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miércoles, 13 de enero de 2021

Del Alzheimer y criminales al borde del olvido.



Buenas primeras temporadas con personajes en condiciones terminales que los productores no supieron resolver en su segunda temporada.

Armando Enríquez Vázquez

En 2011 la cadena de televisión estadounidense Starz estrenó la primera temporada de una serie que pocos recuerdan llamada Boss en la que el mafioso alcalde de Chicago Tom Kane, interpretado por Kelsey Grammer, es dictaminado en la secuencia inicial de la primera temporada con un tipo de demencia que es degenerativa DLC. A partir de ese momento la vida consciente de Kane comienza una carrera contra el reloj buscando dejar todo como el quiere, sin que vayan a inculparlo y sobre todo tratando de ganar tiempo para que llegue la cura milagrosa que no existe en contra de su padecimiento.

La primera temporada de Boss es extraordinaria. La serie una reflexión sobre el poder corrupto en el gobierno de Estados Unidos antecede a House of Cards y la fuerza de la interpretación de Grammer es comparable y a veces superior a la de Kevin Spacey en la serie de Netflix. Entonces ¿Por qué nadie recuerda o conoce esta joya? Porque la segunda temporada es tan mala que hundió toda la idea y concepto de la serie en dos capítulos.

Acabo de descubrir en Netflix una serie española cuya primera temporada data de 2018 producida para la plataforma por la compañía productora española Mediaset llamada Vivir sin permiso. En el primer capítulo el empresario y capo de la cocaína en las rías de Galicia, Nemo Bandeira, interpretado por José Coronado, es diagnosticado con Alzheimer. Como en el caso de Kane, Bandeira tiene que dejar al corriente muchos asuntos antes de que la enfermedad se apodere de él.

Las series dependen de las actuaciones y personalidades tanto de Grammer como de Coronado, todos los demás actores deben estar a la altura de las actuaciones de estos dos intérpretes. Los personajes son muy sólidos y están escritos con mucha fuerza, su circunstancia trágica, a pesar de tratarse de melodramas, marca un tono muy especial en la línea argumental de ambas primeras temporadas, mismo que se pierde en tonterías en las segundas temporadas.

Una cosa de llamar la atención en la primera temporada de la serie española es que a pesar de un formato de telenovela mexicana de chica pobre que se vuelve rica, en este caso la hija bastarda de Nemo, todos los personajes de este melodrama son despreciables y contienen un grado de maldad que supera y por mucho a su bondad con excepción de Lara, la hija ilegítima de Nemo y Malcolm, a pesar de mentir a lo largo de toda la temporada y resultar un impostor. Un joven que trabaja en la empresa pantalla de Nemo, pero en realidad es un agente de la inteligencia española que esta tratando de encontrar los delitos fiscales de Nemo.

Kane tiene que ocultar sus temblores y alucinaciones, Bandeira su pérdida de la memoria reciente, sus hombres de confianza son los encargados de ayudarlos a esconder su enfermedad. Ambas series tienen muchas similitudes, aunque hay que decir que la principal de ellas es una segunda temporada patética donde parece que los enfermos son los productores, los creadores y guionistas de las series que olvidan lo más importante en la premisa de su serie: Un hombre poderoso padece una enfermedad neurológica degenerativa. En ambas series el personaje es mucho más entero mentalmente en la segunda temporada que, algo que resulta imposible de creer, en la primera. Incluso en Vivir sin permiso en una de las vueltas de tuerca más interesante es cuando Nemo Bandeira sufre un ataque que en teoría lo incapacita en su totalidad, después descubrimos la tontería argumental más absurda en la trama de la segunda temporada; se trata de un plan de Nemo, para deshacerse de sus enemigos.



