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lunes, 17 de septiembre de 2018

Kaepernick, Obama, Trump y un país que se desmorona.



El verdadero problema de la sociedad americana; nadie se siente norteamericano, gracias a las tonterías impuestas por grupos minoritarios de la sociedad.

Armando Enríquez Vázquez

Sí algo podemos asegurar de la sociedad y la pseudo democracia de Estados Unidos es que se desmorona y se polariza cada día más, no sólo por la posición radical del Presidente Trump, porque tal vez las raíces de esta descomposición se encuentran en la constante fragmentación de la sociedad norteamericana a partir de una visión liberal que permitió una de las mayores aberraciones de la sociedad contemporánea, las políticas a favor de minorías que se dividen en grupos más pequeños cada día, que se creen independientes del conjunto mayor que los contiene y lo censuran a partir del discurso sórdido y castrante de lo políticamente correcto.
Cuando Nike lanzó su nueva campaña y a los deportistas que representan a la marca en ella, sin duda lo que más llamó la atención fue la inclusión del ex quarterback de la NFL y actual atleta desempleado, Colin Kaepernick. ¿Por qué? Porque este hombre negro decidió mostrar su posición frente al racismo instalado en Estados Unidos desde su fundación y la forma en que llevó a cabo su protesta fue hincarse al inicio de cada partido de la NFL en el que ha participado en el momento en que toca el himno nacional de Estados Unidos, la protesta llevó a otros jugadores de la NFL de todos los colores y razas a hacer lo mismo y esto enfureció al presidente racista y Nazi de Estados Unidos. Quien desde entonces ha hablado mal de la liga y tratado de obligar a los dueños de los equipos y al comisionado a despedir a los jugadores.
El día que se dio a conocer la campaña de Nike las redes sociales en Estados Unidos estallaron polarizadas a favor y en contra del atleta y de la marca. Por la noche el conductor del Daily Show de Comedy Central, el sudafricano Noah Trevor, reflexionaba al respecto el hecho de no engancharse con algo que únicamente es una campaña de publicitaria de una empresa para vender, que aprovecha dos cosas; el enojo de la población negra ante la política de intolerancia del gobierno federal de Estados Unidos, así como la figura no sólo la Kaepernick, si no la de Serena Williams, Odell Beckham Jr, Le Bron James, claro ante está pléyade de atletas negros Donald Trump y lo peor de la sociedad estadounidense saltaron, el primero con sus declaraciones, la segunda quemando el calzado de Nike bajo el hashtag Burningnike. El objetivo de la marca se logró. Para bien o para mal la publicidad una vez más puso a la marca en la mente del consumidor.
Pero el fenómeno social ahí sigue, un presidente que es una vergüenza mundial y un sistema de viejos racistas que desde su partido lo apoyan. El 7 de septiembre el ex presidente Barack Obama en un discurso de aceptación de un premio de ética en su gobierno, en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign declaró el peligro que Trump representa para Estados Unidos, a la democracia y por extensión a la forma de vida que los norteamericanos quieren hacer creer al resto del mundo se basa en la diversidad y la tolerancia, algo que hoy se muestra más falso que nunca cuando el presidente norteamericano  es el primero en apoyar la segregación, el racismo y él mismo es incapaz de reconocer lo malo de estas posturas.
Obama señaló que Trump, no es la causa de los problemas raciales y antidemocráticos de su país si no un síntoma de ellos, lo cual tristemente es una forma de evadir la responsabilidad de saber que Trump no es ni una, ni otra, sino la consecuencia lógica de una mayoría blanca, anglosajona, ignorante, y prepotente a la que representa y a la que el resto de los norteamericanos no supieron ni oponerse ni derrotar, pero que desde hace dos años no han dejado de lamentar. Lo que demuestra el estado decadente no sólo de una sociedad pasiva, sino de una democracia ficticia que sigue siendo dominada por unos pocos. algo que los norteamericanos no están dispuestos a reconocer y asumen a Trump como un riesgo hacía el interior de un sistema que ellos insisten es perfecto.
Frente una democracia que no es tal y depende de un amañado colegio electoral, en Estados Unidos las dos minorías más importantes y que juntas superan a la mayoría blanca; Negros y Latinos tienen tantos problemas entre ellas que no son capaces de hablaren unidad y mucho menos de armar discursos coherentes que unan sus demandas no como minorías sino como ciudadanos norteamericanos con todos los derechos y obligaciones que se atribuyen los blancos.
Lo que nos lleva al verdadero problema de la sociedad americana; nadie se siente norteamericano, gracias a las tonterías impuestas por grupos minoritarios de la sociedad y a “lo políticamente correcto” las sociedad se ha fragmentado en grupos que se creen más importantes que la sociedad y el estado por el que son representados.
México-americanos, afro-americanos, judío-americanos, sajones-americanos, nativos-americanos homo-americanos, marijuano-americanos y cualquier otro subgrupo poblacional real o ficticio que surja en los próximos 45 minutos, no aporta nada al discurso de la nación, al contrario la divide fomentando odio y racismos entre miembros y comunidades a los que en teoría representa y unifica una bandera, un gobierno y un presidente. Mientras Donald Trump gobierna de manera exclusiva para los blancos anglosajones y protestantes, el resto de los norteamericanos quedan en la orfandad. Los medios, a excepción de Fox News vocero de la política de Trump o si somos mal pensados quien dicta la política de Trump, denuncian en algunas de sus series más importantes el racismo, como un ejercicio diario del poder gubernamental norteamericano, series como “How to get away with murder” lo dejan de manera devastadoramente clara, sobre todo en su más reciente temporada. “American Crime” de la cadena de televisión abc y que duró solo tres temporadas debido a la fuerza de los argumentos que mostraban una nación que no lo es, donde la impunidad a los actos deshonestos y criminales de los blancos está sobre cualquiera de las cosas y al igual que “How to get away with murder” muestra que no se aplica la ley, ni se mide con la misma vara  a negros, blancos, latinos y nativos indígenas, porque el sistema esta corrompido. Eso que Obama llama síntoma, es algo mucho peor que se demuestra cuando son las tripas lo que está detrás de una orden ejecutiva de Trump y no la razón. Cuando alguien está dispuesto a quemar sus pertenencias sólo porque confunde la ideología con la publicidad, no estamos hablando de justicia, ni de diálogo.
Es claro que en una nación donde la población blanca es cada día menor, los norteamericanos están obligados a ser muy críticos de su condición. Pronto habrán pasado los días de su liderazgo mundial y no pueden seguir divididos entre ellos, el país corre el peligro de desmoronarse y balcanizarse.
Creo que es también momento de que nosotros como mexicanos evaluemos esos trendings norteamericanos de segmentación poblacional y ser políticamente correctos que ya se manifiestan entre nosotros y apuntalan los discursos de odio que vemos desde antes de las campaña presidenciales. Debemos evitar que se conviertan en algo común y promotor de la división entre los habitantes que se creen con derechos especiales.
Por ejemplo, hace unos meses un joven defendía de manera visceral más que racional la idea de que el grupo poblacional más vulnerable de crímenes en México son los homosexuales, algo que es totalmente falso. En México los grupos más vulnerables son las mujeres y los niños al homicidio, violencia y acoso. Sin embargo, son más ciento cuatro mil los muertos en lo que va de este sexenio fallido de los cuales lo que podemos decir es que eran en su mayoría mexicanos. Mexicanos a secas.
En México cuando yo era niño y joven vivíamos los mexicanos, todos los subgrupos y géneros éramos definidos por ser antes que nada mexicanos, hoy pareciera que como decía mi abuela únicamente “copiamos lo malo de los gringos” y queremos ser algo más antes que mexicanos. Incluso se empieza a hablar de afro-mexicanos en referencia al número importante de descendientes de esclavos africanos que terminaron en tiempos de la Colonia Española en nuestro país. Eso sin contar la posición feminista o gay de anteponer su género o sus preferencias sexuales a su identificación como mexicanos. Lo mismo sucede con los grupos privilegiados de políticos que pretenden que la condición de servidor los define, sin tener en cuenta que ante todo a un político lo define, o al menos eso dice la teoría y la ley, la vocación de servicio. Ellos sólo buscan ser políticos para quedar exentos de rendir cuentas fiscales, legales o de cualquier índole frente al justicia o la ciudadanía.
Dividir y vencer. Hoy sucede con el discurso de odio que nace desde la derecha extrema nacida en Atlacomulco, en Sonora, o Querétaro donde los lideres del PRIAN mandan sus mensaje irracionales en contra del presidente electo a través de sus periodistas y también desde Tabasco, Chiapas con los personajes mafiosos de Morena y sus partidos afines incluidos el PRI. Tenemos que trabajar como mexicanos todos, no como segmentos individuales de una sociedad fragmentada que nada bueno puede traer al país.
Probablemente en los próximos años veamos desmoronarse al Estados Unidos hegemónico y arrogante que conocemos desde hace un siglo, curiosa y tristemente como consecuencia de sus discrepancias internas y su desunión. ¿Acaso queremos lo mismo para nuestro país? Aprendamos de todos los errores de la “democracia” menos demócrata del mundo libre.

