Llegó a México huyendo del fantasma de la II Guerra
Mundial, reforzó su vocación en tierras mexicanas y se convirtió en representante
olvidada del movimiento muralista.
Armando Enríquez Vázquez
Sin duda que uno de los lugares comunes al hablar de la
pintura en México es el movimiento muralista y sus tres grandes representantes;
Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco. Después por lo general
en un segundo plano, incluso de promoción y conocimiento se encuentran O’Higgins
y O’Gorman, Chavez Morado, Tamayo, incluso del Dr. Atl, pero lo que poco han
hecho aquellos llamados historiadores del arte y charlatanes que creen que en
el panorama pictórico del siglo XX en México en materia de mujeres sólo existe
la figura de Frida Kahlo, desconocen y obvian la importancia del papel que
diferentes artistas gráficas jugaron dentro del muralismo, algo que Kahlo no realizó
dentro de su labor artística.
Entre esas figuras femeninas que trabajaron en enormes
paredes resaltan nombres como el de Aurora Reyes, Olga Costa, María Izquierdo, cuyas
semblanzas ya he escrito y otras que están en la lista como las hermanas Greenwood
y Rina Lazo.
Entre estas artistas que trabajaron en gran escala con
mensajes sociales y críticas al sistema contadas como historias con sus
pínceles se encuentra Fanny Rabel. Quien hablaba de la importancia del muralismo
como un arte público al que todo mundo tiene acceso a diferencia de la pintura de
caballete de que una vez terminada y vendida se pierde en el mundo.
La artista gráfica nació en Lublin, Polonia el 27 de agosto
de 1922 con el nombre de Fanny Rabinovich, sus padres eran un par de actores
judíos que a finales de la década de los años veinte se habían establecido ya
en Paris, la infancia de Fanny Rabel transcurrió en la pobreza y viajando
constantemente en trenes de un lugar a otro, en un video en que su hija, la
actriz Paloma Woolrich habla sobre la artista, cuenta que su madre dibujaba
desde niña y en esa infancia de carencia Fanny Rabel dibujaba las muñecas que
no tenía. Diez años después migraron a México. Una vez establecidos en la Ciudad
de México Fanny comenzó a estudiar en la Escuela Nocturna para Trabajadores uno
de los verdaderos logros de la Revolución Mexicana, es ahí al realizar cursos
de dibujo y grabado que la joven confirmó su vocación y en 1942 se inscribió a La
Esmeralda donde tomó cursos con Chávez Morado, Frida Kahlo y Feliciano Peña.
Fanny se casó con el médico Jaime Woolrich y tuvo dos hijos
que se dedicaron como sus abuelos a la actuación; Paloma y Abel.
Su primera exposición se llevó a cabo en 1945 en la Liga Popular
Israelita, el texto introductorio a la exposición lo escribió Frida Kahlo: No
es pintura personalista sino social. Le preocupan fundamentalmente los problemas
de clase, y ha observado con una madurez excepcional, el carácter y el estilo
de sus modelos, dándole siempre una viva emoción. Todo esto sin pretensiones, y
llena de feminidad y finura que la hacen tan completa. (1)
Como discípula de Frida Kahlo, Fanny Rabel formó parte del grupo
llamado Los Fridos y es la única mujer del grupo de cuatro artistas que
incluye a Arturo Estrada, Arturo García Bustos y Guillermo Monroy. Fanny Rabel
fue asistente de Diego Rivera en los murales de Palacio Nacional y aprendiz en
el equipo del coronelazo David Alfaro Siqueiros. Pero ella desarrolló no sólo
su visión propia en su obra de caballete, sus murales tienen también la
personalidad de esta mujer judía, que se sentía orgullosamente mexicana y
observaba la injusticia en los indefensos niños del país. Una de sus pinturas
más conocidas se llama Luces y muestra a un niño indigente en medio de la
modernidad de la ciudad de México. De la misma manera el crecimiento salvaje de
la capital del país llamaba la atención de la artista y en diferentes pinturas
que realizó en la década de los años setenta plasmó el caótico tráfico de autos
y personas de la ciudad, así como la deshumanización de la urbe. La crítica
social es otro de los recurrentes en la obra de Rabel y su cuadro El
Lambiscón muestra a un abyecto y deforme personaje gris en cuclillas del
que sólo el gorro verde envidia resalta.
Uno de los murales más conocidos e importantes de Fanny
Rabel se encuentra en el Museo de Antropología e Historia y es titulado Ronda
de tiempo, en el se aprecia a una serie de niños jugando, agarrados de las manos a lo largo de la historia desde la época prehispánica hasta el México contemporáneo.
Otra obra importante de Rabel es el mural que se encuentra
en el Centro Deportivo Israelí llamado Sobrevivencia de un pueblo que cuenta
la historia del pueblo judío, el mismo Deportivo celebrando sus 70 años de
fundación subió a Youtube un breve video entrevista con la artista hablando sobre
el mural y el pueblo judío. (2)
En el Hospital Infantil de México Federico Gómez de la
Ciudad de México se encuentra otro de sus murales llamado Hacía la salud.
En el video citado arriba la artista dice: “Yo lo único
que sé, es que tengo que pintar.” Esa fue su gran pasión en la vida y su
arte así lo demuestra. Fanny Rabel murió el 25 de noviembre de 2008 en la Ciudad
de México, tenía 86 años.
imagen twitter.
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