Muchos son los impactos negativos que el calentamiento global tiene en nuestro planeta, pero éste es uno en el que no se ha hecho mucho énfasis: el crecimiento en las enfermedades contagiosas.
Armando Enríquez Vázquez
La semana pasada la Dirección General de Epidemiología de la Secretaria de Salud reconoció que en los siete meses que van del año la cantidad de casos de dengue en México han aumentado en más de 60 por ciento en comparación con el mismo lapso de 2012, con más de 16 mil casos a nivel nacional tanto de su variedad clásica, como en el hemorrágico. Lo bueno, por otra parte, es que el número de muertes ha disminuido.
En Tamaulipas la enfermedad creció en un año en más de 900 por ciento, mientras que en Colima lo hizo en más de 600 por ciento.
El dengue es una enfermedad viral que es transmitida a los humanos por un mosquito que antes vivía en las zonas tropicales.
Lo mismo sucede, a menor escala, con la malaria; menos de 4 por ciento de la población del país habita en zonas donde se han reportado casos de malaria. Sin embargo, a nivel mundial la malaria mata a más 600 mil personas al año.
De acuerdo con el reporte sobre la enfermedad de la Organización Mundial de la Salud e reportaron casos de malaria en regiones de Sonora, Sinaloa, Chiapas y Quintana Roo.
Pero hace unos veinte años o más estas enfermedades habían sido erradicadas o eran desconocidas en nuestro país y las regiones que hoy las padecen.
¿Qué es lo que está sucediendo para qué broten de nuevo y cada vez más alejadas de los cinturones tropicales del planeta? La respuesta es sencilla: El calentamiento global.
De acuerdo con un estudio publicado la semana pasada por la revista Science, el cambio climático que sufrimos actualmente ha beneficiado y beneficiará aún más en el futuro la propagación de enfermedades infecciosas.
Los brotes de dengue en La Florida son el ejemplo que Sonia Altizer, profesora de la Universidad de Georgia y sus colegas canadienses, dan en el informe publicado. Pero lo mismo aplica para el hemisferio sur, en Australia los casos de dengue también han aumentado.
El calentamiento global, de acuerdo con el artículo de Altizer, fomenta una vida más larga a bacterias y virus responsables de enfermedades infecciosas, así como periodos mayores para el contagio.
Los investigadores concluyen que lo menos preocupante son las enfermedades que aquejan a los seres humanos, pues nuestra especie sabe reaccionar de manera rápida y muchas veces eficiente en contra de los microbios.
Sin embargo, no sucede lo mismo con animales y plantas cuyos ecosistemas sufren modificaciones con las alzas de temperatura, y como ejemplo los científicos hablan de los daños que están sufriendo los arrecifes coralinos del mar Caribe. Las aguas marinas al ser más cálidas los han vuelto más vulnerables al ataque de hongos y bacterias patógenas. Hay especies de coral que han desaparecido por esta situación, lo cual puede llevar a especies de peces y plantas marinas que dependen de los corales a extinguirse.
Otro caso es el de los bisontes almizcleros del Ártico, que en los últimos años se han vuelto más susceptibles al ataque de nematodos que se alojan en sus pulmones, al tener estos gusanos ciclos de vida más largos por las temperaturas más cálidas.
Pero el mismo riesgo que corren los ecosistemas naturales del planeta lo corren los ecosistemas agrícolas y ganaderos que ha creado el hombre.
Una de las recomendaciones que hacen los investigadores en su artículo es la necesidad de llevar, y en su caso crear la información y estadísticas necesarias sobre le respuesta fisiológica de huéspedes y parásitos aunada al cambio climático, con la esperanza de poder entender y reaccionar al calentamiento global y salvar a miles de especies que pueden estar en camino a la extinción.
Publicado en blureport.com.mx 5 de Agosto de 2013
Imagen: ecoosfera.com
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