jueves, 18 de octubre de 2012

Jim Plunkett, siempre viniendo de atrás.




Hijo de padres mexicoamericanos, ciegos y sin educación, en un país racista y clasista nadie hubiera creído que este hombre llevara a un equipo a ganar dos veces el Superbowl.
Armando Enríquez Vázquez.
Como buen melodrama del cine mexicano, la historia de Jim Plunkett inició en una casa humilde de San José, California un 5 de diciembre de 1947. Los padres de Plunkett eran mexicanoamericanos y sus raíces estaban en la comunidad Chicana, sólo su abuelo paterno, responsable del apellido, era de diferente origen; irlandés. Pero Plunkett, creció rodeado de tradiciones y de la comunidad mexicana de San José.
Para aumentar el sentido del melodrama sus padres eran ciegos y aunque el padre trabajaba  en un puesto de revistas de la oficina postal de San José, Jim desde muy joven trabajó para ayudar a sus padres. Plunkett se dedicó a varias cosas fue repartidor de periódicos, dependiente de una tienda, gasolinero. A los 14 años Jim entró en una competencia de lanzamiento de balones y ante la mirada incrédula de los oficiales, Plunkett lanzó el ovoide 63 yardas. Esto lo puso en la mira de los scouts de las universidades, que en los siguientes años siguieron con interés al joven que demostró no sólo la fuerza en el brazo, sino también precisión. El joven quarterback ponía constantemente la bola en las manos de sus receptores. Al terminar la preparatoria, Jim, consiguió una beca en la Universidad de Stanford. Ese verano, Jim sintió una pequeña bola en el cuello, el médico le diagnosticó un tumor y Jim tuvo que ser operado, tras la cirugía Jim regresó cansado y débil al campus universitario, su actuación en los entrenamientos demostró que había perdido fuerza en el brazo. El entrenador de Stanford, John Ralston, tenía otras tres opciones para la posición de quarterback y le pidió a Plunkett considerar el  cambiar de posición y jugar como defensivo. A lo que Plunkett contestó: “Yo soy un quarterback”.
Para demostrarlo Plunkett se puso a entrenar, diariamente lanzaba entre quinientos y mil pases, según cuentan, intentando recuperar la fuerza de su brazo. Nada le sirvió para jugar ese año. Sin embargo, al año siguiente en su primer juego como titular Jim lanzó para 277 yardas completó 10 de 13 pases, cuatro de ellos para anotación. Ese año Plunkett lanzó 20 pases de anotación y 2673 yardas. En 1970 Plunkett, tenía elegibilidad para pasar a la NFL, pero no había terminado su carrera, por lo que, por decisión del joven y como ejemplo, para la comunidad chicana de la cual era parte y se sentía ejemplo, Jim decidió terminar primero sus estudios.
Ese año Plunkett llevó a los Indios de Stanford al campeonato de su división. Jim Sweeney,  entrenador de Washington State, declaró que Plunkett era el mejor jugador de futbol colegial que él hubiera visto. Al parecer esa opinión no era generalizada. Los especialistas de los medios llamarón a 1970 “El año del Quarterback”, en la lista de los posibles ganadores del trofeo Heisman, muchos ponían el nombre de Plunkett, pero muchos otros apostaban por Joe Theismann, Dan Pastorini, Lyn Dickey, o Kenny Anderson, pero sobre todo por el quarterback de Mississippi; Archie Manning. Manning sufrió una lesión que le impidió terminar la temporada y el trofeo fue para Plunkett. Además del Heisman, en su año final como colegial, Plunkett ganó el premio Maxwell y fue nombrado jugador del año por la United Press International, las revistas The Sporting News y sport Magazine. La Asociación de Entrenadores de Futbol Americano Colegial lo nombró el Jugador Ofensivo del Año.
Pero existía otra razón para celebrar a Plunkett, por primera vez en casi veinte años Jim había llevado a su equipo al Rose Bowl. Jugaron en contra de Ohio State que era el favorito por diez puntos. Y sin embargo Plunkett llevó a Stanford a la victoria. 27 -13. Jim fue nombrado el Jugador del Juego.