Publicado en blureport.com.mx el 10 de septiembre de 2018

lunes, 9 de julio de 2018

Y al despertar el 2 de julio el dinosaurio todavía estará ahí.



El dinosaurio no desapareció el 1º de julio sólo se cambió de partido.

Armando Enríquez Vazquez.

Pase lo que pase, y sí pasa lo que las encuestas predicen, el lunes 2 de julio cuando el amañado y sospechoso PREP nos diga quien ganó, los mexicanos debemos estar listos para ver la cara del dinosaurio sonriendo detrás de los candidatos ganadores de Morena, del PRI y en muchos del Frente.
El sistema político está blindado contra actos democráticos de la ciudadanía. Si gana “ya sabes quién” con su planeada amnistía permitirá y validará desde su “honestidad valiente” los actos de corrupción de los últimos seis años de gobierno, por lo menos. Si gana Meade, algo realmente difícil, será más de lo mismo y uno de los más escandalosos y grandes fraudes electorales que haya sufrido México, si gana Anaya y realmente implementa su plan de justicia ciega, deberán caer ciertos miembros del PAN y el PRD que también se han enriquecido a costa de los demás.
El dinosaurio moreno que parece saldrá del cascarón el día primero, tiene ciertas debilidades, pues contará con una minoría de los gobernadores de la federación a su favor, tres a lo mucho, y aunque pueden llegar a tener una mayoría sencilla en el Congreso de la Unión, algo que espero no suceda y que los mexicanos crucen y razonen la importancia del voto dividido, tendrá a una parte importante de la clase política y empresarial en su contra.
Cuando el día 2 de julio, el PRI Nacional, por fin se haya desecho de los últimos lastres que Peña Nieto les impuso regresaran junto con René Juárez, los dinosaurios de verdad, quienes devoraran a esos nuevos dinosaurios que fueron incapaces de mantener al partido en el poder y que probablemente lo arrojen a la mayor crisis de su existencia, sin gobernadores, con muy pocos diputados y senadores los priístas habrán de sentirse la peor de las oposiciones y por inercia cobrarán la vajilla rota al ineficiente presidente de la república, a sus aliados y funcionarios que lo ayudaron a perder lo que nunca habían perdido; el Congreso de la Unión.
Y sin embargo, el dinosaurio estará presente en cada una de las decisiones de López Obrador y sus funcionarios quienes tendrán seis años para operar y comenzar la construcción de una nueva dinastía de presidentes imperiales. O en las de Anaya y ni que decir de las de Meade.
Es deber ciudadano sin importar por cual partido votes, el vigilar que los actos de gobierno se lleven a cabo, que los gobernantes se conduzcan de manera correcta y a pesar de lo que digan los medios y los periodistas solidarios del régimen, el hecho de que Javier duarte este en la cárcel, César Duarte viviendo en Estados Unidos y Karime Macías protegida directa de Peña Nieto balconeada en el barrio elegante de Londres, no se debe a nadie si no a la ciudadanía que no ha permitido que se olvide el crimen de Ayotzinapa, ni el escandalo de la Casa Blanca, aún falta mucho en materia de política ciudadana que sirva como contrapeso a los partidos que administran el país.
Nadie mejor que las organizaciones de la sociedad civil que tantos triunfos lograron a lo largo de los últimos dos sexenios a pesar de los presidentes, gobernadores y funcionarios mediocres para continuar su labor apartidista, sea quien sea el ganador.
En México el 2 de julio todos nos levantaremos para ir a nuestros trabajos o a ver el partido entre México y Brasil, pero sin duda seremos los mismos que somo hoy y que fuimos hace seis meses.
Lo que no podemos permitir es el asunto de políticos que sigan protegiendo a políticos y de ciudadanos que somos timados y sobrevaluados por la gente que se dice y nos quiere convencer de que tienen la intención de mejorar el país. No podemos permitir que se nos presenten candidatos como Layda Sansores, Fadlala Akabani, Christian von Roerich o José Antonio Meade y como sucedía hace cuarenta años asumir que los ciudadanos aceptarán a esos personajes que no han hecho nada por su comunidad.
El 2 de julio tendremos nuevo presidente y al mismo dinosaurio, pero los mexicanos seremos también los mismos y después de que los ganadores celebren y unos días después todos, los que se oponen al PRIAN, y los que se oponen a PRIMOR mantengamos la misma actitud crítica de quien se sabe el elector de los políticos.
Este texto se escribió un par de días antes de la elección y lo que vivimos el 1º de julio y los días siguientes nos han demostrado que el dinosaurio esta ahí detrás del triunfo de morena y sus indefendibles candidatos como Layda Sansores alcaldesa electa de Álvaro Obregón, Napoleón Gómez Urrutia, Néstora Salgado, el patético mal perdedor que ha demostrado ser Miguel Barbosa, entre muchos otros que son herederos directos de una partidocracia corrupta y opaca. El dinosaurio sigue ahí sonriendo desde las sombras de los ganadores, burlándose de la derrota de los independientes que intentaron penetrar a la partidocracia y no lo lograron.
La catástrofe para partidos como el PRI, el PRD y el PAN fue sorpresiva y los obliga a replantear su existencia misma sobre todo a los dos primeros. Pero la escuela de los tres esta enraizada en el actuar del a partir de diciembre partido en el poder.
Los ciudadanos hablaron; quieren y respetan al dinosaurio. La mayoría eligió que todo cambie para que nada se altere y con el tiempo lo veremos.

una primera versión de este texto se publicó en blureport.com.mx el 28 de junio de 2018

sábado, 17 de febrero de 2018

Rumbo al fin de la democracia.



