La inmunidad
que prometen las vacunas contra la COVID 19 es en promedio de 6 meses. ¿Cuál
piensa el gobierno que debe ser el plan contra el virus a mediano plazo?
Armando Enríquez Vázquez
Que la COVID 19
llegó para quedarse es una verdad de Perogrullo, lo cierto es que más allá de
este lugar común no existen planes a mediano y largo plazo en ningún lugar del
mundo, pero en México donde el plan de vacunación express seguramente terminará
después del 6 de junio, menos.
El gobierno de
México está vacunando a sus adultos mayores, a sus profesores y próximamente se
sumarán los adultos mayores de 50 años, más allá de eso no se sabe. De acuerdo
con diferentes notas a nivel mundial el promedio de la inmunidad brindado por
las diferentes vacunas no llega al año.
Lo cierto es que,
si recordamos la pandemia del H1N1 en 2009, la presencia del virus hasta la
fecha requiere de una campaña de vacunación en invierno, algo que sin duda
sucederá con la COVID 19, en los años por venir. A diferencia de los gobiernos
anteriores había existía un plan anual de vacunación masiva. La diferencia es que
la mortalidad y el contagio de la pandemia bajo la que vivimos en 2020 y lo que
va del 2021, no se puede comparar con la influenza de 2009. La otra diferencia que
López Obrador no cree en la ciencia, ni en la participación del gobierno en la
salud pública, si no tiene fines electorales. Al llegar el invierno que es una temporada de
altos contagios de enfermedades respiratorias y con el promedio de inmunidad de
las vacunas rebasado, ¿Cuál es el plan de acción del gobierno del presidente
López Obrador, que hasta el momento ve la vacunación como parte de la
propaganda de campaña de su partido?
No solamente se
están dando palos de ciego desde el gobierno federal y su patético
subsecretario de salud Hugo López-Gatell que ha olvidado que es un médico y un
hombre de ciencia para convertirse en un simple y servil vocero de lo que el
presidente le ordena, desde el púlpito de las mañaneras y las de la tarde están
obviando el problema de los daños a mediano y largo plazo que crea la
enfermedad en aquellos que ya han sido infectados. Sí el sistema de Salud, sólo
de acuerdo con los datos de los funcionarios de la dependencia responsable, no
se ha visto rebasado por la emergencia en ningún momento esperemos que no comience
a colapsarse en unos meses cuando ambas condiciones; el fin de la inmunidad y
la serie de secuelas en los pacientes recuperados puedan alcanzar un pico en la
demanda de servicios de salud.
Eso sin
considerar que algunas de las nuevas variantes del virus ahora atacan a jóvenes
y niños, lo que vuelve una gran irresponsabilidad de López Obrador el intentar
a como dé lugar iniciar clases únicamente con los maestros vacunados.
Hay quienes
especulan en los medios que la inmunidad de rebaño por contagio es la apuesta
del gobierno federal, a falta de dinero para adquirir los doscientos millones
de vacunas necesarias y a la nula visión del presidente por apoyar a la ciencia
del país.
Hace apenas unas
semanas en un acto que pareció más de campaña que de gobierno, López Obrador y
su florero que preside el CONACYT anunciaron la llegada de una vacuna llamada
Patria que al poco tiempo fue descubierta como un plagio de una investigación
norteamericana, algo realmente triste para la imagen de un gobierno que se
quiere presentar como soberano y patriota y que ha hecho oídos sordos a las
investigaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro y a los esfuerzos
coordinados desde la UNAM con otras instituciones en busca de verdaderas
vacunas mexicanas.
Una vez más lo digo;
el hecho de que el gobierno este dirigido por un hombre religioso y político en
el peor de los sentidos de la palabra, nos esta costando y habrá de costarnos aun
mucho más en materia de independencia y soberanía intelectual, científica y de
la nación.
Llegar el
invierno 2021-2022 preparados es algo que debería ocupar desde ahora a las
autoridades porque nadie desea un nuevo frenón en las actividades económicas,
ni un nuevo encierro, y obviamente es responsabilidad del gobierno crear desde
ya las campañas de concientización y protocolos al respecto.
¡Qué bueno que
hay ya 14 millones de mexicanos vacunados al 21 de abril! ¡Que bueno que
podamos regresar parcialmente a una vida normal! Y dentro de siete, ocho, nueve
meses… ¿seremos tan optimistas como hoy?
La fotografía es también de mi autoría.
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