Con todos esos honores y glorias, los ojos de todos los aficionados y jugadores puestos en él, Plunkett llegó a la selección de la NFL de 1971. Todos le prometían uno de los más brillantes futuros en el futbol profesional. Plunkett por supuesto, fue el primer jugador en ser elegido, por los todavía Patriotas de Boston, que en unos meses habrían de cambiar su nombre por Patriotas de Nueva Inglaterra. Algunos dicen que el ganador del trofeo Heisman, a veces lleva consigo la maldición de no brillar en la NFL. El primer juego de Plunkett como Patriota fue en contra de los Raiders de Oakland. Los Patriotas ganaron 20-6, pero la temporada no fue tan buena. Nueva Inglaterra terminó con 6 ganados y 8 perdidos en cuarto lugar de su división. A pesar de los números era la mejor temporada de los patriotas en cinco años y Plunkett fue nombrado el Novato del Año. Pero la mala línea ofensiva de los Patriotas y lesiones que sufrió Plunkett, acabaron con la imagen del quarterback y las esperanzas de continuar con los logros conseguidos en el futbol colegial. Pasaron los años y los Patriotas no mejoraban en su juego, así, que al final de la temporada de 1975, Los Patriotas intercambiaron a Plunkett con los 49 de San Francisco, por un número de selecciones y el quarterback Tom Owen. Owen sería el substituto del joven Steve Grogan que había contratado los de Nueva Inglaterra como su titular.
Los años en San Francisco no fueron mejores. Antes del inicio de la temporada de 1978 los 49, despidieron a Plunkett. Parecía el fin de su carrera, Plunkett entró en depresión y no quería ver, ni hablar con nadie. Pasó uno días encerrado en el departamento de su viejo compañero de Stanford Bob Moore, que había atrapado el último pase de Plunkett en el Rose Bowl contra Ohio y también veía su carrera terminar. No habían pasado dos semanas de su despido cuando recibió una llamada de Al Davis, el legendario entrenador y dueño lo quería en los Raiders como quarterback substituto de Ken Stabler, y más tarde de Dan Pastorini que llegó a los Raiders en 1980. Pero Pastorini sufrió una fractura en el quinto juego de la temporada. Los Raiders tenían dos ganados y tres perdidos. Plunkett llevó a los malosos al juego de Superbowl, contra las Águilas de Filadelfia el gran favorito para ganar el juego. Nadie tomaba en serio a los Raiders y su veterano quarterback Jim Plunkett y a pesar de todo los Raiders ganaron a las Águilas, 27-10 demostrando la superioridad del juego aéreo de Plunkett. Jim Plunkett lanzó ese día para 261 yardas y tres pases de anotación, fue nombrado el Jugador más valioso del Superbowl XV y se convirtió en el segundo ganador del Trofeo Heisman en ganar un Jugador más valioso en un Superbowl. El primero fue Roger Staubach de los Vaqueros de Dallas. Los días de gloria habían vuelto para el quarterback en el que ya nadie creía y tenía 33 años de edad. A partir de ese momento Jim Plunkett se convirtió en el quarterback titular de los Raiders, el equipo que desde sus inicios se hizo famoso por contratar jugadores que los demás equipos creían que ya habían terminado sus carreras. Tres años después la historia se repitió. Plunkett había regresado a la banca como quarterback substituto, una lesión en el titular y Plunkett lo hizo de nuevo, llevó a su equipo al Superbowl XVIII en contra de los Redskins de Washington y ganó su segundo anillo de campeonato. Esta vez los Raiders ganaron 38 – 9. Plunkett lanzó 177 yardas, un pase de anotación y completó 16 de 25 pases.
En 1986, Jim Plunkett, anunció su retiro de los emparrillados. Mantiene el record del pase más largo lanzado por un Raider, 99 yardas en 1983 contra los Redskins.  
Hoy en día, a los 64 años de edad, Plunkett aparece periódicamente en los programas de Radio y televisión de los Raiders de Oakland.


Publicado el 16 de Octubre de 2012 en thepoint.com.mx
Foto: Prosportsextra.com

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