La democracia es la forma de gobierno que menos se ha ejercido a lo largo de la historia humanidad.

Armando Enríquez Vázquez

“La democracia esta sobrevaluada” asevera en alguno de los capítulos de House of Cards Frank Underwood el cínico y ambicioso político, que protagoniza la serie.
Lo cierto es que el sistema que tanto valoramos y que tanto decimos respetar, el sistema que fue el paradigma del siglo XX, parece haberse agotado a nivel mundial. Lo peor es el promotor de la más descarada avaricia de los seres que detentan el poder que en teoría les ha conferido el pueblo.
La democracia es la forma de gobierno que menos se ha ejercido a lo largo de la historia humanidad y así como la democracia griega era imperfecta y de acuerdo con Platón se trataba de uno más de los sistemas corrupto de gobierno, la mayoría de las democracias actuales que se suponen incluyentes e igualitarios son una verdadera porquería.
Las democracias modernas se autodefinen por la existencia del voto ciudadano y se basan en un sistema de poderes y/o órganos de gobierno independientes como se supone existen en México: Ejecutivo, Judicial y Legislativo. Otras democracias tienen un parlamento muy fuerte; es ahí de donde surge el ejecutivo como cabeza que representa a la mayoría de los ciudadanos quienes votaron a las fuerzas políticas y también están las más primitivas como la estadounidense que depende de un complejo y tramposo sistema que anula el voto ciudadano y se lo da a una elite.
Lo peor que le puede suceder a una democracia es que uno de los poderes anule o someta a otro o a todos los demás poderes. Entonces se convierte en una dictadura. Algo que sucedió durante setenta años y sucede en el México de Peña Nieto y del que ya sabemos cuál es el resultado; la corrupción y encubrimiento de las canalladas de políticos que son parte de la camarilla del presidente en turno. Peña Nieto, como cualquier tirano, se ha empeñado en negar dar cabeza a la Procuraduría General de la República, ni nombrar titulares que se responsabilicen de las instituciones que creó demagógicamente él mismo contra la opacidad y la corrupción. Amenazando y obligando a renunciar a un fiscal electoral que investigaba el dinero corrupto que ayudó en la campaña del actual presidente y atacando a gobiernos libres y soberanos como el de Chihuahua, por tratar de hacer justicia a las atrocidades que los gobernadores de Peña Nieto y la cúpula del PRI Nacional realizaron en contra de los mexicanos y en especial de los chihuahuenses.
Algo similar comienza a suceder en la que, con arrogancia, se ha autonombrado la Democracia ejemplar del mundo, cuando el presidente Donald Trump decide atacar al más puro estilo del dictador Nicolás Maduro, al sistema de justicia de aquel país o mofarse de los legisladores.
Los intentos de Donald Trump por someter no sólo a los órganos encargados de imponer la ley como el FBI, sino su interferencia directa con el Fiscal de Estados Unidos, demuestran el poco espíritu democrático del presidente de Estados Unidos. No recuerdo haber escuchado en el vocabulario del racista y autoritario presidente norteamericano la palabra democracia.
México, como Estados Unidos, España y muchos otros países del mundo está muy lejos de ser una democracia, como se nos hizo aprender la definición, y está mas cerca de una sociedad feudal donde la clase gobernante unida y dividida en diferentes partidos y personalidades pretenden dominar y minar el patrimonio de los mexicanos, ciudadanos (burgueses) o población rural (campesinos).
Sí la democracia está en crisis es gracias a sus propias características y a la ignorancia de los ciudadanos. El surgimiento de poderes fácticos que no dependen del voto de nadie y se perpetúan dictando desde sus intereses la agenda nacional, viendo pasar y manipulando a presidentes y autoridades electas es una de las claras muestras del fracaso de la democracia moderna. Por ejemplo, sindicatos, medios de comunicación y empresarios, eso sin contar al crimen organizado que se infiltra en todos los anteriores.
Si bien, al menos en teoría, los sindicatos existen para salvaguardar los derechos de los trabajadores de un gremio, la verdad es que son estos sindicatos, en México y en Estados Unidos, por poner un par de ejemplos, los que doblegan las ideologías de candidatos y gobernantes cuando se intercambian votos por posiciones de poder, tal y como lo han hecho priístas y panistas para alcanzar el gobierno.
Sin duda el descaro de Peña Nieto en su alianza con Carlos Romero Deschamps de PEMEX y de Felipe Calderón con Elba Esther Gordillo son los ejemplos recientes más claros, pero no los únicos, y la alianza de López Obrador con los familiares de la líder de los maestros nos demuestra lo poco importante que es el ciudadano para los políticos actuales.
La democracia como la entendemos en el siglo XXI es incluyente y tolerante, algo que es falso en México, en España, en Estados Unidos, donde las voces opuestas al gobierno son descalificadas, censuradas o en peor de los casos anuladas por medio del asesinato. Si estoy en el gobierno puedo sin ningún problema enarbolar la bandera racista, desde Trump contra negros y latinoamericanos hasta el pobre personaje que es Enrique Ochoa Reza al hablar con desdén de los “prietos” que conforman a Morena. Los ganadores se sienten con el derecho de menospreciar y burlarse de los que han quedado en segundo o tercero lugar.
Gane quien gane las elecciones en nuestro país, sin importar como se desmorona la democracia a nivel mundial, los mexicanos debemos replantearnos nuestro sistema de gobierno, como debe evolucionar y porque durante los próximos seis años seremos gobernados, como lo hemos sido este sexenio por alguien que no va a ganar las elecciones con una mayoría del voto, porque difícilmente el que gane en México en el 2018 lo hará con más del 37% de los votos y eso aquí y en China, solo demuestra que la oposición es mayor.

viernes, 5 de enero de 2018

Desfachatez vs apatía.



El año entrante habremos de decidir entre un variado menú político; torta de jamón, jamón en torta, o telera rellena de jamón. Pero parece que eso es lo que nos gusta.