De la misma manera que el personaje principal es ridiculizado con el tratamiento que le dan el creador y los guionistas en la segunda temporada, los argumentistas olvidan el amor de Yocasta que la esposa de Nemo, Chon, (Pilar Castro) siente por su hijo Carlos (Alex Monner) y al que al final de la temporada uno de los personajes más abyectos y mejor interpretados de la serie Mario Mendoza, (Alex González), el ahijado de Nemo, su protegido e hijo putativo, quien se siente traicionado cuando Nemo decide que la empresa debe ser dirigida por uno de sus hijos, obliga a drogarse con un coctail de drogas que para dolor de Chon deja a Carlos en estado vegetativo. Durante la segunda temporada Chon ha olvidado a Carlosy su ambición se ha transformado en una frivolidad que la llevan a buscar un amante. De Carlos Bandeira no volvemos a saber nada, salvo una escena cursi en la que Nemo tiene una alucinación con él. Mientras que el Mario Mendoza se ha convertido en un corderito de Dios que busca redimir sus pecados.

Otro personaje que se transforma y olvida su línea de personaje despiadado y sin escrúpulos es el policía Adolfo Monterroso (Xabier Deiver) quien se convierte en un rebelde y travieso policía.

El mejor personaje de toda la serie es guardaespalda personal y viejo amigo de Bandeira; Ferro (Luis Zahera) además por que la actuación de Zahera está a la altura de la de Coronado. La segunda temporada introduce a nuevos personajes salidos de un esperpento de Ramón del Valle Inclán, mafiosos mexicanos listos para comerse el negocio de Nemo y hacerse dueños del narcotráfico en Galicia, la puerta europea de la cocaína; Germán Arteaga (Rubén Zamora) y su hijo Daniel (Patrick Criado). Así como la hermana de Chon, Bertha (Leonor Waitling) una ninfómana trepadora que lleva a los mexicanos a España. Así como la llegada de una jueza, hija un alcalde afectado por la corrupción de Nemo, un recurso tan antiguo como todos los otros lugares comunes de los que esta llena la segunda temporada.

Sólo cuatro personajes permanecen en dibujo de su perfil, más o menos son Ferro, un sicario colombiano llamado Freddy (Edgar Vittorino), Nina Bandeira (Giulia Charm) la hija de Nemo y Lara Baladarés (Claudia Traisac) la hija bastarda de Nemo.

La primera temporada, como sucede con Boss es muy recomendable y como en el caso de la serie norteamericana mi consejo es vean la primera temporada únicamente, disfruten de la actuación de Coronado y se hagan a la idea de que se trata de una miniserie.


publicado el 7 de septiembre de 2020 en roastbrief.com.mx

imagenes: Starz

                 Netflix

jueves, 1 de octubre de 2015

One season wonders.

Hay series que tras una serie inicial prodigiosa, se pierden en la noche de los tiempos por que sus productores o escritores improvisan en la segunda entrega.


