Mostrando entradas con la etiqueta tacle. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta tacle. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de febrero de 2020

La clase 2020 del Salón de la Fama: Alex Karras.




Entre los jugadores que serán honrados este año con su ingreso al Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional, esta este jugador cuya carrera tiene una mancha importante.

Armando Enríquez Vázquez

Una tarde de futbol americano de la NFL como cualquier otra, en 1964, y como marca el protocolo antes de iniciar el encuentro, se llevó a cabo la ceremonia del lanzamiento de la moneda que decide quien recibe, quien patea y que lado del campo toca a cada equipo durante el primer cuarto. El árbitro principal le pidió al tackle defensivo de los Leones de Detroit portador del número 71 en el Jersey, Alex Karras, que escogiera el bolado, a lo que Karras contestó que no, ante la insistencia del árbitro Karras se limitó a decir; Lo siento no tengo permitido apostar.
Karras había sido suspendido por toda la temporada de 1963 por Pete Rozelle, comisionado de la NFL, por apostar y eso le permitió el sarcasmo con el oficial. A pesar de este castigo, similar hasta cierto punto al que Pete Rose, el legendario jugador de beisbol de los Rojos de Cincinati, que nunca entrará al Salón de la Fama de su deporte, por lo menos no pronto, Alex Karras fue seleccionado este año para ser un miembro más del Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional. Karras es, sin duda, uno de los mejores tacles defensivos en la historia de la NFL, para su mala suerte jugó en un equipo mediocre que no lo hizo brillar como lo hicieron y hacen tacles de menor calidad en equipos triunfadores. Alex Karras jugó a lo largo de 12 temporadas para los Leones de Detroit.
Karras nació el 15 de julio de 1935 en Gary Indiana. A pesar que sus dos hermanos mayores, quienes también jugaron en la NFL, jugaron en sus tiempos como colegiales para la universidad de Purdue, a Alex la universidad de Iowa le ofreció una mejor propuesta, lo que en un principio pareció una buena oportunidad para Karras se convirtió en una pesadilla para él y para su entrenador Forest Evashevski, un hombre exigente, acostumbrado a presionar de manera exagerada a los jugadores y abusar de ellos verbalmente y psicológicamente, y cuyos métodos no pudieron doblegar nunca a Karras. Un ejemplo, al joven no le interesaba jugar a la ofensiva, en esos años los linieros de cualquier equipo jugaban la posición ofensiva y defensiva, Karras sólo se esforzaba en atrapar a los quarterbacks adversarios, y adivinar la jugada para detener al equipo rival, mientras que para la ofensiva hacía el mínimo esfuerzo. A pesar de esto, Karras fue el mejor tacle defensivo a lo largo de sus años colegiales siendo uno de los muy pocos jugadores defensivos en alcanzar la etapa final de aspirantes al Trofeo Heisman. Sus problemas con Evashevski llegaron a los golpes y a la promesa del entrenador de no hablarle a Karras salvo en términos de entrenador.
Karras contribuyó de manera importante a triunfos destacados en la historia de la Universidad de Iowa y a la historia deportiva de la misma, pero al terminar su carrera juró no regresar a la Universidad mientras Evashevki fuera parte de ella. Siempre fue muy crítico de la universidad y de su deficiente programa atlético en especial en el caso del futbol americano.