Armando Enríquez Vázquez

Los mexicanos nos hemos vuelto más idiotas o los políticos de este país se han convertido en la cúspide del cinismo.
Tal vez sea la contaminación, o la falta de educación, o nuestra cultura de; “regaladas hasta las puñaladas”. Tal vez sea que una vez rebasado el año de Hidalgo hemos permitido a todos los burócratas y oficinistas del gobierno de medio pelo que anhelen el año de Carranza. Tal vez se trata de la pobreza mental de los llamados líderes de opinión, del carente albedrío de la “prensa libre”. Lo único claro es que mientras el país se hunde en la corrupción, la inseguridad y la impunidad los ciudadanos mexicanos no hacemos nada más qué, como adolescentes, creernos víctimas y ofendidos, mientras los segundos, políticos y sus oficinistas de cuarta siguen preservando que las condiciones sigan iguales, al tiempo que como madre de telenovela nos lanzan los mismos sermones demagógicos: “¡Qué van a hacer el día que les falte” “Ya saben quien los hubiera llevado al paraíso, pero nunca me escuchan, ni hacen caso” “Somos pobres pero honrados”. Hay quienes aluden al hartazgo ciudadano frente a la desfachatez de los que nos gobiernan, pero entonces que no se atrevan a exigir derechos ciudadanos sino se encuentran dispuestos a defenderlos.
El año entrante habremos de decidir entre un variado menú político; torta de jamón, jamón en torta, o telera rellena de jamón. Pero parece que eso es lo que nos gusta, de otra manera cómo podríamos sobrevivir quejándonos a lo largo del sexenio de todo lo que hacen los gobernantes y todo lo que dejan de hacer. Qué quede claro, no es que el gobierno federal lo esté haciendo bien, ni que tampoco los poderes legislativo y judicial sean dignos de un estado que se autonombra democrático. Se trata de la ignorancia por gran parte de la ciudadanía de sus derechos, y en caso de conocerlos su apatía por ejercerlos; es más cómodo plañir que actuar.
¿No es indignante que Rubén Moreira con todas las sospechas, por utilizar otro tipo de palabras que nos encantan a los mexicanos llamados eufemismos, sobre su participación en el fraude electoral de Coahuila, ahora forme parte del CEN del PRI? ¿No es un escupitajo en la cara de la ciudadanía de la CDMX que la elección de candidatos a las alcaldías de lo que son hoy delegaciones por parte de Morena sea una lista de puros pillos y criminales de cuellos blanco? ¿Por qué tenemos que leer periódicos y portales como El Universal, Excélsior, Milenio, o los canales de televisión abierta que son medios serviles y comprados por el gobierno a través de los miles de millones de pesos que la presidencia invierte en ellos?
Sí en 2018 la decisión del voto no es suficiente para mandar el mensaje del hartazgo ciudadano con los políticos de siempre y los partidos de siempre. Sí aceptamos que Meade, Anaya o López Obrador representan opciones diferentes a lo que hemos sufrido hasta ahora. Entonces no tenemos derecho a quejarnos, ni a presumir de esa misma inocencia con la que se quieren revestir estos cínicos candidatos.
Sí aceptamos la posición de la partidocracia, estaremos optando por la salida más fácil, la que nos permita volvernos a quejar 6 años más, mientras el país se hunde en la pobreza y la desigualdad, gracias a la avaricia, malos manejos de dinero y negocios turbios de todos y cada uno de los políticos de siempre. Nos estaremos convirtiendo en cómplices de todos los partidos políticos y el circo que representan. Tal vez es hora de exigir reformar al poder legislativo desde el poder ciudadano, no votando por uno sólo de los viejos políticos, tal vez sea hora ejercer una presión constante sobre diputados y senadores para que hagan un trabajo independiente del poder ejecutivo o de grupos del poder como el que intenta obtener el ex presidente Calderón con su grupo de “panistas rebeldes”, obedientes y sumisos al PRI.
Somos nosotros quienes hemos permitido que traidores al país como Manuel Barttlet Díaz aun tengan peso, o crean tenerlo dentro de la política del país. A los políticos les encantan la promiscuidad y nosotros permitimos que esto suceda sin siquiera cuestionar su integridad ideológica. López Obrador ataca y jura fustigar con su látigo mesiánico a Vicente Fox, mientras no tiene problema alguno de fotografiarse con narcotraficantes, defender al ex delegado de Tláhuac o pedir la ayuda de Lino Korrodi para encontrar financiamiento para la campaña. Meade habla de combatir la corrupción, pero no ve mal incluir entre los miembros de su campaña a Rubén Moreira o a Eruviel Ávila. Anaya ha hecho del azul del PAN un arcoíris no tolerancia, sino de ambición ilimitada.
Nuestra pasividad frente a los abusos de la clase política, únicamente abonan la tierra para que esta mala hierba crezca. La ingenuidad y olvido de muchos otros contribuyen a la creación de una leyenda inexistente en el campo del buen gobierno, de la transparencia y la equidad.
2018 abre la oportunidad de que los ciudadanos demostremos que no queremos gobiernos totalitarios disfrazados de democracia, es la oportunidad de apoyar opciones verdaderamente distintas en los casos que se pueda, como el de Pedro Kumamoto al senado. Pero todo me hace pensar que los mexicanos dejaremos pasar una vez más la oportunidad de demostrar nuestro poder como ciudadanos.

publicado en blureport.com.mx el 27 de diciembre de 2017 

jueves, 28 de diciembre de 2017

Entre la amnistía y las leyes de militarización



La Ley de Seguridad Interior propuesta por Peña Nieto, presenta un asunto de gran complejidad, pros y contras pero como está redactada parece un intento del gobierno por militarizar a México. 

