Al final de
una trayectoria como promotor de la lectura, intelectual de oposición y hombre
abierto, Paco Ignacio Taibo II sólo ha demostrado su odio y su intolerancia.
Armando Enríquez Vázquez.
A finales del
siglo XX con la llegada de un gobierno de supuesta izquierda a la capital de
México se integraron en el área de cultura, hombres y mujeres que se pensaba
tenían una estatura intelectual para proponer un cambio en ese momento en las políticas
culturales, al menos, en la Ciudad de México.
Uno de ellos fue
el escritor Paco Ignacio Taibo II, combativo y creador de un investigador
totalmente chilango y una serie de cuentos con trasfondo sindical divertidos, y
críticos de lo que sucedía en la capital del país. Taibo II promotor de la
novela negra convenció al jefe de gobierno Cuauhtémoc Cárdenas en publicar
libros y regalarlos a la ciudadanía. La idea de Taibo, hijo de la España
Republicana y de la cultura mexicana, curiosamente era muy similar a la de José
Vasconcelos y desde la arrogancia, como el antiguo Secretario de Educación, decidió
que era lo que debían leer los capitalinos. Los libros se regalaban en el
zócalo de la CDMX. Yo recuerdo haber conseguido Sin novedad en el frente
de Erich María Remarque y Los diez días que estremecieron al mundo de
John Reed. Cosa interesante es que se hacían largas filas para obtener los
libros; claro que esto no quiere decir que la gente los fuera a leer, muchas
veces los obtenían para venderlos.
Posteriormente
Taibo II creó una red de libro digitales que se podían descargar o leer desde
los dispositivos digitales. A mediados de la primera década de este siglo
produje un programa piloto conducido por la periodista Rosalba Aguirre en la
que ella entrevistó al escritor en su casa. Al finalizar la entrevista Taibo II
me solicitó grabar un mensaje para los directivos de la extinta Cadena3. En el
breve mensaje, no mayor a los 5 minutos el escritor apelaba a los directivos
del entonces recién creado canal para hacer un pequeño programa promoviendo la
lectura a partir sólo de libros que a él le gustaban y argumentaba no hablar
mal de ningún libro.
Obviamente a la
gente de Cadena3, no les interesó la propuesta por una sola razón, son
ignorantes y solo les interesa el dinero, algo bastante común en los directores
y dueños de medios de nuestro país.
La calidad como
escritor de Taibo II no está en duda, sus importantes obras de ficción y también
de historia son parte importante de nuestra literatura del siglo XX y lo que va
del XXI, es su calidad como ser humano y funcionario burocrático del gobierno
mexicano lo que habla muy mal de él y lo muestra como un hombre pequeñito lleno
de traumas y rencores. Cómo otros funcionarios del gobierno de la mal llamada
4T, Taibo II está comprometido con la destrucción de la historia de las
instituciones forjadas en el país tras la revolución de 1910, el Fondo de
Cultura Económica es sin duda el máximo logró y esfuerzo editorial de México en
toda su historia y Paco Ignacio, que se siente ante todo intelectual español,
lo desprecia porque su fundador fue Daniel Cosío Villegas, un intelectual
lejano a la izquierda dogmática de López Obrador y sus allegados, quién al
final de su vida se volvió en crítico del sistema y sobre todo del presidente
Luis Echeverría a quien López Obrador emula y gente como Taibo II que sufrió la
represión durante los años posteriores a 1968 parece haber olvidado.
Taibo II inició
su gestión destructora acabando con la independencia del Fondo para unirlo a la
burocracia maldita de la Secretaría de Educación y hacerlo parte de Educal, una
red de librerías que sexenios funciona y otros no. Después de hacer la clásica
limpia al interior del Fondo, el español-mexicano se dedicó a negar la
publicación de cierto autores, a la reimpresión de obras fundamentales y a
abrir la imprenta a sus amigos. Incluso ha demostrado su poco entendimiento del
valor de los géneros literarios, dedicado a promover la novela negra, Taibo II
ha olvidado a los poetas de nuestro país.
La pobreza y
segmentación de la oferta de las librerías del Fondo de Cultura Económica es muy
clara para los lectores de siempre que hemos sido clientes de la editorial más
importante de nuestro país. La falta de muchas editoriales, así como la poca
creatividad de la gente de marketing del Fondo que sólo han copiado la visión
de las grandes librerías privadas que cada día venden menos libros y ofertan más
juguetes, tazas, separadores, atriles y rompecabezas.
Muchos miembros de lo que alguna vez se
presumió como la vanguardia intelectual de izquierda en México, hoy son parte
de la mayor farsa; la ultraderecha retrograda pro militar disfrazada de movimiento
progresista y Taibo II sin ningún pudor, ni memoria tristemente es uno de ellos.
México es un país enorme y los gustos y preferencias por autores y tipos de lectura, eran algo que no impactaba en el Fondo de Cultura Económica, una cosa es hablar sólo de los libros que te gustan y otra muy diferente intentar imponer tus preferencia a millones de mexicanos. Si bien existe una colección de narraciones muy barata, lo cierto es que esta colección llamada Vientos del Pueblo. También es cierto que los textos tienen el sesgo que el escritor/burócrata impone.
Irónicamente la
furia dogmática del director del fondo choca como en todo comunista
recalcitrante con su amor por el dinero, mientras desde que inició su mezquina
y destructora labor al frente de una de las editoriales más importantes del
mundo hispano hablante, incluyendo a nuestros paisanos en Estados Unidos, pues
el Fondo de Cultura Económica tiene librerías en San Diego, niega la
participación de la editorial en las ferias del libro importante de nuestro
país como la del Palacio de Minería o la de Guadalajara, el funcionario si
tiene tiempo y espacios en las mismas para presentar y comercializar sus libros
en ellas.
Será necesario al
finalizar el sexenio hacer una auditoria a fondo en el Fondo para saber bien a
bien que sucedió en seis años de dictadura editorial.
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