Cuatro Superbowls, ser el novato defensivo del año y una de las figuras más importantes de la Cortina de Acero de los setenta, lo hacen ya, sin contar las historias alrededor de su nombre, una leyenda de los Acereros de Pittsburgh y del futbol americano profesional.
Armando Enríquez Vázquez
Una vez en el vestidor de los Acereros de Pittsburgh, Jack Lambert le dijo a su padre: “A veces siento como que estoy en lugar equivocado, en el momento equivocado. Mi lugar está con los Acereros de los años treinta y cuarenta. Ganando o perdiendo, soy un Acerero.”
Jack Lambert nació en Mantua, Ohio en 1952. Jugó en una pequeña Universidad llamada Kent State y fue escogido en 1974 por los Acereros de Pittsburgh como segunda selección en una histórica selección en la que los reclutadores de los Acereros escogieron a cuatro futuros miembros del Salón de la Fama. Cosa que hasta la fecha ningún equipo ha repetido. Además de Lambert ese año los Acereros escogieron como su primera selección a Lynn Swann, como cuarta selección a John Stallworth y como quinta selección a Mike Webster.
A pesar de ser ligero para ser linebacker Lambert demostró con su dedicación y fiereza al momento de taclear de que estaba hecho. Chuck Noll el entrenador de los Acereros alguna vez dijo de Lambert: “Cuando empiezas a hablar de concentración y actitud, Jack es el epítome, Es el jugador más concentrado que he tenido.”
En su primer año, en 1974, Lambert se ganó la titularidad del puesto como linebacker central y fue una pieza muy importante para que su equipo llegara y ganara su primer Superbowl, Frente a los Vikingos de Minnesota por un marcador de 16 -6. Lambert ganó ese año el título de novato defensivo del año. Para los jugadores del otro equipo la vista, de la famosa Cortina de Acero era intimidante y uno de sus miembros más amenazadores era sin duda Jack Lambert quien jugaba sin sus cuatro dientes frontales superiores, Algunos lo apodaban “El Conde”, en referencia a Drácula y sus caninos que resaltaban en un boca sin dientes. Curiosamente y contrario a lo que se pueda creer Lambert no perdió sus dientes jugando futbol americano, sino basquetbol en la adolescencia de un codazo.
Se cuenta la anécdota de que alguna vez el Merv Coming encargado del arte de los programas de los Acereros envió al director de publicidad un dibujo de Lambert sin dientes, con una mirada de loco, la nariz sangrando con el casco puesto. La ilustración fue rechazada de inmediato por Art Rooney Jr., dueño de los Acereros. “Aterradora, para espantar a los fanáticos.” Tras el rechazo Rooney Jr. llamó a Coming y le preguntó si podía comprarle el original. Una vez con el dibujo en las manos Rooney Jr. pensó en colgarlo a la entrada de su oficina, sin embargo una duda lo asaltó de pronto, ¿cuál sería la reacción de Lambert al ver el dibujo? ¿Lo arrancaría de la pared y lo haría trizas? Así que por si las dudas y por respeto a su jugador Rooney Jr. llamó a Jack y le preguntó qué opinaba de su idea de poner el cuadro a la entrada de su oficina. Cuenta la historia que Lambert observó el dibujo por un tiempo, de cerca y de lejos, finalmente le dijo al dueño de los Acereros: ¿Me podría conseguir un par de copias?
Y como los dientes, Lambert en un principio acostumbraba, también, como parte de su estilo personal, mover los pies, como si estuviera haciendo el famoso paso Yogi, en su posición como una señal de la intensidad y la pasión con la siempre vivió el juego. “Hay gente que dice que ya no juego con la misma pasión”, declaró en 1978 a la revista Sports Illustrated, “porque ya no muevo los pies, me molesta pensar que sólo jugué bien cuando movía los pies.”
