Algunos grandes
escritores iniciaron su carrera como copywriters en diversas agencias de
publicidad alrededor del mundo este es el caso de uno de ellos.
Armando Enríquez
Vázquez.
La mañana del 14 de febrero de 1989 es escritor Salman
Rushdie se enteró de que el mayor líder político y religioso de Irán, y para
muchos de una gran parte de los musulmanes; El Ayatolá Ruhollah Jomeini, había
puesto una Fatwa en su contra y de todos aquellos que tuvieran que ver con la
publicación de la novela el autor Británico nacido en la India, titulada Los versos satánicos, por atentar contra
el Islam, Mahoma y el Corán. La Fatwa tuvo como resultado que el traductor al
japonés de la novela, Hitoshi Igarashi fuera asesinado, en 1991, a puñaladas en
su oficina de la Universidad de Tsukuba. Otras víctimas aunque no mortales de
la Fatwa fueron traductor del libro al italiano, Ettore Capriolo y su editor en
Noruega, William Nygaard, eso sin contar librerías que fueron incendiadas por
vender la novela en diferentes ciudades del mundo o las protestas en frente a
las embajadas británicas del mundo. En 1989 un mártir musulmán voló en pedazos
junto con parte del hotel en que se hospedaba en Londres, mientras preparaba un
libro bomba que tenía intenciónde enviar a Rushdie.
Los siguientes nueve años Rushdie vivió escondido y protegido
por la policía británica bajo el seudónimo Joseph Anton, nombre que el escritor
escogió en honor a sus dos autores favoritos Joseph Conrad y Anton Chejov. En
2007 fue nombrado caballero por la reina Isabel II por sus servicios a la
literatura británica.
La importancia o la calidad de la obra de Rushdie ha sido
cuestionada en muchas ocasiones porque el asunto de la Fatwa se encargó de
ponerlo en las primeras planas. A pesar de que antes de publicar Los Versos satánicos, su novela anterior
Hijos de la medianoche ya lo había
hecho acreedor a varios premios incluido el prestigioso Bookers Prize. La verdad sea dicha Rushdie supo cómo hacer de su
caso un gran éxito publicitario. Rushdie estudió historia en la Universidad de
Cambridge y su primer trabajo fue como copywriter para una pequeña agencia de
publicidad londinense a la que llego tratando de emular a un colega suyo que
alguna ocasión le habló de las mieles del trabajo en la publicidad; un buen
salario, un buen carro y mujeres hermosas. Finalmente llegó a trabajar para
Ogilvy & Mather. En 1969 intentó trabajar en J W Thompson pero reprobó el
examen que la agencia practicaba en ese entonces a los candidatos, y del cual
Rushdie confiesa recordar sólo que una de las preguntas era: ¿Si usted se
topara con un marciano que por razones misteriosas hablara inglés como le
explicaría con menos de cien palabras como tostar un pan? Hoy cualquier tuitero
pasaría el examen.
Rushdie trabajó durante siete años para la agencia y entre
los slogans de su autoría se encuentran Look
into The Mirror tomorrow – you’ll like what you see, para el periódico
británico The Mirror. Irresistibubble para
una barra de chocolate inglesa que está hecha con burbujas de aire. El escritor
también escribió una frase para unos pastelitos de crema y otra para American
Express.
Rushdie ha dicho en entrevistas que si bien siempre vio su
trabajo en la publicidad como un canto de las sirenas y en el que él se mantuvo
amarrado al mástil como Odiseo, por otro lado de este mismo trabajo, confiesa,
aprendió a tomar su labor como escritor como un trabajo profesional y jamás
fallar en las fecha de entrega de sus textos, Así como a exigirse calidad en el
mismo, tal como lo haría en la agencia para poder presentar ante un cliente. Ha
comentado también su agradecimiento a la publicidad ya que durante los años que
se dedicó a ella, su trabajo no fue nunca de tiempo completo, pues tenía un
contrato que le aseguraba 100 días de trabajo al año, lo que le permitió
dedicar el resto del tiempo a su trabajo literario y a escribir los libros que
lo harían uno de los escritores ingleses importantes de la segunda mitad del
siglo XX.
Rushdie no es el primer escritor, ni el último que trabajo,
trabaja o trabajará en los terrenos de la publicidad y poco a poco iremos
conociendo otros casos. Y de ser posible conoceremos los slogans que hayan
creado.
En los años setenta,
cuando trabajabas en publicidad, a veces te sentías avergonzado de confesarlo.
Lo decías en con voz baja. Hoy ya no es así.
Salman Rushdie.
Publicado en thepoint.com.mx el 21 de enero de 2014
imagen: theguardian.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario