La historia de las
mujeres y sus derechos incluye en ocasiones también a hombres que las respaldaron
desde diferentes trincheras y situaciones.
Armando Enríquez
Vázquez
“Detrás de todo gran hombre hay siempre hay una gran mujer”
es sin duda una de las frases más machistas y misóginas que existen, muestra
esa parte de nuestra cultura occidental en la que desde las religiones
fundacionales judeo-cristianas la mujer es vista sólo como un apéndice del
hombre, cuyo papel en el mejor de los casos, como muestra la frase, es
motivadora del éxito del hombre. El adjetivo “necio” utilizado por Sor Juana Inés en su famoso poema es
demasiado inocuo y pueril para describir la actitud de muchos hombres en el
pasado y en el presente en contra de las mujeres. Sin embargo, a lo largo de la
historia han existido hombres que han respaldado a las mujeres individualmente
o como grupo en su lucha. Aquí quiero nombrar a algunos de ellos.
En las luchas de las mujeres del siglo XIX por la equidad de
género, uno de los momentos más importantes se da en Francia con el
establecimiento de la Comuna de Paris en 1871, en este movimiento no sólo
surgieron figuras femeninas de gran importancia para el feminismo internacional
y su historia como Louise Michel y Ana Jaclard, en esos momentos del socialismo
y anarquismo en la capital francesa existieron hombres que del brazo con las
decenas de mujeres trabajadoras pidieron el reconocimiento de la equidad y
paridad entre hombres y mujeres. Entre ellos destaca Jules Allix quien nació en
1818 en Fontenay Le Comte y murió en 1903 en Paris. Allix formó parte del
Comité de las Mujeres de la calle de Arras y fue el responsable de formar una
escuela “nueva” de niñas para enseñar a las infantas y jóvenes el valor de la
mujer dentro de la “nueva sociedad”. Aunque todos los hombres que participaron
en la Comuna estaban convencidos de la igualdad de trato que debía existir para
la mujer Allix fue de los que llevó a cabo acciones para demostrarlo.
En Inglaterra también en el siglo XIX existió el apoyo de
hombres con la causa feminista y del derecho inalienable a sufragar de las
mujeres. John Stuart Mill, filósofo y economista publicó en 1869 un libro
titulado “La esclavitud de la mujer”,
libro en el que el autor reflexiona acerca de la actitud hipócrita de los
hombres frente a las mujeres y el valor de sus acciones, de su trabajo y de
como esta visión que menosprecia a la mujer y sus trabajos es olvidada frente a
las labores que se consideraron durante siglos propias de las mujeres. Tres
años antes Mill se presentó ante la Cámara de los Comunes en nombre de dos las
principales sufragistas para pedir el derecho a voto de la mujer inglesa.
De manera ilegal o legal en la forma de llevar a cabo sus
reclamos al lado de las mujeres han existido hombres que las acompañan en su
lucha y promueven sus consignas. Otros lo hacen desde la primera trinchera; el
hogar. Amos Bronson Alcott fue un pedagogo, filósofo y autor norteamericano que
creyó fielmente en la educación fuera del sistema educativo por lo que sus
hijas estudiaron bajo su dirección en casa. Alcott nació en 1799 y murió en
1888 fue amigo de la gran elite intelectual norteamericana de la época;
Melville, Thoreu, Hawthorne, Whitman. Feminista, Alcott, hacía en casa los
mismos trabajos que su mujer e hijas. Inculcó en sus hijas la idea de
independencia, una de ellas Louise May Alcott, escribió la novela clásica de la
literatura norteamericana; “Mujercitas”
Finalmente, me gustaría mencionar la importancia de un
personaje controvertido como lo es Porfirio Díaz en la historia del feminismo en
nuestro país. El acto más importante del dictador mexicano en la lucha por la
equidad de género fue sin duda su intervención directa en la titulación de la
primera mujer médica en México; Matilde Montoya, en 1887. Díaz Ordaz fue un
tirano y mujeres como Juana Belén de Gutiérrez, la valiente y crítica
periodista, sufrieron la cárcel y torturas del sistema, pero no fueron
sancionadas por ejercer una profesión en el sentido estricto, si no por los
contenidos de sus textos. Hubo otras como Laureana Wright González que se
dedicó a contar la vida de mexicanas ilustres desde tiempos prehispánicos y que
con el periódico “Violetas del Anáhuac” impulsó a la primera generación de
mujeres periodistas de nuestro país. El gran número de educadoras que con
posturas críticas se formaron durante el porfirismo. Los clubes femeninos que
apoyaron a Francisco Madero durante su campaña presidencial a pesar de que la
mujer no tenía derecho a votar muestra el interés por la política de las
mexicanas y su cultura política, nos habla de que en tiempos de la dictadura
existió una promoción de la diversificación de las actividades de las mujeres.
Esto de ninguna manera excluye las atrocidades, ni la pobreza e ignorancia que
el régimen de Díaz impuso a lo largo de 30 años, pero muestra que una parte de
la sociedad fue impulsada por el oaxaqueño, algo que no haría la revolución, ni
los lobos sonorenses, ni Lázaro Cárdenas, el más liberal de los generales de la
Revolución y hombre muy querido por el pueblo. La mujer en México no obtuvo el
voto hasta 1953 bajo la presidencia del veracruzano Adolfo Ruiz Cortines y lo
ejercieron por primera vez dos años después en 1955. Cuarenta y cinco años
después de iniciar la lucha armada.
La historia y los grandes logros que las mujeres han hecho
en el mundo entero para lograr un mundo menos injusto, menos discriminatorio,
un poco mas equitativo en ocasiones se ha visto acompañado por el actuar de
algunos hombres, un ejemplo a seguir por todos nosotros para lograr una
verdadera equidad de género y no las dádivas de cuotas que muchas veces los
políticos y funcionarios ofrecen a través de sus partidos o de políticas
demagógicas de Estado.
Para @CTGómezRamos.
publicado en mamaejecutiva.net el 11 de marzo de 2019
imagen wikipedia.org
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