parte importante de la trama en su momento y con los que los
espectadores empatizan, algo que la hace interesante pues sabemos que los
productores están dispuestos al menos en ese sentido a dar pasos interesantes,
pero el núcleo principal, aunque habría algunos de estos que me gustaría que ya
desaparecieran de la serie, se mueve de un lado a otro emocional y
dramáticamente para siempre ser los sobrevivientes a la siguiente temporada.
La flexibilidad creativa y narrativa de la serie obedeciendo
las reglas internas de los personajes que se han mostrado al espectador es una
de las cosas que la hacen atractiva, aunque la trama sólo sea pan con lo mismo,
pues la reacción de los personajes en lo particular es diferente matizando a
los personajes con rasgos de villanos o héroes dependiendo la temporada y la
manera en que la amenaza global los afecta, pero en el fondo todos siguen
siendo ellos mismos, ninguno de ellos actúa de una manera gratuita, ni
inesperada.
Existen temas y acciones de la premisa original que se han
olvidado, pero que obviamos puesto que como espectadores hemos aceptado ya la
premisa inicial de un planeta que ha evolucionado después de mutar tras el
apocalipsis nuclear que obligó a los habitantes del planeta a dejar la
superficie para refugiarse en la órbita terrestre.
Los 100 es una
serie llena de mujeres muy poderosas desde la primera temporada; Clarke (Eliza
Taylor), Octavia (Marie Avgeropoulos) y Raven (Lindsey Morgan) son los tres
personajes femeninos más importantes que han navegado a lo largo de 5
temporadas, miembros de los cien jóvenes expulsados de la estación espacial
para sobrevivir en un planeta en teoría inhabitable, las tres jóvenes con sus
historias particulares siguen siendo parte del atractivo narrativo de la serie.
Los 100 ha incrementado el poder de sus
personajes femeninos y en la nueva temporada donde dos de las principales;
Clarke y Octavio se han endurecido tras la catástrofe nuclear con la que
termina la cuarta temporada, al grado de volverse egoístas y tiranas. Clarke al
verse obligada a sobrevivir sola en la superficie del planeta devastado por la más
reciente catástrofe nuclear y que durante seis años ha deambulado en compañía
de la última “Neblida”, una niña
llamada Madi (Lola Flanery) a quien Clarke considera su hija. Octavia al
convertirse en la cabeza de los sobrevivientes de la tierra y verse obligada a
tomar decisiones moralmente cuestionables para lograr la supervivencia de su
gente lo que la convierte en una temible tirana, se ven acompañadas por un
nuevo personaje militar: Charmaine Diyosa (Ivana Milicevic) que llega por algún
saltó en el tiempo espacio y junto con un gran número de peligrosos prisioneros
disputa a los habitantes de la tierra el último rincón habitable del planeta.
Además, están las matriarcas eternas de la serie la
despreciable Abigail Griffin (Paige Turco), la madre de Clarke siempre
dispuesta a tomar decisiones en contra incluso de su familia para salvarse
ella, Indra (Adina Porter) la temible guerrera terrestre que acoge y se convierte
en la mentora de Octavia. También está Emory (Luisa d’Oliveira) la bandida y
compañera del cobarde y traidor John Murphy uno de los personajes masculinos
que ha sobrevivido a las cinco temporadas junto con el hermano de Octavia, el otro
líder destacado de los jóvenes llegados a La Tierra; Bellamy (Bob Morley).
Uno de los grandes aciertos de la serie es haber tenido a lo
largo de cinco temporadas un reparto espectacular en cuanto a número de actores
que cobran cierta relevancia en la trama, incluso como Emory que se convierten
en personajes importantes dentro de la trama, lo que ha permitido que las
acciones puedan tener los desenlaces necesarios y la maleabilidad narrativa
para convertir a sus personajes en desechables por temporada, como en la
segunda temporada donde todo un grupo de sobrevivientes al apocalipsis original
son aniquilados por Clarke y Bellamy para que sus iguales sobrevivan. O las
muertes de personajes que significaban una carga para el desarrollo de otros y
de la trama como Finn o Lexa.
La sexta temporada habrá de plantear retos
interesantes, aunque de una vez puedo anticipar que será por mucho la que más
se parezca a la primera y por lo tanto será más de los mismo.publicado en roastbrief.com.mx el 10 de diciembre de 2018
imagen CW
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