Armando Enríquez Vázquez
¿Ha llegado el momento de hacer un alto y reflexionar sobre nuestros medios de información y su influencia en el gobierno actual? ¿Debemos ser esclavos de los melodramas que se venden como noticia?
El martes 28 de Septiembre, pasado nos levantamos con la noticia de un terrible deslave quehabía sepultado a todo un pueblo de la comunidad Mixe en Oaxaca. El nombre de Tlahuiltoltepec,una comunidad de 3,000 habitantes a 130 kilómetros de Oaxaca se conoció a nivel mundial.A mediodía se hablaba de trescientas casas sepultadas por el alud de lodo y más de cien personasdesaparecidas, incluso, en algunos portales se llegó a hablar de miles de víctimas. El Presidente Calderón, El Vocero de Seguridad Nacional e incluso el Embajador de los Estados Unidos en Méxicoenviaron sus condolencias a los familiares de las víctimas. El secretario de Gobernación salió parala zona de desastre y lo mismo intentó hacer el Presidente, debido al mal tiempo reinante en lacapital del estado, el avión presidencial no pudo aterrizar después de dos horas de sobrevuelo.En los noticieros de radio y televisión el Gobernador de Oaxaca trataba de poner calma y llamabaa la mesura, mientras el alcalde de Tlahuiltoltepec, hablaba de una catástrofe de enormesproporciones. Algunos medios sacaron a colación una nota de un diario local que unos mesesatrás advertía de las posibilidades de una tragedia en la zona.Conductores de Televisa y TV Azteca se prepararon maletas, chalecos de su empresa, sus poses,su forma particular de narrar la tragedia para llegar a la zona del desastre, y cubrir de la maneraacostumbrada la tragedia. Buhoneros de la desesperanza humana. A las 16:00 horas el reportecambio radicalmente al parecer las grandes proporciones de la tragedia se reducían a tan solo11 víctimas y tres casas enterradas por el alud. El peligro sigue latente hasta la fecha en la zonapor la gran cantidad de agua que ha caído en las últimas semanas y el reblandecimiento delterreno; simplemente el sistema carretero ha sido dañado en un 35%. Se apagaron las cámaras,se desmovilizó a personal de protección civil y del ejército. La tragedia existía pero no era de la magnitud necesaria para cubrirla.Entonces los mexicanos nos quedamos con el sabor de boca del aquel que ha sido engañado con aquello de; “Ahí viene el lobo”. ¿Qué pasó el martes? ¿De quién fue la culpa? Lo primero que hay que preguntarnos es ¿Quién y por qué? , después ¿Dónde estaban los servicios de inteligencia del país, para permitir al primer mandatario de la Nación y a su Vocero de Seguridad Nacional, hacer declaraciones sobre una supuesta tragedia que horas más tarde resulto si no falsa, si magnificada? y por último ¿Hasta dónde la libertad de prensa permite gritar: “Ahí viene el lobo”, a cambio de las monedas producto del rating?TV Azteca mañosamente utilizaba imágenes de un deslave carretero del día anterior, mientrasque Televisa sellaba con el logo de ForoTV imágenes engañosas que nada tuvieron que ver con la realidad. Los noticieros y ante todo ese espacio llamado ForoTV resultaron carpas de circo dondese lucró con invenciones y falacias. El hecho no sólo es lamentable y patético sino alarmante. Peromás alarmante es el estado que guardan la Seguridad y la Inteligencia Nacional, ¿Quién le permitióal Presidente salir a hacer esos comentarios? o acaso ¿Nuestra inteligencia y seguridad dependende lo que diga Loret de Mola y su palabra es la Ley? Recuerdo que tras el 11 de Septiembre de 2001, se publicaron una serie de artículos en el “NewYorker”, acerca de la laxitud que en la administración de Clinton y el inicio de la era Bush existía en la inteligencia norteamericana en Medio Oriente y sobre todo en los países árabes, tambiénse hablaba de las alertas emitidas por la CIA, por lo menos un mes antes de los atentados y como estos reportes se habían quedado en los escritorios de funcionarios medios del FBI, y recuerdo que en Marzo de 2002 a seis meses de los atentados en una pequeña escuela de aviación de La Florida se recibieron los permisos de residencia de los terroristas que tenían meses de haber muerto después de haber llevada a cabo con éxito sus atentados. El funcionamiento caóticola burocracia norteamericana había llevado al extremo de lo inverosímil su funcionamiento.El martes parecería haberse vislumbrado, de nuevo, la punta del Iceberg de un comportamiento similar en las estructuras de nuestra inteligencia nacional. ¿Hasta dónde la burocracia es responsable de no haber avisado al Presidente de la verdadera magnitud de la tragedia? ¿Hastadónde la ineficiencia e inoperancia de los organismos encargados de vigilar nuestra seguridad y laimagen del Presidente?Pero lo más grave es que el peligro sigue latente en , las lluvias no han parado pero cámaras y micrófonos se apagaron para dirigirse, sin un proceso de reflexión y de promoción de laprevención en la zona, a Yajalón, Chiapas o Coatzacoalcos, Veracruz para llenar nuestra pantalla desufrimiento.Hoy, de cara a los anuncios del Presidente, durante su informe de gobierno, referentes a las telecomunicaciones estamos en posición de exigirle más y mejores servicios de televisión, más plurales y con mejores contenidos. Que esas concesiones y esos nuevos canales sean otorgadas a personas responsables, que los medios sean democráticos y no por ello populistas, ni populares.Con contenidos que no estén al servicio de los lisonjeros o de los enemigos del gobierno federal y que sean capaces de crear confianza y certeza en la información que brindan. Debe ser un dudoso honor para los canales que el Presidente Calderón al parecer se haya basado solamente en su información. ¡Qué vergüenza, que los medios no sólo engañen a sus televidentes sino que engañen al Presidente! ¡Qué vergüenza que los canales de información de la Presidencia de la República parecieran ser los mismos que los de los simples mortales que en ella habitamos!
Publicado en blureport.com.mx Octubre 4 de 2010
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