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miércoles, 30 de junio de 2021

Miradas que engañan y distopias.

 



Detrás de sus ojos y Tribus de Europa se estrenaron la misma semana en Netflix y son opciones para verse con ciertos asegunes cada una.

Armando Enríquez Vázquez

En Netflix hay dos nuevas propuestas para ver; una miniserie inglesa y una serie alemana que están bien para pasar el rato si uno esta dispuesto a ciertas chapuzas de los creadores y escritores. Crear una historia sólida y sin huecos parece cada día más difícil dada la necesidad de las plataformas por llenar espacios para enfrentar la cada vez mayor competencia.

La miniserie se llama Detrás de sus ojos creada por Steve Lightfood a quien debemos esa versión cursi y simplona de la leyenda de Arturo llamada Camelot, y la exitosa precuela de la vida de Hannibal Lecter. Detrás de sus ojos es una historia de un triángulo amoroso con un twist tramposo que se revela al final de la trama.

La llegada de una pareja formada por David (Tom Bateman) y Adele (Eve Hewson) a los suburbios londinenses va a marcar la vida de Louise (Simona Brown) quien una noche de copas frustrada al ser plantada por una amiga y antes de resignada regresar a casa con su hijo, provoca un pequeño incidente al tirar el whisky de David y por educación pagarle la bebida al hombre con quien termina en una muy amena platica yantes de convertirse en una relación de una noche la cordura, al menos eso es lo que parece, de David termina por llevar a los personajes a sus respectivas cotidianidades. La trama se vuelve interesante cuando al día siguiente al llegar al consultorio de siquiatras en el que trabaja como secretaria Louise descubre que su nuevo jefe, es David quien está en la oficina con su esposa. Louise se esconde en el baño y se presenta ante su nuevo jefe, hasta el día siguiente que es el primero en que David trabaja. Obviamente lo que tiene que pasar habrá de pasar. La historia comienza a volverse complicada porque Adele conoce a Louise y se vuelve su amiga. Lo que es un clásico ingrediente para tratar de atrapar al espectador, los otros ingredientes son que algo extraño se adivina en la relación de Adele y David, en un juego de poder sobre cual de los dos domina al otro, pero además al parecer David tuvo que huir de la ciudad donde la pareja vivía antes por una relación con otra mujer. Lo que es más interesante es que Adele es una millonaria, sus padres murieron cuando la mansión en la que vivían se incendia y David el hijo de uno de los trabajadores de la propiedad salva a Adele, ella tenía diecisiete años y tras la tragedia tiene que pasar una temporada en un siquiátrico donde conoce a Rob (Robert Aramayo), un heroinómano, homosexual que se convierte en el mejor amigo de Adele. Pero Rob desapareció hace años, sin que nadie lo eche de menos. Las sospechas de todo tipo se van haciendo patentes para el espectador mientras va desarrollándose la trama.

La situación de Louise por su parte es la de una madre divorciada, con un hijo que ve a su padre y que tiene un viaje a Francia con su padre y su pareja, lo que le permite a Louise llevar su affair a casi una relación de pareja, por un lado, y a fortalecer la amistad con Adele, por el otro. Pero Adele es una mujer posesiva al extremo y como siempre cuando al final todo se descubre Louise es la que se lleva la peor parte. Nunca me han gustado las historias donde el escritor saca un as de la manga y modifica la premisa establecida, y más cuando como en este caso ese as pretende ser la vuelta de tuerca sorprendente dentro de una lógica inexistente en todo el planteamiento de la situación y por lo tanto no es tanto una vuelta de tuerca, como un clavo metido a martillazos.