Armando Enríquez Vázquez

 Desde el regreso del PRI a la presidencia en 2012, el ejército mexicano a través del Secretario de la Defensa Nacional, el General Salvador Cienfuegos ha insistido en la definición por parte de Peña Nieto y su gabinete de seguridad de las funciones y la legalidad de la presencia de las fuerzas militares en las calles de México.
Los más extremistas han querido ver en la Ley, la respuesta a las exigencias del militar y una especie de amenaza golpista. Los más intransigentes auguran la obviedad para legitimar los abusos del poder militar. Los partidarios de Peña Nieto minimizan la situación argumentando una normalidad que no existe.  
En el fondo las demandas del militar no son descabelladas. Necesitamos todos lo mexicanos, no solo los militares, saber que demonios hacen las fuerzas armadas del país en la calle y hasta donde pueden actuar los militares. Es necesario que los poderes ejecutivo y legislativo nos digan hasta cuando permanecerán en las calles y lo pongan por escrito. Es evidente que la figura del ejército ha sufrido un deterioro frente a la opinión pública a partir de las estupideces de Felipe Calderón y que ha continuado ante la nula propuesta de Peña Nieto para resolver la Situación. Es claro que el Estado Mexicano perdió el control en materia de seguridad y ha sido rebasado por el crimen organizado, que son estos criminales quienes controlan a policías, políticos e incluso a algunos gobernadores como se ha demostrado en más de una ocasión. La carencia de un estado de derecho. La nulidad de los poderes del ejecutivo frente al crimen organizado es una de las desgracias de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. La probada incapacidad de Peña Nieto, de los gobernadores, de legisladores y jueces frente al poder real de narcotraficantes, tratantes de personas y demás criminales ha hecho necesaria la permanencia del Ejército y Marina en funciones policiacas.
Es cierto que fue Felipe Calderón quien inició la guerra contra el narcotráfico sacando al ejército de los cuarteles, desgraciadamente con el tiempo se demostró que también sectores del ejército habían sido infiltrados por el crimen organizado y se recurrió entonces a la marina. Peña Nieto prometió acabar con esta situación y presentar una alternativa diferente a la lucha contra el narcotráfico, lo que ha resultado en una mentira del presidente que decidió mantener la estrategia Calderón. Ambos cuerpos de seguridad del estado frente a amenazas externas continúan, hoy siendo utilizados en tareas de seguridad civil.
La Ley de Seguridad Interior propuesta por Peña Nieto, presenta un asunto de gran complejidad, que ha despertado voces de protestas entre la sociedad civil, ha encendido la suspicacia de la ciudadanía, de organizaciones no gubernamentales, de universidades y de organismos internacionales en cuanto a lo que Peña Nieto busca en realidad con dicha ley en tiempos que preceden a la elección presidencial, o de las verdaderas intenciones de Cienfuegos, quien se dice, ha presionado al presidente y al poder legislativo. Los paleros del presidente y los llamados rebeldes del PAN minimizan el asunto olvidando que las curules y escaños que ostentan se las deben a los ciudadanos. El poder del voto ciudadano es una gran arma civil en una democracia, algo que en México es también fingido.
Las votaciones Fast Track al interior del sumiso poder legislativo demuestran el desprecio de los partidos y de Peña Nieto por los mexicanos.
El problema de la Ley de Seguridad Interior es que va mucho más allá de delimitar las funciones del ejército en las calles y le otorga a las fuerzas armadas el poder de violar todos los derechos humanos. Peña Nieto se convierte, entonces, en el principal enemigo de la democracia en México y de los mexicanos. Los legisladores como Javier Lozano, Emilio Gamboa Patrón, Roberto Gil Zuarth, Ernesto Cordero y César Camacho Quiroz junto con toda la bancada priísta y sus aliados del verde se han convertido en cómplices del asesinato de la democracia mexicana. Lo que queda claro es que Peña Nieto y sus esbirros están dispuestos a todo para evitar que el PRI pierda la presidencia y todos los privilegios de los que se han adueñado, lo que es peor Peña Nieto se muestra como un pequeño dictador incapaz de escuchar al pueblo que gobierna. Un hombre opuesto al diálogo. Lo único que nos debe quedar claro a los mexicanos es que no debemos temer a las acusaciones de que AMLO convierta a México en Venezuela porque el gobernante más parecido a Nicolás Maduro es Enrique Peña Nieto.
Quien ha pactado con el crimen organizado es Peña Nieto que liberó a Caro Quintero y a Don Neto, que prefirió encarcelar a Mireles ante que acabar con los narcotraficantes en Michoacán, quien ahora a través de una maniquea Ley de Seguridad Interior que debería haber aclarado a los mexicanos y al ejército, la situación de este último en la guerra que se libra al interior de México. Ha sido ante todo Peña Nieto. ¿Por qué la incapacidad de los gobiernos civiles tiene a los militares en las calles haciendo labores de policía? ¿Por qué la incapacidad de crear cuerpos policiales de elite? ¿Acaso Peña Nieto pretende perpetuar a su partido en el poder a partir de una oscura alianza con lo más podrido del PAN, como sugiera se elección de precandidato?
Y mientras Peña Nieto ataca de manera directa a la democracia, el otro extremo de los actores políticos del país también debe preocuparnos. El eterno candidato y mesías tropical en una más de sus estúpidas ocurrencias, pretende amnistiar a los narcotraficantes en caso de resultar electo por los mexicanos a la presidencia del país. No es que la propuesta sea descabellada, de facto, los priístas, los panistas y los perredistas han pactado en su momento con los criminales. El problema es que el supuesto redentor del país ha decidido ignorar a los mexicanos que piden seguridad y que han sido víctimas de estos criminales; secuestrados, extorsionados, amenazado y sufrido atentados para perdonar a aquellos que cometieron las ofensas. López Obrador no sabe ya cómo ganar el voto de aquellos que no estamos dispuesto a dárselo, sin darse cuenta como en las dos ocasiones anteriores que hoy las encuestas lo dan por vencedor, parece que él quiere agradar a todos, lo cual como sabemos es imposible.
Entre una Ley de Seguridad Interior que no presagia nada bueno y ocurrencias que favorecen a los criminales antes qué a los mexicanos a los ciudadanos nos debe quedar muy claro que solamente nosotros podemos acabar con estos políticos ambiciosos, sin escrúpulos, mezquinos. Con los discursos demagógicos y populistas de todos colores carentes de sustancia y llenos de oropel. Ellos se perpetuarán en el ejercicio del poder mientras nosotros lo permitamos. Nuestro voto es importante y la presión que debemos ejercer para que se nos proteja de manera correcta es básica, si personajes mediocres como Peña Nieto y sus amigos del PRIANUEVALIANZAVERDE son incapaces de decir que hace el ejército en las calles de las ciudades a los ciudadanos, pero en especial a los militares. 

publicado el 18 de diciembre de 2018 en blureport.com.mx

viernes, 10 de noviembre de 2017

México es grande y es un gran mercado.



Todos los potenciales de México los anula la corrupción, la impunidad y la complacencia de los mexicanos con el gobierno corrupto.