En la selección de jugadores colegiales de 1958 Karras fue la décima selección de los Leones de Detroit, y salvo la mencionada temporada de 1963 cuando fue suspendido por apostar, sus doce temporadas fueron para el equipo de la ciudad de los automóviles.
Durante la carrera profesional de Karras las estadísticas para un liniero defensivo se limitaban en el mejor de los casos al número de intercepciones, fumbles provocados y recuperados, Karras fue un tacle que se distinguió por su agresividad y por detener a los quarterbacks y corredores detrás de la línea de scrimmage. Sus estadísticas personales no dicen nada de esto y se limitan a marcar que, a lo largo de doce años, y 161 juegos, Karras logró 4 intercepciones para 57 yardas y recobró 16 balones sueltos con una ganancia total de tres yardas.
Solo en su temporada final Karras fue parte de su único juego de post-temporada el cual se llevó a cabo el 26 de diciembre de 1970, en el estadio texano conocido como Cotton Bowl. Esa tarde los Leones perdieron frente a los Vaqueros de Dallas por un marcador poco común; 5-0.
Una lesión en la rodilla obligó a Karras a retirarse antes del inicio de la siguiente temporada.
En 1968, Karras fue seleccionado para interpretarse a sí mismo por la producción de la película Paper Lion, basada en el famoso libro homónimo del periodista deportivo George Plimpton, quien entrenó, sufrió e incluso jugo un par de veces en los juegos de pretemporada con los Leones de Detroit para lograr su reportaje, y que hizo de Karras uno de los personajes de su libro. Otros dos miembros del equipo que participaron en la película; el linebacker Joe Schmidt y el Lem Barney son miembros, también, del Salón de la Fama del Futbol Americano Profesional. Karras descubrió una nueva carrera que explotar, algo que no hizo hasta su retiro del emparrillado. Fue co-conductor del Juego del Lunes por la Noche con Frank Gifford y Howard Cosell.
En la televisión y el cine es recordado entre las generaciones setenteras y ochenteras del siglo pasado por papeles como el del padre adoptivo de un pequeño de color en la serie Webster que se transmitió por la cadena ABC de 1983 a 1989 o por su personaje Mongo en la parodia de western de Mel Brooks; Blazing Saddles que en México se estrenó en 1976 como Locuras en el oeste, donde Karras hace el papel de un bruto llamado Mongo que monta un cebú y noquea a un caballo de un puñetazo.
Alex Karras, además, escribió una columna para el Detroit Free Press en sus días como jugador, una autobiografía en 1978 que tituló Even Big Guys Cry, incluso escribió una novela sobre el deporte que se llama Tuesday Night Football, en 1991.
En abril de 2012 Karras fue uno de los jugadores que demandó legalmente a la NFL, por no haberlos protegido de los golpes en la cabeza, Karras había sido diagnosticado poco antes con demencia. Seis meses después el 10 de octubre en Los Ángeles, California, Alex Karras falleció. Es parte desde 2018 del círculo de honor en el estadio de los Leones de Detroit. Su sobrino nieto Ted Karras juega como centro de los Patriotas de Nueva Inglaterra desde 2016.


