Si conoces películas
del llamado Cine de Oro Mexicano seguramente has visto a Mimí Derba, pero
además de actriz era una mujer extremadamente talentosa que dirigió, escribió y
produjo cine.
Armando Enríquez
Vázquez
Uno de los papeles que desarrolló esta mujer en el cine
mexicano de mediados del siglo XX fue el de la mujer madura, la abuela o madre
enérgica y amorosa a la vez, la casi eterna madre de Jorge Negrete en sus películas,
o a la abuelita rica de Chachita en Ustedes
los ricos, también fue parte del reparto de la primera película sonora de
nuestro cine: Santa. En esta ocasión
el texto trata de una de las actrices icónicas del cine nacional en su época de
oro, aunque su historia no se limita a sus créditos como actriz pues esta mujer
hizo muchas cosas antes de esas películas.
En los convulsionados años de la Revolución Mexicana, las
clases medias y baja de la Ciudad de México, la menos asolada por el conflicto
armado, en cierta medida, gustaban de acudir al teatro a ver zarzuelas y a
escuchar a las tiples de la época. El cine no se había asentado aún en el gusto
de los mexicanos. A principios de la segunda década del siglo XX debutó en la
Ciudad de México en el Teatro Liríco, el 12 de diciembre de 1912 Mimí Derba,
quien un año antes había debutado en La Habana, Cuba a la edad de 17 años. Esta
joven no se iba a conformar con ser una estrella más dentro de la escena
teatral mexicana, sino que iba a estar muy presente en el desarrollo del nuevo
arte que poco menos de dos décadas atrás los hermanos Lumiere presentaran
primero en Francia y pocos meses después en nuestro país; el cine.
Mimí Derba cuyo verdadero nombre era Hermila Pérez de León
Avendaño, nació en la Ciudad de México el 9 de octubre de 1893. Decidió cambiar
su nombre puesto que no le gustaba ni el Hermila, ni los apellidos que llevaba.
Tomó el Mimí del sobrenombre familiar con el que la llamaban en su casa y el
Derba tiene una anécdota más curiosa. Existía una marca de leche de magnesia,
un remedio común utilizado como laxante, de marca Carlo Erba, a Mimí le gusto
el apellido y lo descompuso en Derba, en aquellos días en México las películas
italianas y sus actrices en especial Lyda Borelli y Francesca Bertini tenían
mucho éxito, tal vez la joven actriz pensó que este nombre la haría atractiva a
los espectadores. Al participar en una obra llamada El Barrio Latino del escritor Javier Basurto, Mimí causó un
escandalo al presentarse al mojigato público mexicano vestida con tan sólo un
mallón color piel.
Durante los años de la dictadura de Victoriano Huerta, Mimí
Derba continuó trabajando en el teatro y en 1913 participó en una obra llamada
“El País de la metralla”, una revista
cómica en la que el dictador salía mejor parado que sus adversarios políticos escrita
por José F. Elizondo y con música de Rafael Gazcón, a quienes años después el
gobierno de Carranza perseguiría por la obra.
Mimí escribe y produce su primera obra de teatro; “Al Cesar” que se estrena con éxito en
el Teatro Alarcón. La obra era una comedia de enredos.
Tras la caída de Huerta, Mimí se unió como muchas mujeres a
la lucha por la igualdad y participó en las primeras manifestaciones de actores
sindicalistas, lo que la hizo perder el trabajo. Pero en 1917 y buscando nuevos
horizontes y negocios se asoció con el cineasta Enrique Rosas y con el apoyo
económico del General Pablo González de quien se dice que fue amante, algo que
ella negó durante toda su vida, fundó la Sociedad Cinematográfica Rosas, Derba y Compañía empresa matriz de Azteca Films. Ese año fue muy activo
para Mimí Derba; escribió, produjo y actuó en la película “En defensa propia”, Al parecer, pero sin que exista la certeza,
dirigió la película “La Tigresa”, lo
que la convertiría en la primera mujer directora de cine de ficción en nuestro
país y trabajo como productora de otras cintas de Azteca Films.
Lo cierto es que fue una pionera de la industria
cinematográfica y hasta participó en la edición de una de las cintas de su
compañía. Desgraciadamente la distribución de películas en México estaba en las
manos de empresas estadounidenses que eran dueñas de las salas de exhibición y
aunque Derba y Rosas viajaron a Nueva York tratando de vender las cintas
regresaron defraudados de su viaje, pues a pesar de lo atractivo que resultaron
las cintas para el público nacional, nadie en Estados Unidos quiso comprarlas y
distribuirlas. Al no existir una forma de distribución que la hiciera rentable
Azteca Films cerró sus puertas.
En 1919, Mimí Derba regresó al teatro y abandonó el cine por
más de diez años. En la década de los veinte Derba no sólo se dedicó al teatro,
sino que se dio a conocer como escritora y ensayista. Trabajó en El Universal Ilustrado donde publicó dos
novelas. Trabajo también en otras revistas. En 1921 publicó su libro “Realidades”, y se sabe que también
escribió argumentos para radionovelas. En 1931 regresó al cine actuando en la primera
película hablada del cine mexicano: “Santa”
al lado de la joven actriz Lupita Tovar y Carlos Orellana. Mimí Derba
caracterizó a Doña Elvira, la dueña del burdel.
Con ese papel se le ofrecieron nuevos papeles en el cine. Participó
en más de 25 películas entre ellas algunas de las más recordadas del cine
nacional de la llamada época de oro como; “Dos
tipos de cuidado”, “Salón México”, “La Malquerida”, “El baisano Jalil”, “Nana”,
“Martín Garatuza”, entre otras.
Tras una caída en su casa y una intervención quirúrgica Mimí
Derba murió el 14 de julio de 1953 de una embolia pulmonar en la Ciudad de
México.
El poeta español Alfonso Camín quien durante los años de la
revolución vivió en nuestro país y quien seguramente era aficionado al teatro
llamado de frivolidades, donde Mimí Derba se presentaba, debe haber quedado
prendado de la actriz, quiero imaginarlo boquiabierto desde su butaca frente a
la actriz en aquel escandaloso mallón color piel, pues le dedicó un poema que
hoy sin duda muchas feministas y amantes de lo políticamente correcto tacharían
de machista y difamatorio del talento verdadero de la actriz y escritora, que
dice: “Mimí Derba, Mimí Derba / Con tres
partes de Afrodita / y Otra parte de Minerva.
publicado en mamaejecutiva.net el 28 de agosto de 2018
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