Armando Enríquez Vázquez

Ser el país con más hispanohablantes del mundo. El país número 14 en cuanto a su extensión territorial. Somos la quinceava economía del planeta. Eso nos pone en la marquesina para la inversión y el crecimiento, eso sin contar nuestra envidiable cercanía con Estados Unidos. ¿Entonces por qué estamos tan mal?
La primera porque somos el país más corrupto de Latinoamérica, la segunda porque somos el país más corrupto de Latinoamérica y la tercera porque somos el país más corrupto de Latinoamérica.
La corrupción es la madre de la opacidad, de los asesinatos de periodistas, de los secuestros y de la inseguridad, de los feminicidios tan comunes en el país y de la trata de personas que va desde la prostitución hasta los esclavos que existen en diferentes zonas del país.
Con más de dos veces la población de España, Colombia o Argentina, México lleva estancado en su economía desde hace más de 48 años cuando el bandido de Luis Echeverría devaluó la moneda tras un sexenio de derroche y robos que puso ejemplo y norma a los que siguieron incluyendo los gobiernos panistas de Vicente Fox, quien aún nos debe la explicación de las fortunas de los hijos de su esposa y Felipe Calderón, pero la cúspide de esa corrupción, de la opacidad, del poder ejercido desde la violencia ya sea la censura, el amedrentar o el asesinato, la colusión con el crimen organizado se ha dado en el presente sexenio. Cuando el llamado Nuevo PRI se ha encargado de burlarse de los mexicanos, ha despreciado a México y lo ha convertido en su negocio. Un partido y un presidente que obviamente no cree en las leyes, ni en las instituciones que su mismo partido fundó y estableció.
En 1988, cuando el panista Manuel Clouthuier estaba en campaña presidencial, yo vivía en Xalapa, Veracruz. Una mañana Maquío tuvo un acto en el café La Parroquia de la capital veracruzana. Atiborrado el lugar, nada comparable a las días más tardes masas que llenaron el centro de Xalapa para ver y apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas, recuerdo que con el calor primaveral Clouthier se limpiaba el sudor con un pañuelo, mientras comenzaba el acto con la frase: “A mi denme Veracruz y yo pago la deuda externa.” Algo parecido declaró el narcotraficante Rafael Caro Quintero tres años antes cuando aseguró que si lo dejaban seguir con el trasiego de droga él podía pagar la deuda externa del país. Una deuda que ya en 1985 era resultado del accionar de bandas de ladrones bien conocidas y comandadas por Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo y Miguel de la Madrid Hurtado. Entre los lugartenientes de esos pillos, también conocidos como gobernadores y secretarios de estado se encontraba Guillermo Cosío Vidaurri, quien curiosamente era tío de la entonces pareja sentimental del capo; Sara Cosío. Así son las alianzas de los priístas con el crimen organizado y para quien lo dude, hoy que Caro Quintero vuelve a ser uno de los criminales más buscados por las autoridades estadounidenses es porque misteriosa y sorpresivamente fue liberado una madrugada en el inicio del sexenio actual.
La riqueza de México y el potencial para vivir de la exportación agrícola legal o ilegal está a la vista de todos, menos de aquellos que desde Palacio Nacional siguen siendo unos agachones frente a empresas extranjeras como OHL. El mismo gobernador actual de Guerrero, Héctor Astudillo, planteó al inicio de su gobierno la necesidad de legalizar la siembra de amapola para crear un mercado de opiáceos de calidad médica. Nadie le hizo caso y guerrero eshoy uno de los peores polvorines del país. Veracruz sirvió para que Fidel Herrera, Javier Duarte y su esposa Karime, así como todos sus acólitos se hicieran con la riqueza que habían decretado y mucho más. Ni que decir de lo sucedido en Nuevo León, Sonora del PAN, Chiapas, Oaxaca, CDMX. México ha hecho multimillonarios a los políticos que lo tratan como su negocio particular y nosotros lo permitimos.
México tiene toda la grandeza que proclaman los anuncios de la secretaria de Turismo, todo ese esplendor; ciudades coloniales, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas, sin problemas podríamos tener una “industria sin chimeneas” capaz de acabar con los números rojos con los que vivimos los mexicanos. Sin embargo, la corrupción y el crimen organizado se han encargado de que el país sea cada día menos atractivo para los extranjeros. Asesinatos, secuestros, robos, violaciones son algo a lo que se enfrentan aquellos que visitan nuestro país. Las cifras reales se nos esconden, pero los encabezados y las notas en diarios nacionales, estatales y de otros países no mienten. Los mismos mexicanos evitamos viajar a ciertas zonas y regiones del país.
No porque Margarita Zavala sea ignorante y no sepa ni de qué habla, quiere decir que la economía naranja no exista; nuestros museos, cultura, gastronomía son un motor económico que puede crecer de manera importante, pero que pueden hacer los vitivinicultores cuando sus tierras están vigiladas por los criminales dispuestos a secuestrar bajo la mirada de un gobierno cómplice. Algo que sufren no sólo los agricultores, porque repercute de manera directa en el precio de los productos al consumidor, sólo hay que ver como suben el limón y el aguacate michoacano cuando los miembros de la familia deciden poner un precio a las cosechas de los productores.
En México los órganos del estado hablan y presumen de la equidad de género, cuando más de la tercera parte de las entidades del país tienen una alerta de género, empezando por la entidad que gobernó Peña Nieto, el Estado de México, el más poblado del país.
México es un paraíso y así lo dibujo el gran Abel Quezada en aquella famosa caricatura en la que para no conceder esa gran ventaja Dios le pone al mexicano al territorio y asunto resuelto.
Estamos a punto de iniciar un nuevo proceso electoral y dentro de ocho meses tendremos un nuevo presidente electo, en el mejor de los casos, en el peor; un conflicto poselectoral similar o peor al de 2006. Depende de nosotros elegir y exigir a quien resulte electo hacer de México una verdadera potencia, salir de nuestra mediocridad como nación, porque en muchos sentidos debemos estar marcando la pauta de muchas de las cosas que suceden en el mundo hispanohablante y en general también. Encarcelar o llevar a juicio a tanto político ladrón que ha hecho del país un botín y de sus electores su burla. ¿O realmente nos conformamos con ser ese personaje con el abominable sombrero de charro que Dios puso a habitar un pedazo del paraíso, en la caricatura de Quezada?

publicado en blureport.com.mx el 3 de noviembre de 2017
imagen. Abel Quezada

viernes, 3 de noviembre de 2017

Margarita y los otros 47.



Vienen las elecciones y un gran número de oportunistas y políticos chaqueteros buscan una candidatura independiente.

                                    Armando Enríquez Vazquez.

De acuerdo con el corte de caja del INE al 31 de octubre los aspirantes a una candidatura independiente a la presidencia de México en 2018 han recabado tan sólo 252 mil firmas en total entre todos. Algo que habla del pensar de los mexicanos.
Odiamos a los partidos políticos y a sus políticos, pero no confiamos en los independientes tampoco.
Es cierto que la caballada independiente es muy pobre, tan pobre que en el asunto de la recolección de firmas Margarita Zavala solo ha conseguido el 5% de las firmas necesarias y eso que cuenta con un año de encuestas, más de dos en campaña y todo un aparato salinista y calderonista para recabar dichas firmas,  o tal vez sea por eso, porque esa ambición, parece no tener límites, ni fronteras ideológicas y por eso decidió renunciar a la militancia de toda una vida, como quien cambia de camisa, de rebozo en su caso y a los mexicanos eso no nos gusta.
Pero Margarita no es la única con ambición de poder, pues entre los 48 hay de todo, políticos corruptos, políticos no tan corruptos, políticos ingenuos, miembros de la sociedad civil, víctimas del sexenio, la gran mayoría de ellos desconocidos para los mexicanos y lo que es peor, no conocemos el plan de gobierno de ninguno, ni quien los va a acompañar en el gobierno en caso de que ganen.
Muchos de estos candidatos, la gran mayoría, no habrán de lograr el número de firmas requerido. Aun así, el gasto que ya hacemos los mexicanos en una democracia más que fallida aumentará, así sea uno o dos aquellos que logren recabar el casi millón de firmas. La supuesta democracia mexicana tiene uno de los costos de voto más altos del mundo, y ahora tendremos que pagar la campaña de algunos de estos personajes que no nos queda claro porque quieren ser presidente, ni como ejercerían el poder de ser presidente y mucho menos porque tenemos que pagar su campaña.
Hoy cuando cuestionamos el financiamiento de partidos políticos y la cantidad de dinero que gastamos los mexicanos en los zánganos que son nuestros legisladores y esos bandidos que nos gobiernan, debemos de la misma manera cuestionar a todos estos candidatos. En teoría, y sólo en teoría los partidos son instituciones legales y reconocidas, los independientes de alguna manera no lo son. Debemos recordar y cuidarnos de aquellos fraudes disfrazados de ejercicio democrático que en su momento han resultado ser muchos minipartidos de efímera vida, que sin embargo han representado grandes fortunas para sus fundadores a costa del dinero de todos nosotros, debemos asegurarnos qué esto no se repita en los candidatos independientes. No hay que entregar nuestra firma sin antes saber bien a bien que es lo que buscan estos llamados independientes, pues en muchos casos únicamente buscan nuestro dinero, que de manera directa pasa de nuestros bolsillos a los suyos.
Y en caso de que estemos seguros de las buenas intenciones de un independiente, su amor por México y sus ganas de cambiar el corrupto sistema político mexicano, antes de firmar a su favor exijamos que nos hagan saber su plan de gobierno y quienes son aquellos probos mexicanos que servirán con ellos en su gobierno para lograr el cambio. Hay que recordar que de buenas intenciones está cubierto el camino al infierno.
Debemos escuchar las propuestas al menos de aquellos que tienen posibilidad de recolectar las más 800,000 firmas necesarias para el registro. Aunque el panorama debe ser poco alentador para la mayoría de estos aspirantes a la presidencia.
Debemos exigir expongan las razones por las que han decidido intentar ser candidatos a la presidencia, así también nos daremos cuenta sí se trata de candidatos pagados por intereses afines a que el PRI permanezca en el poder, si sólo los mueve el ego, o si realmente tienen interés en sacar adelante el país. Saber que los llama a pretender ser candidatos no basta, también tenemos que exigir conocer que nos ofrecen a los mexicanos para poner al país en marcha. A pesar de la visión retrograda de Andrés Manuel López Obrador, su propuesta es cada día más definida, y sus alianzas políticas que no conocen el pudor y da lo mismo que trabaje de la mano de gente relacionada al crimen organizado como el delegado de Tlahúac, sus supuestos nexos con los Abarca, con Lino Korrodi, con el suegro de Emilio Azcárraga Jean, incluso con el mismo Carlos Salinas como señala Raymundo Riva Palacio en sus columnas, nos dan una idea del tipo de gobierno que podemos esperar de alguien que tiene tal sed de poder.
Son 48 candidatos de los que no sabemos casi nada acerca de porque han decidido entrar en la carrera presidencial. Algunos de ellos no han conseguido una sola firma y quienes llevan la delantera en la recolección de acuerdo con el INE son Margarita Zavala, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” y María de Jesús Patricio. Ninguno llega aún a las 50,000 firmas. Lo que habla de la desconfianza que los independientes dan a la ciudadanía, pero por otro lado no debemos menospreciar los obstáculos que el servil INE les ha puesto y que va desde el número de firmas a recopilar hasta la inservible aplicación que generaron para impedir la recopilación de firmas. Aunado a las campañas en su contra que desde los medios pagados por la publicidad del Estado se les hace.
Margarita Zavala, que encabeza la recolección de estas firmas, una mujer caprichosa como lo muestran sus actos y un poco zafia como lo muestran los videos subidos a últimas fechas en redes sociales, cuyo objetivo junto otros calderonistas, incluyendo a su marido Felipe Calderón, es solamente restar votos a la oposición para que gane el PRI, de la misma manera que lo han hecho con las dos candidaturas de Josefina Vázquez Mota en 2012 y 2017.
Fingir que vivimos en una democracia con el INE y la reforma electoral es igual a la ficción de vivir en un estado de derecho, cuando ninguna de las instituciones que ejecutan las leyes tiene titular.


