Una nueva
película de Netflix oscura, siniestra y despiadada nos recuerda únicamente por su
título a otro cineasta polaco.
Armando Enríquez Vázquez
Entre 1993 y 1994
se estrenó la trilogía del cineasta polaco Kristof Kieslowski. Haciendo
referencia a la bandera francesa las cintas se titulan: Azul, Blanco y Rojo.
Los colores
del mal: Rojo es un
estreno de Netflix. La cinta polaca me recordó la obra de Kieslowski, aunque
sólo la nacionalidad del director y el rojo del título son dos puntos en común
de estas obras. Y el nombre que no sé si hace alusión a Kieslowski aunado al
hecho de la nacionalidad polaca de la película fueron en esta ocasión lo que me
llevo a verla. Sin trailer, ni poster que a veces resultan el gancho, mas de
una vez tramposo y mañoso.
El director Adrian
Panek ha logrado una cinta siniestra que sólo invita a buscar las novelas de
Malgorzata Oliwia Sobczak, que aun no son traducidas al español y que sin duda
tras el estreno de la película en Netflix provocará su difusión en diversos
idiomas. Las novelas cuatro hasta la fecha; rojo,negro, blanco y amarillo que
acaba de publicarse este año.
Las novelas y la
serie están protagonizadas por el investigador Leopold Bilski y la jueza Helena
Bogucka, quienes se unen al inicio de la saga porque la victima del crimen que
investiga Bilski es la hija de Bogucka; Mónica.
Mónica pertenece
a la clase alta de la sociedad polaca, su padre un afamado abogado y su madre
jueza en el sistema judicial de aquel país, pero ella hija única se siente
relegada y se dedica como a la vida de los excesos. Trabaja en la barra de un
antro popular entre la juventud y propiedad de la mafia.
Su cuerpo desnudo
y con los labios cercenados aparece a la orilla del Báltico. La acción sucede
en el área metropolitana formada por las ciudades de Gdansk, Gdynia y Sopot,
conocida popularmente como Triciudad,
A lo largo de
esta muy bien lograda cinta, descubriremos no sólo las razones detrás de la
muerte de Mónica, si el habitual mundo de corrupción legal e ilegal de este
tipo de cintas.
Con actuaciones
bastante aceptables destacando la de los protagonistas; Jakub Gierszal, Bilski.
Maja Ostaszweska, Helena Bogucka y Zofia Jastrzebska, Mónica Bogucka. Junto a
un elenco que los acompaña muy bien, resalta la actuación de Jan Wieteska quien
interpreta a Mario Dubiela, el mejor amigo de Mónica, que con tan solo unas
miradas dice más que con un monologo. El guión de Lukasz M. Maciejewski, Adrian
Panek y la autora de la novela resulta muy bueno y la capacidad y visión para
dejar la historia en una película de poco menos de 2 horas en lugar de haber
escogido el formato de serie o miniserie, lo cual resultó correcto, así como la
extraordinaria dirección de Panek hacen que Los colores del mal: Rojo, sea una
película que vale la pena ver en más de una ocasión y dejarse abrumar con su perturbadora
y siniestra anécdota y la propuesta visual alrededor de la misma.
Esta vez evité
los spoilers porque Los colores del mal: rojo merece verse con los ojos
vírgenes de un espectador que llega como lo hacíamos en antaño al cine atraído
por el simple nombre de la cinta.
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