Armando Enríquez Vázquez

Así como en la música existen músicos que triunfan y son recordados por una sola canción, existen series que tras una serie inicial prodigiosa, se pierden en la noche de los tiempos y otras que sobreviven boqueando tratando de llegar a una segunda o tercera temporada que las redima.
Antes de Frank Underwood de House of Cards en Estados Unidos existió otro político despiadado y brutal, al menos en la primera temporada; Tom Kane, alcalde de Chicago en la serie Boss de la cadena Starz producida en 2011. Kane era otra encarnación del poder detrás del poder, interpretado de manera excepcional por Kelsey Grammer el actor que dio vida a Fraser. Kane es capaz de quitar y poner gobernadores en el estado de Illinois, tiene los hilos del poder y las conexiones con los principales líderes de las comunidades; blanca, mexicana, de indígenas nativos y negra. Pero Kane tiene un sólo problema; le acaban de diagnosticar una enfermedad degenerativa del cerebro similar al Alzheimer. Está condenado a quedar en estado vegetativo, sin memoria, sin capacidad de decidir, corriendo el peligro que todo su mundo de corrupción quede al descubierto y ese legado en la historia al que aspiran muchos políticos sea destruido y es en ese momento en el que arranca la serie. Producida por Gus van Sant la primera temporada de la serie es todo lo que uno espera de una serie y más, adictiva con personajes fuertes y una trama, llena de intrigas y subtramas inteligentes, que promete. Aunada a un final de temporada que deja enganchado al espectador para la segunda temporada. La decepción llegó una año después. La fuerza de la serie se perdió, tal vez porque los productores comenzaron a pensar en un mayor número de temporadas, tal vez porque nunca pensaron en tener una segunda temporada o quizá simplemente porque al final se vieron incapacitados para cerrar ciertas líneas argumentales y forzaron otras. El triste final es que tras una muy mala segunda temporada la serie fue cancelada y como en un coito interruptus, los productores hablaron de hacer una película para dar final lógico a la agonía de los personajes y la trama. Cosa que nunca sucedió.
Lo mismo sucedió con una serie de comedia negra que se llamó Dead Like Me, producida en 2003 por Showrime, que hablaba de la historia de Georgia Lass (Ellen Muth), una adolescente que muere de manera trágica y fortuita al ser golpeada por un excusado de una estación espacial que entra en la atmosfera terrestre, antes de siquiera de poder iniciar su vida. Sin embargo, lejos de ser enviada al más allá Georgia se queda en este lado de la vida en un cuerpo diferente, pero con sus recuerdos y traumas a ayudar a los muertos a pasar a otro lado que para ella permanece desconocido. Acompañada por un grupo singular de personas que se encuentran en la misma situación que ella y un jefe le asigna a sus muertos del día. Las actuaciones y el casting de la serie fueron muy buenos, destacan Mandy Patinkin, Callum Blue y Laura Harris y tras un cierre de primera temporada que dejaba un buen sabor de boca y una historia que prometía divertir, burlándose del hecho de estar muerto. Llegó la segunda temporada y el melodrama barato se apoderó de la escritura de la serie. La familia de Georgia comenzó a tomar un papel preponderante en los recuerdos y los actos del personaje lo que llevó a la serie al despeñadero de los bajos ratings y a su cancelación.



En el material extra de los dvd de la primera temporada de Sons of Anarchy hay una entrevista con Kurt Sutter el creador de la serie, en ella Sutter platica como si todo va bien con la serie esta deberá durar siete temporadas. Lo que el planeó, bocetó y alcanzó a desarrollar acerca de Jax Teller y el clan de motociclistas daba para una historia de 91 capítulos, ni uno más, ni uno menos. Sutter tenía esto muy claro desde antes de empezar a filmar la serie. El resultado es claro tras siete temporadas una historia que es sin duda una de las mejores de los últimos años en la pantalla chica. Personajes entrañables y odiados y una serie que sin pretensión de extenderse ad naseum llevó como los mejores dramas a los personajes a enfrentar los destinos que su personalidad y su consciencia los obligaba, nada de salidas sacadas de la manga o abruptos finales complacientes.
Entre los estrenos de primavera de este año llamaron mi atención dos series una de las cuales no ha terminado su primera temporada y otra de la que espero ya la segunda temporada el año entrante. La primera es The Whispers que se antoja un thriller melodramático interesante y del que, a pesar de que comienza a notarse la mano del genio de la autocomplacencia Steven Spielberg, espero se convierta en uno de sus mejores productos, pero habrá que ver.
El otro es la adaptación a la televisión de la serie de novelas gráficas iZombie que resultó una simpática historia de detectives y cierto humor negro que fue creando una línea argumental muy atractiva y espero no se caiga el año que entra cuando se estrene la segunda temporada que ya ha sido autorizada por la cadena  
A veces las one season wonder nos dejan deseando que sus productores hubieran sido los suficientemente inteligentes para darnos otras temporadas y no miniseries de trece capítulos, así no tendríamos todas esas otras series que año con año se estrenan destinadas desde su inicio a ser canceladas muchas veces sin terminar la temporada y sólo llenan espacios que podrían haber sido aprovechados por aquellos que habían ganado su espacio en los horarios de los medios.

publicado en roastbrief.com.mx el 6 de julio de 2015