lunes, 16 de octubre de 2017

Los que no aplauden y la censura.




En México como en otras partes del continente la censura y el abuso en el uso del poder comienzan a ser de manera más frecuente la pauta de conducta de gobernantes.
Armando Enríquez Vázquez
No importa si son de Izquierda como Nicolás Maduro, el dictador de izquierda de Venezuela, o de la más extrema derecha supremacista blanca como Donald Trump, o tan sólo corruptos avariciosos como los miembros de la clase política mexicana, lo cierto es que hoy la censura y los ataques contra la libertad de expresión, los periodistas y los medios de comunicación es una de las constantes a lo largo ancho del mundo, pero en especial en el continente americano.
La descalificación arbitraria ejercida desde el poder va desde la simple censura, la presión para el despido de periodistas, las amenazas, hasta el asesinato y si un sexenio se ha sido particularmente enemigo de la libertad de expresión ha sido el de Enrique Peña Nieto, no sólo él, los gobernadores priístas como Javier Duarte se encargaron de silenciar a las voces que cuestionaron su forma de gobernar y de denunciar los abusos y actos delictivos en que el gobernador de Veracruz, su esposa y todo su gabinete estuvieron envueltos, ahora también el intrascendente, pero intolerante y censor Presidente del PRI Nacional Enrique Ochoa Reza uso el supuesto poder que tiene desde el estado para silenciar a Mario Amparo Casar, Ricardo Raphael y a Leonardo Curzio, porque no aguantó el que se develará su maquiavélico y patético plan de no aportar realmente nada a las víctimas de los terremotos de septiembre y poner todas las cartas a favor del PRI para retomar el control del país en todos los ámbitos.
Ya a principio del fallido sexenio de Peña Nieto este se quejó de manera involuntaria de que los periodistas “no aplaudían” a sus palabras como seguramente lo hicieron los más serviles periodistas locales del Estado de México durante su gobierno. La petulancia y la ceguera de los políticos los hace pensar que todo lo que hacen y dicen es digno de una línea en el libro de la historia, lo que a veces resulta cierto, pero no necesariamente como una forma de reconocer o admirar su trabajo si no todo lo contrario.
La censura descarada qué es parte de la forma de gobernar de Peña Nieto y todos los nuevos priístas, a regresado a la antigua manía de pagar a medios y utilizarlos a su favor. Televisa y El Universal parecen ser los más claros ejemplos de esto, pero no son los únicos. Las presiones para forzar la salida de Carmen Aristegui de MVS, Pedro Ferriz de Con de Imagen y la reciente contra los comunicadores de NRM, no han sido aplicadas a ellos, sino a los dueños de los medios; Joaquín Vargas, Olegario Vázquez Aldir y Edilberto Huesca amenazando con la inversión del estado en sus estaciones de radio.
Es necesario legislar acerca de los gastos exagerados que hace el estado en publicidad en medios y en producción de propaganda redundante y chabacana, que sirve básicamente para presionar a los medios y obligarlos a decir lo que personajes oscuros y autoritarios quieren que la gente oiga. Aunque ya sabemos que los legisladores que son parte de ese mismo esquema jamás habrán de sentarse a proponer leyes al respecto.
Muchas de las estaciones de radio y de los canales de televisión son incapaces de sobrevivir con su oferta de programación, pues esta no es atractiva para las audiencias y mucho menos para los anunciantes, pero jamás la cambiaran porque sus inocuos y poco creativos programas no tienen necesidad alguna de competir con nada pues esos medios se sostienen con lo que el gobierno federal y los locales invierten en ellos para tener la programación que más le conviene a los miembros de la partidocracia.
Las concesiones se pagan con lealtad a los partidos, es por eso que las audiencias seguimos siendo víctimas de la mediocridad creativa y en materia de contenidos de los dueños de los medios y sus directores de programación y contenidos.
En México ni la ciudadanía, ni gran parte de la prensa está dispuesta a aplaudir por aplaudir a un partido político como el PRI que en su nueva presentación solo ha demostrado las ganas que tiene hacer de nuestro país su botín, silenciando escándalos como el de la Casa Blanca, la trata de personas de su ex líder en la CDMX (Marca Registrada), Oderbrecht, la situación de todos los que trabajando en el SAT se enriquecieron en Panamá y cuyos nombres desaparecieron los medios, comprados y presionado, de los Papeles de Panamá, a partir de cañonazos en la inversión publicitaria en medios.
No aplaudir a los políticos que se congratulan entre ellos con lo que creen que son gracias, como sucede con el plan de humo de Enrique Ochoa Reza de utilizar lo que no iba a utilizar el PRI para nada en la reconstrucción del país, pero no tocar ni cuestionar todo el dinero que recibirán los partidos, siendo el que más va a recibir el PRI, así como el intento de dar un golpe de muerte a la dizque democracia mexicana pidiendo todo aquellos a lo que en otros sexenios se ha negado el PRI pero que hoy puede representar la única manera de que ese partido tenga alguna relevancia a partir de 2018, como la desaparición de plurinominales y el cero financiamiento público a los partidos políticos. El PRI comienza a desarrollar ya una represión, hoy todavía suave, pero que conociendo el lado asesino del PRI igual puede llegar a manifestarse de manera radical y violenta.
Al inicio del sexenio y con motivo de la Reforma en telecomunicaciones Peña Nieto dio un discurso hablando acerca de la importancia de la competencia y del libre mercado en materia de telecomunicaciones, con la censura que ha ejercido desde su incapacidad para gobernar ha traicionado todas esas ideas que en aquella ocasión expuso y develado el lado más oscuro y conocido del PRI.

imagen: DeathtoStock.com

lunes, 14 de agosto de 2017

¿Es el INE un peligro?




