Hablar de la
legendaria marca Duncan sorprendentemente no es sólo hablar de yoyos, aunque al
final si lo sea.
Armando Enríquez
Vázquez
En la década de los años setenta en México estaba de moda
entre niños y adolescentes jugar al yoyo todo mundo teníamos uno y tratábamos
de aprender los famosos trucos como “el perrito”, “la vuelta al mundo” o el
“columpio”. La marca Duncan era una de las más apreciadas y aunque en México se
hacían yoyos de madera, el plástico y el malinchismo simpatizaban más a los
consumidores.
El yoyo no es un invento reciente, por el contrario en la
Antigua Grecia ya lo jugaban, pero el gran auge mundial que el juguete retomo a
partir del siglo pasado tiene su origen en un norteamericano con visión para
los negocios y un inventor.
Donald F. Duncan Senior nació en Kansas City Missouri el 6
de junio de 1892 y se dedicó a vender diferentes productos en 1928 se
encontraba en San Francisco cuando conoció a un emprendedor filipino de nombre
Pedro Flores. Flores había puesto una exitosa empresa cuyo único producto era
un juguete de la infancia de Flores; el yoyo. De acuerdo con Duncan el yoyo que
él había conocido en San Francisco era un juguete sin gracia, como una papa
amarrada que subía y bajaba.
Duncan desarrolló una cuerda que permitía al yoyo permanecer
girando en el punto más bajo de su trayectoria hasta que un jalón en la mano
del jugador hacía que el yoyo regresara a su posición original, cerca de la
mano.
La idea de Duncan no era un éxito mayor que el de Flores,
ambas empresas competían con resultados similares, lo que para Flores
representó una pérdida. Entonces Duncan decidió pedir una cita con el famoso
magnate de la prensa escrita William Randolph Hearst en su famosa mansión de
San Simeón en California. Duncan le propuso a Hearst crear un concurso de yoyo
a nivel nacional. En el que cada uno de los niños o jóvenes que quisiera
competir tenía que llegar a concurso con tres suscripciones al periódico de
Hearst. Era el inicio de la gran depresión y Hearst pensó que era una buena
idea. Comenzó a promocionar el concurso en sus diarios y Duncan logró vender 3
millones de yoyos, sin hablar del incremento en la venta de suscripciones. Grandes
estrellas del espectáculo como Bing Crosby, Jack Benny, Mary Pickford, el
boxeador Jack Dempsey y el beisbolista Lou Gehrig apoyaron el concurso gracias
a la influencia de Hearst y se fotografiaron con los yoyos de Duncan. Donald F.
Duncan terminó por comprar la empresa de Flores.
El éxito de los yoyos llevó a Duncan a solicitar que la palabra
“yoyo” se convirtiera en la marca registrada de sus productos únicamente y le
fuera otorgada a su nombre y lo consiguió a mediados de los años treinta. Duncan
Toys que fue el nombre de la firma de Donald creció de manera impresionante y
construyó plantas en diferentes ciudades de Estados Unidos.
Duncan también comenzó a ofrecer diferentes modelos de yoyo,
así como yoyos especializados para principiantes o avanzados. En 1932 la Primera
Competencia Mundial de Yoyo se llevó a cabo en Londres. Como a muchos otros
negocios la llegada de la II Guerra Mundial afectó las ventas de los yoyos.
Hasta 1946, Duncan hacía sus yoyos de madera, en ese año
produjo su primer modelo de plástico, el cual además gracias a una pila en su
interior prendía unas luces de colores, poco a poco los yoyos cambiaron de la
madera al plástico. Duncan introdujo al mercado su famoso Yoyo Mariposa primero
hecho de madera y con el paso de los años en plástico.
En 1957 Donald F. Duncan se retiró y dejó el negocio a sus
hijos Jack y Donald Duncan Jr. En ese momento la participación de mercado en
Estados Unidos de Duncan era el 85%.
En 1937 Duncan había denunciado a Royal Tops Manufacturing
Co. Fundada por un ex representante de Duncan por el uso de la palabra Yoyo que
era propiedad de Duncan como su marca registrada, el litigio finalmente se terminó
en 1965 con la resolución de que la palabra “yoyo” se había convertido en una
palabra de uso cotidiano en el idioma inglés y por lo tanto cualquiera podía
utilizarla. Duncan se fue a la bancarrota y vendió su maquinaria a Fred
Strombeck dueño de una empresa de juguetes que de inmediato comenzó a fabricar
un yoyo de madera al que le puso la marca Medalist.
El nombre Duncan fue comprado por la empresa Flambeau que
introdujo nuevos modelos y levantó la marca, de hecho, Flambeau sigue siendo la
dueña de Duncan. Duncan produce otros juguetes, pero la parte importante de la
producción siguen siendo los yoyos.
Duncan es una vez más la marca líder en el mercado de los
yoyos, tiene un equipo de expertos jugadores de Yoyo de todo el mundo,
campeones mundiales que le ayudan a la marca a diseñar y mejorar sus yoyos y
son patrocinados por la marca.
Donald F. Duncan que tenía otros negocios como la producción
y venta de parquímetros en todo Estados Unidos y de la que también tuvo un gran
porcentaje de las ventas murió en un accidente automovilístico el 15 de mayo de
1971.
En su honor el 6 de junio, día de su nacimiento, fue
nombrado día internacional del Yoyo.
Publicado el 17 de octubre de 2018
imagenes Flambeau.com
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