Durante los once años que jugó para los Acereros, Lambert promedió 146 tacleadas por temporada los primeros diez años, el último año Lambert vio poca acción en el emparrillado debido a una lesión en el pie y su promedio, ese año bajo considerablemente a sólo 19 tacleadas. Lambert es un ejemplo de un jugador duro y efectivo en un puesto defensivo. Siempre fue respetado por sus rivales y en el caso contrario, siempre supo ponerlos en su lugar. En el Superbowl X, cuando los Acereros jugaron por primera Vez en contra de los Vaqueros de Dallas, en el tercer cuarto del encuentro el pateador de los Acereros Roy Gerela falló un gol de campo de 33 yardas. Uno de los defensivos profundos de los Vaqueros de nombre Cliff Harris se acercó a Gerela y dando unos golpecitos en su casco le dijo: “Bien hecho”. Lambert de inmediato le tiro un golpe que derribó a Harris en el suelo y aunque no hubo ningún pañuelo de castigo Lambert estuvo a punto de ser expulsado.
Los acereros ganaron su segundo Superbowl. Habrían de venir otros dos triunfos para los Acereros en los Superbowls XIII y XIV y Lambert estuvo hay para celebrar la victoria.
En 1978 Lambert fue el centro de una controversia al golpear muy fuerte al quarterback de los Browns de Cleveland Brian Sipe, Lambert fue acusado de ser demasiado violento en su tacleada, y se penalizó a los Acereros con quince yardas por golpear tardíamente al quarterback, a pesar de los reclamos de los jugadores y entrenadores de los Brown, quienes además propinaron una golpiza a Lambert, este no fue expulsado del partido, pero sí recibió una llamada a la oficina del Comisionado Pete Rozelle, de donde salió con una multa. Una semana después, al ser entrevistado por el legendario Howard Cosell en el juego del lunes por la noche, Lambnert declaró: Todos los quarterbacks deberían usar vestido”.
Una jugada similar habría de repetirse en 1981 y 1983, en ambas ocasiones también en contra de Brian Sipe. En estas dos ocasiones el árbitro principal era un hombre llamado Ben Dreith y en ambas expulsó a Lambert a pesar de que como la primera vez los jugadores de Cleveland se le fueron encima al linebacker de los Acereros.
En la polémica de 1981 al ser entrevistado en los vestidores un periodista le preguntó a Lambert sobre la situación y el Linebacker le contestó:
En la polémica de 1981 al ser entrevistado en los vestidores un periodista le preguntó a Lambert sobre la situación y el Linebacker le contestó:
- Dreith dice que le pegué muy fuerte a Sipe.
-¿Y lo hiciste?
- Tan fuerte como pude. Obviamente en 1983 al suceder lo mismo los periodistas corrieron a preguntarle a Lambert al final del partido:
- Brian Sipe tuvo la opción de salirse del terreno de juego, decidió no hacerlo. Sabía que lo iba a golpear, Y así lo hice. Fin de la historia.
Esa es la fama y la historia de Jack, Lambert, para muchos el mejor apoyador central que ha jugado en el futbol americano. Un hombre rudo en el campo de juego. A diferencia de los jugadores de los Santos de Nueva Orleans castigados por jugar a lastimar a los contrincantes, Lambert sabía que este era un juego duro, de golpeo. Alguna vez el mismo Lambert lo definió:
Creo que el juego está diseñado para recompensar a aquel que pegue más fuerte. Si no lo puedes aceptar, entonces no deberías jugarlo.
Al terminar la temporada de 1984 Lambert decidió retirarse tras once años de jugar. Toda su carrera profesional jugó para un sólo equipo y a ese equipo y sus colores es fiel aún en el retiro. Amante de la naturaleza, Lambert ha dedicado muchos años de su vida como voluntario de la oficina de vida salvaje, actualmente entrena a jóvenes en beisbol y basquetbol.
Si pudiera empezar mi vida de nuevo, sería jugador profesional de futbol americano, y más vale que lo crean, sería un Acerero de Pittsburgh. Jack Lambert.
Publicado en thepoint.com.mx el 20 de Noviembre de 2012
Foto: isteelers5.com
el mejor.....simplemente
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