Por otro lado, se estrenó la primera temporada de la serie alemana Tribus de Europa una más sobre sociedades humanas tras el apocalipsis, en esta ocasión la sociedad se ha enfrentado a un gran apagón tecnológico que ha dado como consecuencia la fractura del viejo continente y el regreso de alguna manera a la edad media con grupos y bandas por todo el continente. La serie empieza en 2079 con tres hermanos de la tribu Orígenes, una pequeña banda que vive en el fondo del bosque de lo que alguna vez fue Alemania. Los hermanos; Liv (Henriette Confurius), Kiano (Emilio Sakraya) y Elja (David Ali Rashed) el más joven que será iniciado en la edad adulta de la tribu tras haber cazado su primer lobo. La cacería se ve interrumpida por la caída de una nave de otra tribu a la que se conoce como Atlante y que son los poseedores de la tecnología más avanzada del planeta. El piloto de la nave herido esconde un extraño cubo que al parecer puede salvar al mundo de una nueva amenaza que destruirá Europa. Obviamente la tribu más salvaje y dominante de Europa, los Cuervos, llegará a la zona donde viven la tribu Orígenes, hará a algunos esclavos y al resto los eliminará pero no consiguen el cubo y la historia de los tres hermanos se dividirá; Kiano será convertido en esclavo Cuervo y tratara de alcanzar su libertad escalando el sistema social de esa tribu, Elja escapara con el cubo tras haber hecho la promesa al piloto herido de muerte de llevar el objeto a su destino, en el camino encontrara a Moses (Oliver Masucci), un mercenario que como suele suceder en estos argumentos se volverá cómplice y acompañante de Elja. Finalmente, Liv a la que los cuervos dejan por muerta es rescatada por la tribu Crimson que se sienten los herederos de la Unión Europea.  

La historia parece sacada de una novela gráfica autocomplaciente y totalmente dirigida a una audiencia muy joven y poco analista. Pero no es así. Las escenas sexuales y de violencia son dignas de cualquier serie mayor. Tribus de Europa no es pretenciosa, como tampoco es una serie muy elaborada, ni pensada. Los personajes son caricaturas de melodrama; El líder de los cuervos es un viejo preocupado por participar en raves, más que en gobernar y los Crimson son el estereotipo de lo que muchos jóvenes europeos piensan de la burocrática y esquematizada cúpula del gobierno europeo o de los cuerpos de paz de ONU, aunque aparecen brevemente al final de la primera temporada de la serie, una tribu llamada Femen, parece ser la caricatura de las feministas extremas. A diferencia de Detrás de sus ojos, aquí no hay sorpresas, lo puesto sobre la mesa es lo único que hay. Divertida en su tono simple, Tribus de Europa no es ni por mucho una serie trascendental, es una serie dominguera que por tener sólo 6 episodios en su primera temporada puede verse sin ningún problema y en el entendido que es mera diversión; malos muy malos, Lord Varvara (Melika Foroutan) la general que destruye a los Origenes y la dueña de Kaino esta más preocupada por satisfacerse sexualmente con su pequeño harén de esclavos que en encontrar el cubo.

Detrás de sus ojos consta también de 6 episodios, pero lo que sostiene a esta pretenciosa miniserie, es la actuación de las dos protagonistas mujeres.

Publicado en marzo de 2021 en roastbrief.com.mx 

Imagenes: Netflix

jueves, 25 de marzo de 2021

Utopía ciencia ficción que parece realidad.




En un mundo lleno de teorías conspiración Utopía resulta más que una serie de Ciencia Ficción y acción, es una visión muy ácida de la sociedad y despiadada del momento que vivimos. 

Armando Enríquez Vázquez

Siempre me ha parecido un lugar común, una cursilería y una falta de respeto a la inteligencia de las audiencias por parte de los creadores y productores de muchas series, películas, libros y otras obras de ficción se quieran validar la importancia de su narrativa agregando la leyenda: Basado en hechos reales. Hasta el momento todo aquello en una pantalla, o impreso en hojas de papel está basado en hechos reales porque los seres humanos, lo demuestra incluso la ciencia ficción podemos partir de modelos creados, que vivimos, mientras los personajes de las historias sean hombres, mujeres y niños sólo puede reflejar actos reales cometidos por humanos que alimentan al creador o escritor en su propuesta. De hecho, todos sabemos que los temas para las narraciones son universales limitados y son los mismos desde el nacimiento de la humanidad, lo que importa es que tengo que decir acerca de esa historia y cómo la cuento.

Celebro, por el contrario, la advertencia incluida en cada uno de los episodios de la nueva serie de Amazon Prime Utopia en la que se aclara que nada de la trama de la serie nada tiene que ver con los hechos reales que estamos viviendo. Esas advertencias, aunque obvias muchas veces se me hacen más reales y sobre todo me preparan al humor negro, la crítica y la parodia.

