Esta fue una mujer
valiente y fiera que enfrentó a las tropas de Napoleón durante la invasión a
Rusia y para hacerlo se hizo pasar por hombre, el propio Zar la encubrió.
Armando Enríquez Vázquez.
En la historia de la humanidad existen muchos ejemplos de
valientes mujeres que tras haber encontrado su vocación como guerreras decidieron
seguirla vestidas y disfrazadas de hombres logrando sobresalir en un ámbito y
en una sociedad totalmente machistas.
El caso de Nadezhda Durova tiene una serie de excepciones
que hacen su historia digna de ser contada, sin de ninguna manera menospreciar
su brillante carrera militar, ni sus hazañas.
Nadezhda nació el 17 de septiembre de 1783 en Kiev, su padre
era un militar ruso y su madre la hija de un terrateniente ucraniano. El
matrimonio se llevó a cabo a pesar de la oposición del padre de la novia. La
madre se llevó una enorme decepción al enterarse haber dado a luz a una niña y
no al rubio varón que durante nueve meses soñó. A tal grado fue el rechazo de
Aleksandra Aleksandrova, la madre, que un día lanzó por la ventana a la recién
nacida. La niña sobrevivió. A partir de
ese día Andrei Durov puso como nodriza de su hija a uno de sus soldados.
Nadezhda creció rodeada de un ambiente totalmente militar y bajo
consejas de los miembros de las fuerzas al mando de su padre. Su juguete
favorito durante su primera infancia era un revolver sin balas del que gustaba
jalar el gatillo fascinada por el ruido del martillo de la pistola al ser
accionado.
A pesar de todo, su madre esperaba que la niña al crecer se
comportara como una dama e insistía durante la adolescencia de Nadezhda en que
pasara horas dedicada a actividades propias de una jovencita de sociedad;
tejiendo y bordando, algo para lo que la joven no servía. Frente al despreció y
las exigencias maternas, Nadezhda tenía el amor incondicional y siempre
consentidor de su padre, quien con el pasar de los años dejó el ejército y se
convirtió en jefe de policía disfrutando de la vida como civil desde sus
posesiones. Nadezhda aprovechaba este apoyo para escapar de la vigilancia
materna y cabalgar cuanto podía en el caballo de su padre.
Nadezhda se casó en cuanto pudo, pero también en cuanto dio
a luz a un hijo y por razones que son desconocidas regresó a la casa de su
padre, sólo para abandonarla de manera definitiva al poco tiempo. Existe una
historia que dice que se enamoró de un húsar y huyó con él. Lo cierto, es que
Nadezhda disfrazada de hombre logró entra al cuerpo de Lanceros Polacos.
Nadezhda cambió su nombre por el de Alexander Sokolov. De acuerdo con sus
memorias fue el primer año en el ejército que Nadezhda Durova encontró la
verdadera felicidad al obtener la independencia y libertad totales que nunca
encontró ni en su casa y mucho menos en su matrimonio. El 22 de mayo de 1807
entró en acción en la batalla de Guttstadt donde los ejércitos de Prusia y
Rusia como parte de la Cuarta Coalición intentó detener una vez más el
expansionismo de Napoleón.
La historia cuenta que el cuerpo de Lanceros, atacó en
diferentes cargas de alternadas a las fuerzas de Francia. Nadezhda, en su
ignorancia o en su febril valentía tomó parte en todas las cargas sin importar
la unidad a la que pertenecía hasta que un oficial se percató de la presencia
del joven soldado que no pertenecía a su unidad y mandó a Nadezhda a la unidad
que le correspondía. De regreso con los suyos Nadezhda se percató de un grupo
de soldados franceses atacando a un ruso, por lo que la joven decidió ir al
rescate y lo hizo de manera tan feroz que los soldados de Napoleón huyeron
dejando herido al ruso, al que Nadezhda cedió su caballo para que alcanzara la
enfermería.
Poco menos de un mes después, en la batalla de Heilsberg una
bomba estalló debajo del caballo de Nadezhda, saliendo ilesa del incidente. Con
la firma del Tratado de Tilsit, la paz llegó a Europa, Nadezhda decidió
escribirle a su padre explicando los motivos del abandono de la casa paterna,
pero en esos días el zar Alejandro I se enteró de los rumores acerca de la
existencia de una valiente mujer disfrazada de hombre que luchó en su ejército.
Nadezhda fue llamada por el zar y tras la aceptación de su género, Alejandro I
le cambió el apellido por el de Aleksandrov, ocultando aun más su verdadera
identidad. Además, le otorgó la Cruz de San Jorge por haber salvado al soldado
ruso y le confirió el grado de Teniente de un regimiento de húsares, así como
dinero para comprar uniformes.
En tiempos de la invasión napoleónica a Rusia Nadezhda
volvió a combatir de manera valerosa, fue herida en la rodilla en la famosa
batalla de Borodino, sin que esto fuera un impedimento la valiente joven se
presentó frente al viejo general Kutuzov, que era de los pocos que conocían la
verdadera identidad de Nadezhda y que se alegró de tenerla entre sus tropas.
Nadezhda participó en diferentes batallas y se ganó nuevas medallas y
reconocimientos militares. Se retiró con el grado de Capitán.
En 1816 regresó a la casa de su Padre quien le pidió ayuda
para administrar su hacienda. Nadezhda vistió hasta el final de sus días como
hombre. Pero más allá de eso comenzó a escribir sus memorias y uno de sus
hermanos la presentó con Pushkin, a quién los textos de la valiente militar
entusiasmaron y gustaron, lo que lo llevó a publicar varios de ellos en su
revista.
Las memorias de Nadezhda Durova se publicaron bajo el titulo
de La doncella de la caballería, pero
además escribió otras cuatro novelas y diversos cuentos.
Los últimos años de su vida los pasó en Yelábuga. El 21 de
marzo de 1866 Nadezhda Durova murió. Tenía 83 años y fue enterrada con los
honores militares de una heroína como ella.
publicado en mamaejecutiva.net el 26 de febrero de 2018
imagen: en.wikipedia.org
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