El INE es el promotor número uno en nuestro país del abstencionismo, el defensor de las ilegalidades y el pregonero del fin de la frágil y casi nula democracia mexicana.

Armando Enríquez Vázquez

Hace unas semanas el académico y escritor Sergio Aguayo levantó una polémica al tuitear que el INE era un peligro para México, poco después Cuauhtémoc Cárdenas y Emilio Álvarez Icaza, junto con otros ciudadanos importantes pidieron la renuncia de los consejeros del Instituto Nacional Electoral, pues al parecer de estos distinguidos ciudadanos el INE ha perdido su autoridad moral y lo cierto es que no les falta razón y argumentos. Ni a Aguayo, ni a Cárdenas, Álvarez Icaza, Denisse Dresser y demás ciudadanos que exigen los cambios en el Instituto están equivocados en el letal papel que el INE representa hoy para la democracia mexicana. No existe comparación entre el patético Instituto Nacional Electoral, renombrado por Peña Nieto y sus bufones en el Congreso de la Unión y aquel el primer Instituto Federal Electoral. En primera porque es claro que el espíritu de ese IFE, presidido por José Woldenberg, era democrático, plural y ciudadano. No conformada por apátridas que lejos de representar a los ciudadanos, representan y se deben a todos los partidos políticos. Ese primer IFE ya había sido traicionado desde ya hace mucho por personas como Leonardo Valdés que vio al Instituto como una especie de caja grande, para sus borracheras y pachangas. por cierto, nunca auditaron sus gastos y sigue en libertad el angelito.  
El INE, no sólo es un peligro, es el promotor número uno en nuestro país del abstencionismo, el defensor de las ilegalidades y el pregonero del fin de la frágil y casi nula democracia mexicana. Es el principal actor en la validación del secuestro de la democracia por los partidos políticos. Lorenzo Córdova Vianello es únicamente un títere, pues el que sale siempre a hablar y fijar la postura del Instituto es el príista disfrazado de consejero Ciro Murayama, vocero de Peña Nieto y Ochoa Reza y a quien, en unos años no me sorprendería ver haciendo de presidente nacional de su partido como ha sucedido con el hipócrita de Ochoa Reza. Lo cierto es que tan patéticos resultan los consejeros seleccionados o impuestos por los partidos políticos que no debemos olvidar a Benito Nacif, para quien es mucho más importante el hecho de cobrar su salario íntegro, como se lo prometieron, que defender la democracia.
Quedó demostrado como los políticos solo juegan al Tío Lolo, sin importar el partido y nadie en los medios masivos se atreve a cuestionarlos, el cinismo por una parte del senador Petista y aliado con López Obrador, Manuel Bartlett admitiendo el fraude electoral de 1988 y fingiendo demencia en cuanto al papel protagónico que jugó en todo ello, es vergonzante para todos los miembros de la partidocracia en México empezando por el mesías tropical que sin pudor alguno ha decidido hacer del ex gobernador poblano uno de sus aliados políticos. A Manuel Bartlett, que pretende ser parte del gobierno de López Obrados, ya se le olvido que fue recompensado por sus acciones dentro del fraude por Carlos Salinas dándole la gubernatura del estado de Puebla. A López Obrador también ya se le olvidó la cercanía de Bertlett con Salinas, como se olvidan las cercanías y amistades de Elba Esther y Lino Korrodi.
En México la democracia pareció funcionar únicamente con el triunfo del PAN en el año 2000 y digo pareció porque a Ernesto Zedillo no le quedó más que adelantarse a sus correligionarios y declarar el triunfo de Fox. Además, el entonces IFE, era un órgano totalmente independiente y ciudadano. La verdad es que la historia de las elecciones tanto federales como estatales se han manchado por fraudes de todos colores y tamaños a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. El PRI, se convirtió en el artífice de los fraudes electorales, más tarde el PAN y el PRD lo aprendieron y lo ponen con cierta eficacia en práctica en diferentes elecciones.
Hoy morena prepara a sus huestes para el 2018 y sobretodo desde la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México ya se encargó de blindar al corrupción de quien sea que llegue a la jefatura de gobierno en 2018 al aprobar laley de anticorrupción que le da a la asamblea todo el derecho de promover la opacidad como en los mejores momentos de PRI.
Lo que no debemos de perder de vista, es que el Instituto Nacional Electoral no está solo. Las acciones, o inacciones de la FEPADE y el TEPJF son los principales encargados promover y legalizar la violación sistemática de la Constitución en cada proceso electoral. El ejemplo de lo que sucede con las elecciones del Edomex y Coahuila son claro ejemplo de que la ley es sólo letra muerta, para los magistrados electorales y una simpática tradición para los partidos políticos que hicieron lo mismo hace un año en Veracruz, Chihuahua, Quintana Roo, Durango, Tamaulipas y que lo volverán hacer el año entrante a nivel federal y en los estados que renueven a sus gobiernos.
Y si nos vamos más a fondo, No son estos los únicos reductos donde se encuentra secuestrada la democracia los únicos peligros para México, el peligro inicia en los tres poderes que conspiran a diario contra los mexicanos, la legalidad y la fallida democracia en la que vivimos. Los enemigos más grandes de México no están en el INE, están sentados en curules y escaños haciendo de la patria un botín político. Son todos los jueces y ministerios públicos faltos de escrúpulos que imparten la ley ad libitum. Funcionarios de todos los niveles y en todos los ámbitos y partidos políticos, preocupados solamente en la mejor manera de transar. Un presidente, que junto con su gabinete resultan el epitome de la corrupción y el desprecio por los ciudadanos. El peligro que representa el INE es menor en comparación de otros, es más vistoso porque no insulta Lorenzo Córdova cada vez que habla y trata de convencerse, a nosotros no, de lo pulcro e impoluto que es el Instituto que dirige.
Cuando se habla de un estado fallido, también se debe hablar del origen de una democracia fallida, un simulacro democrático que después de más de veinte años de su supuesta ciudadanización, es hoy más partidista y partidaria que en los tiempos en que Bartlett realizó sus artimañas electorales para darle el triunfo a Carlos Salinas. El Consejero Presidente y todos los demás consejeros a los que se les paga por defender y hacer valer la democracia deben renunciar, claro que sí, pero debemos también pedir que renuncien todos aquellos que desde su puesto se han encargado de hacer del IFE, el hazmerreír de la democracia mundial.