Utopía es una serie cuyos derechos compró Amazon para crear la versión norteamericana de una exitosa serie inglesa de culto de la BBC del mismo nombre y que se estrenó en 2013. La nueva versión como siempre más gringa, no es mala sorpresivamente, ya que en otras ocasiones las empresas norteamericanas han logrado acabar con grandes series europeas como sucedió en el caso de la danesa The Killing o la demasiado larga versión House of Cards que se deshace en el tiempo.  Utopía, y sin conocer la original, es para mi gusto una de las mejores series de ciencia ficción de este año y la mejor en su estilo, de antihéroes y conspiranoica. A diferencia de la sosa segunda temporada de The Umbrella Academy y la patética Titans.

Utopía es una novela gráfica que narra una historia: El más brillante científico de su época es el responsable de crear estas armas biológicas en contra de su voluntad al ser secuestrado y amenazado por esta corporación al tener secuestrada a su hija Jessica Hyde (Sasha Lane) que logra escaparse y es cuidada por una enorme y violenta mujer llamada Artemis que la protege del grupo del llamado estado profundo. Para la mayoría de los fans Utopía es una novela gráfica de culto de la que sólo se realizó una primera entrega y el autor es totalmente desconocido.

Un grupo de jóvenes, uno de ellos un niño, que no se conocen entre ellos considera Utopía como un manual cifrado que advierte de los peligros que se avecinan para la humanidad.  Pandemias que un grupo de poder esta por soltar en la humanidad. La serie inicia cuando de manera fortuita una pareja descubre una segunda entrega de la novela y decide ponerla en subasta al mejor postor durante una convención tipo Comi-Con. El grupo de conocidos decide hacerse de Utopía y reuniendo los ahorros que tienen o creen que tienen los demás para hacerse del original. Al llegar a la convención el grupo finalmente se conoce, sólo para darse cuenta de que son un grupo de geeks sin nada de los que presumían en el chat. El peor caso es el de aquel que todos creen que es el multimillonario del grupo y resulta ser un menor de edad, huérfano.

Obviamente el comic no es para nada una narración de ficción la conspiración para enfermar a la humanidad existe y está encabezada por un millonario científico el doctor Kevin Christie (John Cusack) que manda a un par de sus creaciones a recuperar Utopía, RB (Christopher Denham) uno de estos sicarios de una fé científica jugará un papel clave en la serie al darse cuenta que ha sido manipulado por Christie.  Estos asesinos no consiguen el comic, pero asesinan a todos aquellos que durante la subasta llegaron a ver alguna de las ilustraciones del mismo, así como al hombre que lo compró, pero es demasiado tarde Grant (Javon “Wana” Walton) el huérfano, logra robarse el comic. El grupo dirigido por Christie y los niños que el entrena tienen una vuelta de tuerca en su malévolo plan por crear la pandemia perfecta para la humanidad, de hecho, entre los antihéroes de la serie Becky (Ashleigh LaThrop) tiene una enfermedad degenerativa y mortal que fue parte de una las primeras pruebas de los laboratorios de Christie. La llegada de la verdadera Jessica Hyde, el descubrimiento de la verdadera Artemis (Camryn Manheim), pero también la aparición en los nuevos dibujos de una mujer que parece un hada y cubre a Jessica con una manta y que resulta ser una agente del departamento de seguridad interna de Estados Unidos Katherine Milner (Sonja Sohn) ponen a los amigos en la mira de Christie que acelera sus planes comprometiendo al investigador y virólogo Michael Stearns (Rainn Wilson) que en el pasado creo un virus y una vacuna y a quien recurre Christie de una manera muy sospechosa para lograr la patente de la vacuna.

