La historia de una rica heredera que pudo hacer con su dinero lo que más quiso; viajar, explorar el ártico y otras regiones del planeta, ser la primera mujer en volar sobre el Polo Norte y documentarlo todo.
Armando Enríquez Vázquez
Louise Arner Boyd nació en San Rafael, California en Septiembre de 1887. Sus padres eran parte de la aristocracia local y habían hecho una fortuna con la explotación de oro en la zona. Louise creció en el área cercana a lo que es hoy la ciudad de Oakland y junto con sus dos hermanos mayores, Seth y John, acostumbraba de niña explorar, montar a caballo, acampar, cazar, pescar y recorrer los alrededores de su rancho. Louise creció de una manera muy distinta a la que se acostumbraba en las niñas ricas de su época.
Siendo Louise una adolescente sus dos hermanos murieron víctimas una extraña enfermedad del corazón. La muerte de los jóvenes, con menos de un año de intervalo, destrozó a los padres y Louise se hizo cargo de cuidarlos. Los padres de Louise murieron en 1919 y 1920 dejando a la joven como la única heredera de una vasta fortuna. Louise de 33 años comenzó a viajar y conocer el mundo, fue en 1924 cuando en un viaje a Noruega Louise vio por primera vez el macizo de hielo ártico. La visión la deslumbró y emocionada a su regreso comenzó a planear su primera expedición al Polo Norte.
A finales de 1925 Louise conoció a los reyes de Inglaterra, poco antes de zarpara en 1926 en un barco rentado por ella para su expedición. El navío de nombre Hobby, era el mismo que explorador noruego Roald Amudsen había utilizado. El viaje fue un éxito y Boyd fue el centro de reportajes en los periódicos donde se resaltaba los logros de su expedición, así como su habilidad para cazar osos polares, por lo que algunos la llamaron La Diana del Ártico, en referencia a la diosa romana de la cacería y otros La mujer que domó al Ártico.
Louise Boyd, comenzó a planear una segunda expedición al Ártico en 1928, justo unos días antes de zarpar en el Hobby, se enteró que Amudsen se había perdido en el Polo Norte buscando al explorador italiano Umberto Nobile. Louise ofreció entonces su servicio y su barco al gobierno noruego para llevar a cabo la búsqueda del afamado explorador. “Como puedo zarpar en un viaje de placer habiendo 22 vidas en peligro”. A pesar de sus esfuerzos y de buscar a lo largo más de quince mil kilómetros, la búsqueda resulto inútil. Sin embargo, el gobierno noruego le otorgó la cruz de caballería del la orden de San Olaf, condecoración que recibió de las manos del rey Haakon VII de Noruega, convirtiéndose en la primera mujer norteamericana en recibir este honor.
En 1931 Boyd regresó al Ártico esta vez con expedición científica que tenía por objetivo documentar la zona de fiordos de Groenlandia, tomar muestras geológicas del lugar, y fotografiar la fauna, flora y geografía del lugar. Boyd aprovechó una parada en un campamento Inuit, para documentar la vida y cultura de estos nativos, estos estudios los publicaría al año siguiente en una serie de reportajes publicados por The Christian Science Monitor. En esta expedición Louise Boyd, alcanzó a explorar por primera vez la zona al este de la Isla, la zona del Glaciar De Geer. Con el paso de los años la zona entre el Glaciar De Geer y el Glaciar Jaette fue bautizada como Tierra de Louise Boyd.
Después en 1933, Boyd regresó otra vez en una expedición científica, esta vez financiada por la Sociedad Geográfica de los Estados Unidos. Uno de los experimentos que llevaron a cabo fue la medición de la superficie del lecho marino con una especie de sonar. Boyd escribió un libro acerca de esta expedición en 1935 titulado La región de Fiordos del este de Groenlandia.
La cuarta y quinta expediciones fueron en 1937 y 1938, la misión era con la sonda medir la profundidad entre la Isla del Oso y la Isla de Jan Mayen en la zona ártica de Noruega. En 1940 Boyd preparaba un libro sobre ambas expediciones y sus resultados, pero el gobierno de los Estados Unidos le prohibió la publicación del libro debido a que la información podía ser utilizada por los enemigos en plena II Guerra Mundial.
En 1941, Oficina Nacional de Mediciones del gobierno de los Estados Unidos encargó a Boyd una expedición al ártico para determinar la influencia de los campos magnéticos del Polo Norte en las comunicaciones. Al terminar la guerra el gobierno le extendió un reconocimiento a Louise Arner Boyd por los servicios prestados a su país. Su libro acerca de las expediciones de 1937 y 1938 finalmente fue publicado en 1948.
Entre la tercera y la cuarta expedición ártica, en 1934 tras haber sido elegida delegada del Congreso Internacional de Geografía efectuado en Varsovia, Louise Boyd emprendió una expedición diferente y recorrió durante tres meses el entonces territorio polaco, fotografiando a la gente y sus costumbres. En esos tres meses recorrió pueblos de lo que hoy forman parte de otros países como Ucrania, Bielorrusia, y Lituania. El libro que escribió al respecto iba acompañado por más de quinientas fotografías.
Aun le faltaba a la exploradora un último viaje a su querido Polo Norte, y ese lo hizo en 1955 a la edad de 67 años. Boyd rentó un avión y partió de la ciudad noruega de Bodo, convirtiéndose en la primera mujer en volar sobre el Polo Norte. Fotografió su viaje de 16 horas .
Louise Boyd, regresó a casa en San francisco y se dedicó a la vida privada. La exploradora y científica que contribuyó de una manera tan importante a la cartografía del polo norte y de sus profundidades, a documentar la vida de algunos pueblos nativos de la región, murió en 1972 a la edad de 85 años.
Hay a quienes les gusta remarcar que hacía el final de sus días Boyd había gastado su fortuna, teniendo incluso que vender la casa que sus padres le legaron y sus muebles para mantenerse. La verdad es que después de una vida tan rica en experiencias y logros no creo que le importara el haber acabado con la fortuna que sus padres le dejaron, en último y único de los casos para eso era, para vivir como ella quisiera.
Hay a quienes les gusta remarcar que hacía el final de sus días Boyd había gastado su fortuna, teniendo incluso que vender la casa que sus padres le legaron y sus muebles para mantenerse. La verdad es que después de una vida tan rica en experiencias y logros no creo que le importara el haber acabado con la fortuna que sus padres le dejaron, en último y único de los casos para eso era, para vivir como ella quisiera.
Publicado en thepinkpoint.com.mx el 21 de Noviembre de 2012
Foto: Tumblr.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario