Entre los
seleccionados este año para el Salón de la Fama del Futbol americano está Randy
Gradishar quien fue una parte decisiva de aquel famoso Orange Crush de
Denver.
Armando Enríquez Vázquez
Recuerdo durante
los años de mi adolescencia, la sorpresa que a los aficionados al futbol
americano nos causó la llegada de los Broncos de Denver, hasta ese momento un
equipo totalmente desconocido en México, al Superbowl. La revista Time que mi
padre llevaba semanalmente a casa tenía en la portada una ilustración que
representaba la jugada de una recepción y la lucha por el ovoide entre un
vaquero y un bronco. La leyenda Super Bowl XII la Broncomanía en contra de los
Cool Cowboys era el texto rodeado por vaqueritas.
Así como se
comenzó a hablar de la Broncomanía en México, la defensiva de los Broncos comenzó
a hacernos notarla. En Estados Unidos por el color anaranjado del jersey y la
fuerza apabullante de dicha defensiva y haciendo un juego de palabras con el
popular refresco de naranja se bautizó como The Orange Crush Defensive.
En el centro de
esa defensiva destacaba un linebacker con el número 53 en su jersey: Randy
Gradishar, uno de los mejores en su posición en todos los tiempos y uno de
aquellos que jamás ganó un Super Bowl, y tal vez por eso la liga tardó casi
cuarenta años en darle su lugar en el Salón de la Fama del Futbol Americano.
Randy Charles
Gradishar nació el 3 de marzo de 1952 en la ciudad de Warren en el estado de
Ohio, a unos 80 kilómetros al noreste de Canton, donde se fundó la NFL y que es
la sede del Salón de la Fama, a pesar de ello Gradishar jamás pensó durante su
infancia y adolescencia en jugar futbol, y mucho menos de manera profesional en
la NFL. Ocupado en la tienda de abarrotes de su padre desde los once años,
llegó a jugar basquetbol. Su decisión por el deporte vino en sus años como como
universitario en Ohio State y en 1974 fue la primera selección de los Broncos y
la decimoséptima en general y desde ese año se ganó la titularidad en la
defensiva bronco.
Al lado del Tom
Jackson, Joe Rizzo y Bob Swenson, a lo largo de las diez temporadas que
Gradishar jugó en la NFL, formó el cuerpo de apoyadores de esa agresiva
defensiva que tenía entre sus linieros a Lyle Alzado, Paul Smith y Barney
Chavous entre otros.
Esa tarde Randy
Gradishar logró taclear sin asistencia en cinco ocasiones a sus adversarios.
En 1978, fue
nombrado el jugador defensivo del año. Con 4 intercepciones en la temporada, 2
fumbles recuperados, en esos años no se llevaban récords de tacleo y atrapadas
del quarterback detrás de la línea y a partir de que se llevo conteo en tacleadas
como estadística en la NFL se cuentan a partir de la década de los ochenta no
existe datos certeros acerca de las tacleadas realizadas por Gradishar, pero en
el sitio del Salón de la Fama se puede ver que se le atribuyen 2,049 tacleadas.
A lo largo de
diez temporadas, todas con los Broncos de Denver, Gradishar jugó en 145
encuentros de temporada regular, más otros seis en las postemporadas en 1977,
1978, 1979, 1983, incluyendo el Superbowl XII. Randy Gradishar se retiró al
finalizar la temporada 1983. En 1989 el equipo reconoció a Gradishar y fue el
único inducido al añillo de honor del equipo.
Randy Gradishar
es sin duda uno de los grandes jugadores defensivos de la NFL y por alguna
razón misteriosa, a pesar de ser finalista en 2003, 2008, la NFL tardó muchos
años en reconocer a esta leyenda del futbol americano profesional, pero para él
y para otros miembros de la defensiva Orange Crush, es la esperanza de que el
trabajo de otros miembros de aquella legendaria defensiva sean próximamente en
el Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional.
Imagenes:
sportsillustrated.com
time.com
Fuentes:
https://www.pro-football-reference.com/players/G/GradRa00.htm
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