imagen; britannica.com

sábado, 21 de julio de 2018

Roosevelt Grier, temible tackle defensivo, guardaespaldas, cantautor y ministro.




De 1955 a 1966 Roosevelt Grier jugó con los Gigantes y Los Carneros, fue uno de los más fieros tacles ofensivos y después hizo historia en diversos campos entre ellos, formar parte de los que detuvieron al asesino de Robert Kennedy.

Armando Enríquez Vázquez

De 1955 a 1962 Roosevelt, Rosey, Grier fue jugador de los Gigantes de Nueva York y formó parte de una línea defensiva que fue la primera en ser apodada “Los Cuatro Temibles” conformada por Grier y Dick Modzelewski como tacles y Andi Robustelli y Jim Katcavage como guardias. Esta línea fue parte vital del campeonato de la NFL que en 1956 ganaron los Gigantes.
Rosey Grier nació el 14 de julio de 1932, en Cuthbert, Georgia en Estados Unidos. Miembro de una familia de once hermanos. Sus padres trabajaban en los campos de cultivo de cacahuate. Buscando una mejora la familia migró al norte de Estados Unidos donde el racismo no era radical, Rosey jugó sus años colegiales con Penn State y en 1955 durante la tercera ronda de la selección de colegiales de la NFL Rosey fue contratado por los Gigantes de Nueva York.
A pesar del gusto que le dio a Grier el ser seleccionado por uno de los equipos más emblemáticos de la NFL, en una entrevista para la revista Time admitió haber tenido dudas acerca de su participación y el trato que recibiría al jugar en un equipo con un entrenador en jefe sureño y con un rooster con tantos jugadores del sur de Estados Unidos que siempre se ha caracterizado por ser racista y más en aquellos años en que la integración entre blancos y negros en Estados Unidos aún era mal vista. Grier vivió una infancia donde fue víctima del autoritarismo que el racismo norteamericano ha manifestado desde los inicios de su historia. Sin embargo, Grier, en esa misma entrevista concluye que nunca estuvo tan equivocado como en esa ocasión y que los Gigantes y los diferentes miembros del equipo lo hicieron sentir como en casa. Lo que quedó demostrado por esa línea defensiva famosa a través de los años de la que Grier fue uno de los estelares.
A lo largo de sus siete años con los Gigantes Grier logró recuperar 11 balones producto de fumbles y aunque en esa época no se llevaban estadísticas para las detenciones de quarterbacks detrás de la línea de scrimmage Grier es reconocido como uno de los más veloces tacles de su época. También consiguió durante sus años con los Gigantes un safety. En 1963 fue intercambiado por otro tacle y una selección colegial del siguiente año con el equipo de los Carneros de Los Ángeles. En las cuatro temporadas que jugó con el equipo californiano formó una nueva línea con el mismo sobrenombre “Los Cuatro Temibles”, esta vez la línea defensiva estaba compuesta por Grier y Merlin Olsen como los tackles, Deacon Jones y Lamar Lundy como los otros dos linieros defensivos. Los Carneros era un equipo perdedor cuando Grier llegó, pero junto con los otros tres defensivos ya mencionados se convirtieron en los lideres del equipo y aunque durante esos años los Carneros tampoco llegaron a un juego de campeonato, la defensiva de los angelinos y en especial esos cuatro linieros eran sinónimo de ferocidad y eran temidos por las líneas ofensivas, quarterbacks y corredores adversarios.
 En sus años como Carnero, Grier consiguió recuperar dos fumbles y un safety. Grier se retiró en 1967 con un total de 147 juegos jugados, Rosey Grier nunca faltó a un juego.
Tras retirarse, Grier comenzó a trabajar en televisión y películas y tenía su propio programa de televisión en Los Ángeles llamado Rosey Grier Show, en 1968 fue invitado a participar en el equipo de campaña de Robert Kennedy a la presidencia de Estados Unidos, en muchos artículos se dice que Grier era guardaespaldas del hermano del asesinado presidente John F. Kennedy, pero de acuerdo con el artículo de Jeffri Chadiha, columnista de NFL.com Grier era mucho más que un guardaespaldas y funcionaba como enlace entre la comunidad afroamericana y el candidato, así como vinculo con otros deportistas y celebridades, lo cual suena más probable ya que Grier no sólo tenía su programa de televisión, si no que grababa discos y en su propia medida era una estrella. Como otros personajes, George Plimpton un periodista que escribió varios libros acerca del futbol americano y Rafer Johnson, un decatlonista ganador de la Medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, Grier se encontraban entre los asistentes y personas cercanas al líder demócrata la noche del 5 de junio de 1968 cuando tras dar un discurso al saberse ganador de las elecciones primarias en California Robert F. Kennedy cayó herido de muerte por tres disparos que resonaron en el auditorio del Hotel Ambassador, donde el candidato presidencial se había reunido con sus seguidores.
De acuerdo con Grier, Kennedy había salido por un lado inesperado del escenario lo que descontroló a aquellos que lo protegían, y cuando sonaron los disparos Grier se avalanzó sobre el hombre que pistola en mano huía, mientras que Plimpton intentaba desarmarlo, algo que Grier logró finalmente torciéndole la mano a Sirhan Sirhan, el asesino de Robert Kennedy. Grier le pasó el arma a Johnson. Hay fotografías que muestran al ex tacle sobre el asesino en medio de una multitud que intentaba lincharlo, algo que Grier, de acuerdo con su relato, impidió golpeando incluso a miembros de esa turba enardecida.
La vida de Rosey Grier cambió a partir de su relación con Robert Kennedy y de la muerte del senador norteamericano. Rosey se convirtió en ministro protestante y desarrolla una labor con la comunidad. Es escritor, actor, compositor musical y cantante. Incluso escribió un libro de tejido para hombres. Roosevelt Grier vive en California y aunque no es parte del salón de la fama del futbol americano, sin duda tiene historias y una importancia que sobrepasan sus extraordinarios días en el emparrillado y demuestran que existe una vida después de la NFL.

imagen ydr.com