En un mundo lleno de teorías conspiración que se divulgan desde diferentes lugares, Internet, los medios tradicionales y oficiales, incluso desde los discursos de líderes mundiales, las fake news hoy se generan a diestra y siniestra. Utopía resulta más que una serie de Ciencia Ficción y acción, es una visión muy ácida de la sociedad y de lo que estamos dispuestos a creer sin reflexión alguna, más en estos días de una pandemia real, cuando hemos visto aparecer y desaparecer informaciones inventadas. El plantar la duda en la mente de alguien es suficiente para que los seres humanos de a pie cambiemos de punto de vista y a partir de esa sonrisa que oculta un arma llega la traición. Los personajes bien construidos no dejan de sorprendernos con sus acciones. Los ingleses no están muy de acuerdo con esta versión a la que algunos críticos consideran que es demasiado idealizada quitándole lo crudo de la original, lo que nos invita a buscar las dos temporadas inglesas. Utopía claramente no es para todos los gustos, pero es una serie negra que nos hace reflexionar sobre estos momentos que pasamos.

publicado en roastbrief.com.mx en noviembre de 2020

imagen Amazon Premiun

martes, 19 de enero de 2021

Dos alemanas

Estas son dos series de jóvenes buscando respuestas y actuando desde la inconformidad y de la idea lugar común de que los jóvenes quieren cambiar al mundo.

Armando Enríquez Vázquez

Netflix estrenó en 2020 la serie alemana Biohackers, la historia de Mia (Luna Wedler) una joven que decide estudiar medicina en la universidad de Friburgo, Mia es inteligente,al parecer ambiciosa y conocedora de sus materias, demasiado centrada sobre todo en la clase de genética, desde la primera clase intenta ganar la atención de la maestra, una renombrada genetista y empresaria; La doctora Tania Lorenz (Jessica Schwarz), y para ello ante la indiferencia inicial de la profesora Mia decide seducir a su asistente el joven estudiante Jasper (Andrew Julius Tillmann),para llegar a la doctora. Jasper, cómo descubre Mia, además de trabajar como asistente de la profesora en la universidad, lleva a cabo una serie de estudios de ingeniería genética en los laboratorios de Lorenz, lo que le permite además dedicarse a los proyectos propios con los recursos de los laboratorios de Lorenz.

Mia comparte un apartamento con otros tres estudiantes; dos de ellos excéntricos jóvenes estudiantes de medicina. Uno frívolo, Ole (Sebastian Jakob Doppelbauer), preocupado por convertirse en influencer y tener millones de seguidores, por lo que hace cosas estúpidas y exageradas relacionadas con sus conocimientos médicos. La otra una nerd Chen Lu (Jing Xiang) obsesionada con crear sabores y colores en organismos vivos. La tercera roomie de Mia es una heredera de la aristocracia alemana dedica al reventón; Lotta (Caro Cult). Por su parte Jasper tiene un fiel amigo Niklas (Thomas Prenn) que se siente atraído por Mia y ella por él, a pesar de su relación con Jasper. Niklas, sin embargo, está seguro que, Mia oculta un secreto y trata de desenmascararla y descubrir su interés desmedido por el trabajo de Lenz y demostrar que usa a Jasper como un medio para llegar a su objetivo. Claro que independientemente de la obsesión por la joven, Niklas tiene razón. Mía tiene un pasado oscuro y otro nombre, Emma Engels, por eso Lenz no la relaciona con el pasado. Mia tuvo un hermano gemelo que murió durante su infancia de manera misteriosa con la participación de Lenz, además Lenz fue la responsable directa de la muerte de los padres de Mia. Lenz tiene la agenda de crear seres humanos con resistencia a ciertos tóxicos. Mia quiere conseguir los datos y archivos necesarios para poder desenmascarar a esta ambiciosa y poca ética científica y para lograrlo ha contactado a un periodista dispuesto a publicar lo que Mia encuentre. La serie tiene un buen ritmo y no se pierde en historia alternas que no le importan a nadie, todo pasa lógicamente por una razón, lo que sucede al final es una vuelta de tuerca no del todo sorpresiva pero lo suficientemente fuerte para crear el cliffhanger necesario para la segunda temporada la cual ya fue confirmada por Netflix.

