Armando
Enríquez Vázquez
Cuando hablamos de construcciones
prehispánicas, siempre pensamos en las pirámides que se encuentran en nuestro
país y Centroamérica. Teotihuacán, Tikal, Chichen Itzá, entre los muchos otras que
dan testimonio de las civilizaciones que habitaron esta parte del continente
antes de la llegada de los españoles.
Pero si alguien dijera que existen
pirámides y vestigios de construcciones similares allende el río Bravo, la
mayoría de nosotros no lo creeríamos. La
primera vez que oí hablar de las pirámides en Illinois fue hace unos diez años,
cuando platicando con un amigo historiador, Robert Jagelwski, acerca de los
aztecas me contó de Cahokia Mounds en
Illinois y de Azatalan en Wisconsin.
La cultura de los Cahokia se estableció en
las márgenes del rio Mississippi, y construyó una ciudad que se cree que en los
momentos de su esplendor, alrededor del año mil albergaba entre 10,000 y 40,000
habitantes, como Teotihuacán tenía una plaza central y una avenida que lleva a
la construcción principal de la ciudad. El sitio histórico de Cahokia Mounds,
es la ciudad más grande que se conoce al norte de las civilizaciones mexicanas.
La ciudad principal de los Cahokia,
tenía una enorme pirámide, los restos de la misma se conocen hoy como Monk’s
Mound o “El túmulo del monje” de más de 30 metros de largo, 14 de
ancho y 15 de alto. A diferencia de las pirámides que conocemos en nuestro país
Monk’s Mound y todas las pirámides o túmulos de los cahokia fueron construidos
con tierra y madera. Otra diferencia es
que la ciudad de los cahokia estaba rodeada de una palizada para la que se
calcula se utilizaron cerca de 20,000 árboles.
En el sur de lo que es hoy el estado de
Wisconsin y su nombre, por lo menos en mí, despierta esas sospechas sobre
históricas redes, Azatalán. Se dice que el nombre proviene de la primera
descripción de un europeo, Nathaniel Hyer, acerca del lugar, la cual data de
1837, quién inmediatamente relacionó el lugar con las culturas mexicanas y le
puso el nombre que lo relaciona con el sitio de donde partió la peregrinación
de mexicas que terminarían fundando Tenochtitlán. Cahokia, tampoco es el nombre
original, fue dado al lugar por los colonizadores franceses, ya que al momento
de su llegada el lugar era habitado por un grupo amerindio con ese nombre.
Pero lo que se ha encontrado en los lugares
es sorprendente; conchas de moluscos provenientes del Golfo de México,
artefactos de cobre moldeado, Vasijas, figurillas similares a algunas de las
culturas del centro de México. Un observatorio hecho con postes de madera por
lo que su descubridor lo llamó woodhenge, en memoria del famoso observatorio de
piedra en Inglaterra.
En un túmulo mortuorio, llamado el túmulo
72, de Cahokia Mounds se encontró a un hombre puesto sobre una cama de 20,000
conchas marinas ordenadas de manera que pareciera un halcón, envolviendo el
cuerpo del personaje, al parecer un importante gobernante.
Ambas culturas ciudades desaparecieron de
manera desconocidas alrededor del año 1200.
Publicado en la revista ATM del mes de diciembre de 2011
Imagen cortesía de Wikipedia.
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