Una de las
grandes empresas culturales de México de trascendencia internacional, un
orgullo para todos inició hace más de 80 años como una revista.
Armando Enríquez Vázquez
En México uno de
los grandes objetivos de la Revolución fue crear organismos y empresas que
beneficiaran a los mexicanos, acabar con la desigualdad evidente desde la
instauración de la colonia y buscar la justicia social para todos. Uno de los
estandartes terminada la revolución fue la educación y la necesidad de tener
mexicanos educados al menos con la primaria en ese momento, pero también la
necesidad de editar materiales de lectura para los mexicanos. Los esfuerzos de
Vasconcelos por llevar a los clásicos griegos y romanos al campo mexicano, la
instauración décadas después por iniciativa del presidente Adolfo López Mateo y
su secretario de educación pública, el poeta Jaime Torres Bodet por formar la
Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuito, pero también la creación de
una editorial dedicada a la publicación de libros para todos los mexicanos
interesados en leer.
Daniel Cosío
Villegas, uno de los intelectuales más importantes del siglo pasado, olvidado
por el sistema priísta tras haber sido crítico del nefasto Luis Echeverría, fue
el encargado de crear lo que es hoy la editorial mexicana más importante del
mundo y que este gobierno de pseudo izquierdistas se ha dado a la tarea de
minimizar su trascendencia.
Daniel Cosío
Villegas nació en la Ciudad de México el 23 de julio de 1898. Estudió
derecho en la Universidad Autónoma de México y después hizo estudios de
posgrado en economía e historia en universidades norteamericanas como Harvard,
Cornell y la universidad de Wisconsin. Antes
de su carrera como abogado, estudio un año ingeniería. Cosío Villegas comenzó a
colaborar con cuentos en diferentes revistas desde los 18 años y más tarde trabajó
como periodista en el periódico El Excélsior. Fue en 1934 cuando junto
Eduardo Villaseñor, economista renombrado y que fue director general del Banco
de México de 1940 a 1946 entre otros cargos públicos y privados, que creó El
Trimestre Económico, una revista dedicada a difundir artículos relacionados
con economía. En septiembre de 1934 con un préstamo del Banco Nacional Urbano y
de Obras Públicas se creó el fideicomiso del Fondo de Cultura Económica
con el propósito de difundir obras relativas a la economía, tanto nacionales
como extranjeras, a precio accesible para el lector mexicano. En aquel primer
consejo del FCE se encontraban entre otros y además de Cosío Villegas y
Villaseñor, Manuel Gómez Morín, uno de los fundadores del Partido Acción
Nacional, el ingeniero Gonzalo Robles quien fue director general de agricultura
en la presidencia de Álvaro Obregón entre otros cargos relacionados con la
agricultura y la educación de los campesinos en el país.
Al año siguiente, en 1935 el Fondo publicó sus dos primeros
libros: El dólar de plata de William P. Shea, con traducción de Salvador
Novo y Karl Marx escrito por Harold Laski. En 1937, Cosío Villegas fue
nombrado director del Fondo de Cultura Económica cargo que ejerció hasta
1948, durante esos años el Fondo comenzó a ampliar su espectro de
publicaciones y creó colecciones de ciencia política e historia en 1939. En
1940 se creó la colección Tezontle como una marca aparte del Fondo de
Cultura Económica, dedicada desde un principio a la poesía y la literatura.
Su primer libro fue La rama viva del poeta español Francisco Giner de
los Ríos Morales. Con el paso de los años muchos otros de los grandes poetas
mexicanos y del exilio español fueron publicados en bajo este sello que con el
tiempo pasó a ser una de las colecciones más importantes del Fondo de
Cultura Económica, junto con otras colecciones relevantes en la vida
cultural de México. En 1945 El
Fondo de Cultura Económica abrió una oficina en Buenos Aires Argentina, la
primera fuera de México, a cargo de la misma Cosío Villegas nombró a Arnaldo
Orfila. Cosío Villegas impulsó la creación de la colección Biblioteca
Americana que encargó a Pedro Henríquez Ureña en 1946, el primer título de
la colección fue la traducción del historiador y ensayista Adrián Recinos del Popol
Vuh.
En 1948 Orfila
sustituyó a Cosío, en un principio como director interino, en un principio, a
Cosío Villegas y comenzó la publicación de los Breviarios, una colección
que existe hasta la fecha y que reúne títulos de historia, arte, filosofía,
literatura, psicología, religión, ciencias sociales, ciencia, tecnología,
economía, estudios literarios y que es referente de la cultura editorial
nacional y de Latinoamérica. En 1954, se inauguró la que fuera la sede del
Fondo hasta finales del siglo XX, ubicada en avenida Universidad y la calle de
Parroquía. Orfila fue director del Fondo
hasta 1965, fue bajo la dirección del argentino que se abrió la primera filial
en Madrid en 1963. Actualmente el fondo cuenta con filiales en Chile, Colombia,
Ecuador, Guatemala, Perú y Estados Unidos.
En 1991 se creó
una de las colecciones más importantes de literatura infantil en las últimas
décadas A la orilla del viento.
En su función
como promotor cultural el Fondo de Cultura Económica convoca anualmente
a diferentes premios en los que pueden participar escritores de habla hispana. En
1989, El FCE recibió el Premio Príncipe de Asturias.
Una de las
polémicas alrededor del Fondo de Cultura Económica es la creación del
logo de la institución, mientras muchos, incluida la administración actual de
la editorial, lo atribuyen al artista gráfico y escritor español José Moreno
Villa, otra de las grandes mentes que llegó con el exilio español y de quien el
Fondo ha publicado y reeditado obras importantes como Cornucopia de
México una serie de ensayos en los que los ojos de un recién llegado ven a
nuestro país. Pero existen testimonios que parecen desmentir esta versión y se
atribuye el diseño del logo al artista gráfico originario de Aguascalientes
Francisco Díaz de León. Ese primer logo, como la Revista del Trimestre
Económico, sigue vigente.
El poeta y
escritor José Emilio Pacheco escribió sobre nuestra gran editorial: Jamás sabré cómo sería el mundo
si no existieran los libros del Fondo. Tampoco podré medir todo lo que me han
dado. Lamentaré en todo caso no haber leído más, entre todo lo rescatable y
digno de perduración y defensa en este cada vez más doloroso país nuestro
sitiado por la miseria, la sequía y la violencia. (1)
El Fondo de
Cultura Económica ha contado con políticos grises y destacados escritores como
directores a lo largo de sus 87 años de existencia; Jaime García Terrés,
Gonzalo Celorio, José Luis Martínez, Enrique González Pedrero y actualmente
Paco Ignacio Taibo II. Tristemente, bajo la dirección de este último y a pesar
de su gran experiencia como promotor de la lectura, su visión revanchista y
totalitaria ha limitado al Fondo e incluso el escritor lo ha bajado de
categoría al convertirlo en parte de la Secretaria de Cultura de un gobierno
que ha destruido las instituciones del país, espero de todo corazón y por el
bien de México y los mexicanos, que el Fondo recobre su independencia y gloria
en el futuro.
Daniel Cosío Villegas además del Fondo
de Cultura Económica fue miembro de la fundación del Colegio de México y el
Colegio Nacional. Murió el 10 de marzo de 1975 en la Ciudad de México.
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