Nunca soñé que el hecho de los calzones se marcaran en mis pantalones y
la incomodidad de los hilos dentales me llevarían a ser inventora.
Sara Blakely.
En el año de 1999 Sara Blakely egresada de la Universidad de
Estatal de Florida, trabajaba vendiendo faxes de puerta en puerta, acababa de
abandonar el hogar paterno y tenía a un perdedor como novio como ella misma
define, hoy en día. Una noche en que la invitaron a una fiesta, al ponerse un
pantalón blanco le disgustó la manera en que el calzón se remarcaba en la ropa
y la forma en que hacía que se le viera el trasero, así que molesta por el
hecho decidió cortarle los pies a unas pantimedias y usar estas como ropa
interior permitiendo que su cuerpo se mostrara sin marcas extrañas. De ahí
surgió la idea que catorce años después tiene a Sara como una de las mujeres en
la lista de Forbes.
De los más de mil doscientos poseedores de mil millones de
dólares o más en el mundo, únicamente 24 son mujeres que crearon sus propios
negocios y los han hecho prosperar. La fortuna de Sara Blakely está calculada
en mil millones de dólares, no encabeza la lista de mujeres, ni siquiera se
encuentra entre las diez primeras mujeres que crearon sus fortunas, pero es la
más joven entre las empresarias que todo se lo deben a su esfuerzo y visión.
Al otro día de la fiesta, Sara se dio cuenta que no existía
un producto similar en el mercado, que las antiguas fajas eran estorbosas y
pasadas de moda, por lo que Sara comenzó a idear como llevar esta idea a los
almacenes de los Estados Unidos. El capital del que disponía Sara era de tan
sólo cinco mil dólares. A la par que investigaba las firmas que pudieran
ayudarla a hacer el prototipo de su producto, Blakely comenzó en trabajar en la
patente de su invento.
Sin experiencia alguna en ninguna de las dos áreas Sara
Blakely decidió comenzó a hacer llamadas a los fabricantes de ropa interior
femenina, mientras por otro lado se hacía de libros que la orientaron en lo
referente a patentes y registro de marcas. Se entrevistó con abogados para
poder llevar a cabo la patente que rechazaron su caso, incluso algunos de ellos
años después confesarían, que la idea de Blakely les pareció tan descabellada
que pensaron en un momento que iban a ser víctimas de una broma para la
televisión con cámara escondida. Entonces Sara decidió redactar la patente y
más tarde con la ayuda de un abogado que si confió en ella presentó la
solicitud. La cual fue aprobada.
El nombre según la misma Blakely confiesa, comenzó con la
idea de que Kodak y Coca Cola siendo de las marcas más importantes y
reconocidas en el mundo, tenían un fuerte sonido de la K, así que decidió
llamar a su producto Spank, (Nalgada en
inglés), Blakely decidió al final cambiar la K por una X que en ingles
tiene un sonodo de KS, además había leído en algun lugar que los nombres
inventados para productos tenían buenos resultados. Así nació Spanx.
En cuanto a cómo llevar del papel a las estanterías de las
tiendas, Blakely siguió buscando la manera de que alguno de las plantas que
manufacturaban ropa interior se interesara por su Spanx, finalmente uno de los
empresarios le regresó la llamada y le dijo que la iba a ayudar a hacer el
prototipo, cuando Sara le preguntó por qué, el hombre le contó que tenía dos
hijas a las cuales la idea les había gustado mucho y no la consideraban
descabellada.
Tras un año desarrollando el prototipo, lo siguiente fue
conseguir quien pusiera a la venta el producto para lo que Blakely, llamó a la
persona de compras de la famosa tienda departamental Neiman Marcus y consiguió
una cita para mostrar su producto. Durante la reunión Sara le pidió a la
ejecutiva de la tienda que la acompañara al baño donde le mostró las ventajas
del producto al ponérselo debajo de los pantalones. Tres semanas después Spanx
estaba a la venta en Neiman Marcus.
Publicidad y mercadotecnia, no había dinero para ello sin
embargo había que promover el producto de alguna manera, así Sara viajó lo más
posible, buscando nuevos lugares que le compraran Spanx y luego quedándose en
el lugar para llevar a cabo demostraciones, promocionando Spanx entre las
mujeres, por lado y capacitando a las vendedoras por otro para que pudieran
contestar las preguntas de las futuras compradoras, por otro. La misma Blakely,
lo describe de manera sencilla; levantándose los pantalones a lo largo y ancho
de los Estados Unidos para mostrar su producto. Sus amigos se encargaron de
llamar a los medios de comunicación y a la prensa para promocionar Spanx. Pero
la publicidad boca a boca, las ventas de puerta en puerta, no fueron lo único
que logró el gran éxito de Spanx. Unos meses después de su introducción al
mercado Sara Blakely logró hacer llegar Spanx al estilista de Oprah Winfrey. A
la exitosa conductora, que también está en ese minúsculo grupo de 24 mujeres
empresarias que han rebasado los mil millones de dólares gracias a su propio
esfuerzo, le encantó Spanx, e invitó a Sara a su programa para entrevistarla
acerca del producto. Con eso fue suficiente para que la marca tomara importancia
nacional en los Estados Unidos.
Spanx es desde entonces uno de los productos favoritos de
las estrellas de Hollywood cuando tiene que asistir a las alfombras rojas. En
2006 Sara formó parte de los personajes de un reality show de la cadena norteamericana
Fox y conoció a Sir Richard Branson quién al final del programa entregó a la empresaria
el cheque que representaba el salario de él, para que Sara creara su propia
fundación.
Hoy Spanx tiene más de cien productos diferentes a la venta.
Catálogos por Internet y Sara formó además la empresa Assets junto con la
tienda Target para crear productos más económicos para otras clases
socioeconómicas. Spanx se vende en muchos países.
Sara Blakely tiene 41 años de edad y al final del día puede
decir con orgullo que todo lo que tiene es gracias a sus calzones.
Armando Enríquez Vázquez
Publicado en empresasydinero.com el 7 de Mayo de 2013
Imagen: workingworld.com
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