Por otro lado, en noviembre de 2019 la misma Netflix estrenó la serie Somos la Ola, una historia de preparatorianos que descubren su malestar con el mundo en el que viven dominado por marcas, corporativos, corrupción y sus mayores. Mientras la clásica historia norteamericana haría que esta inconformidad fuera canalizada a través del baile, el canto o alguna otra tontería como racismo inverso. Los productores alemanes de la serie llevan a los jóvenes encabezados por Lea Herst (Louise Befort) una joven millonaria, que juega tenis, con el novio perfecto a descubrir su capacidad para retar al sistema y crear las estrategias que lo hagan de manera exitosa. La llegada de Tristan (Ludwig Simon) a la escuela cambia de manera radical al forma en que Lea concibe la vida de lujos y la arroja al activismo político, llevándola a realizar actos de resistencia civil, primero violentos e irrasionales, después pensados y con una finalidad clara.

Tristan es un joven contestario, inadaptado que inmediatamente atrae a Lea de manera intelectual y sexual. Tristan es de alguna manera lo opuesto a Lea aunque ella termine descubriendo que son lo mismo. Tristan toma rápido el papel de defensor de los indefensos y segregados del salón; un musulmán; Rahim Hadad (Mohamed Issa) acosado por los neonazis. Zazie (Michelle Barthel), una joven introvertida buleada por la clásica chica popular del salón y Hagen (Daniel Friedl) hijo de unos granjeros que perdieron todo por la contaminación de una fábrica papelera, quien además de ser menospreciado por este hecho, lo es por ser gordo. En este grupo de desadaptados y discriminados Tristan siembra la idea de la revolución, pero como en el caso de Mia en Biohackers, Tristan hijo de un diplomático y de una activista tiene un pasado oscuro y una agenda que cumplir para vengar a sus muertos. Tristan es un inconforme y rebelde que al iniciar la serie vive en un reclusorio para jóvenes criminales, del cual se le permite salir durante el día para acudir a la escuela.

La ingenuidad inicial de Lea, así como el repentino descubrimiento y conciencia de su empoderamiento la llevan a cometer a cometer errores que la pondrán sobre al borde de la cárcel primero, y después de la muerte. En la historia, a diferencia de Biohackers, las acciones de Tristan tienen consecuencias directas sobre la vida y la forma de pensar de sus amigos. Al final estas van más allá de la venganza personal para convertirse en la toma de conciencia de Lea, Hagen, Rahim, Zazie y otros que los rodean de lo que es el mundo y cada uno de ellos tomara decisiones personales que los marcaran para enfrentarlo el resto de sus vidas. La explotación que producen los sistemas de producción, la necesidad de los políticos por dividir a la gente y llenarla de odio entre diferentes sectores de la población, la policía que ejerce la fuerza, no en busca de actos de justicia y mucho menos por crear un orden armónico en la sociedad, si no como los simples gorilas que blandiendo una placa resguardan a la oligarquía violentando a los inconformes de la sociedad civil.

Biohackers, es un thriller científico, bien construido, entretenido, que por extensión nos obliga a pensar en la posible existencia de científicos patrocinados por gobiernos o empresas privadas para desarrollar seres humanos con capacidades realmente diferentes y diferenciadores que como siempre se deja ver en este tipo de narrativas son una macabra posibilidad irresponsable y azarosa de provocar que la especie humana evolucione o mute de una manera poco natural y darwiniana, como sucede ya en el mundo real con los cultivos transgénicos, sin cuestionarnos en  este momento si se trata de una evolución correcta o una manipulación maquiavélica. Somos la Ola es una serie subversiva y underground de gran fuerza con personajes que crecen a lo largo de la serie para bien o para mal. Lea a Zazie, del nacimiento del líder a la realización de una vida condenada a ser un cordero de la sociedad. La transformación de quien descubre el mundo y no lo acepta, que pasa del confort, a la ira a la acción.

Ambas series tratan de jóvenes buscando respuestas y actuando desde la inconformidad y la tan cacareada idea de que los jóvenes quieren cambiar al mundo. Y que muchos idealizan a partir de los movimientos de la década de los sesenta cuando muchos jóvenes alrededor del mundo occidental demostraron tanto en las llamadas democracias y como en los gobiernos totalitarios. Lejos del conformismo y verdades de Perogrullo, aunque construidas con esquemas clásicos del melodrama que tanto nos gusta y sin ser Dark o El perfume ambas series bien valen la pena.

Publicado en roastbrief.com.mx el 15 de septiembre de 2020

imágenes Netflix