Así como el sistema educativo mexicano está diseñado para alejar a los estudiantes de los libros; de la lectura. Sucede lo mismo para quitarles cualquier idea de dedicarse a la ciencia.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando el pasado 22 de abril se llevó a cabo la Marcha por
la Ciencia, no sólo en México, sino en las principales ciudades de Occidente,
quedó de manifiesto que la mayoría no nos estamos tomando en serio lo que
sucede con la ciencia. La noticia pasó desapercibida para millones de mexicanos
bombardeados por los diarios oficialistas, ocupando sólo algunos espacios, más
como curiosidad, que como una de las notas más relevantes. Los noticieros de
radio y televisión que son incapaces de voltear hacia otro lado que no sea aquel
que le indican sus patrocinadores y en especial el gobierno federal que tanto
dinero gasta en promocionarse con jingles y palabras absurdas, en canales de
televisión y estaciones de radio, con el único fin de amagar a las estaciones y
condicionar la inversión a la forma en que se manipula la información.
Para estos medios México, se limita a corrupción, violencia,
las notas de una partidocracia vuelta oligarquía que niega a los ciudadanos cualquier
otra realidad y por tanto merece estar en primera, segunda y tercera plana, antes
que cualquier otra cuestión. Como en el caso de los Expedientes Secretos X, en
México la verdad se encuentra allá afuera. Dice un dicho: La verdad nos hará
libres. En las sociedades contemporáneas parte muy importante de esa verdad se
encuentra en la ciencia, en el poder generar documentos, y patentes, en
promover la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías de manera seria
y no con esas fáciles notas de periódico sobre jóvenes y no jóvenes que con mil
esfuerzos logran entrar y ganar concursos internacionales y son olvidados con
una vuelta de página o un corte comercial. La ciencia no vende como el crimen
organizado y mucho menos gana prebendas como obedecer al Estado, no vende como
el cuerpo de las Kardashian, pero como decía una de las pancartas en Nueva
York: “No tenemos un Planeta B”.
Así como el sistema educativo mexicano está estructurado
para alejar a los estudiantes de los libros; de la lectura. También está diseñado
para quitarles cualquier idea de dedicarse a la ciencia. El México de la
partidocracia sólo necesita burócratas estultos que se rían de serlo.
En México, la ciencia es una etiqueta para gente
deschavetada que vive encerrada en laboratorios, haciendo inútiles
investigaciones que no les dejan nada. Cuando es todo lo contrario. La ciencia
y la investigación no sólo dan prestigio a instituciones como la UNAM o el IPN,
algo que muchas escuelas de educación superior privadas en México desdeñan a
diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo, pues lo ojos de dueños y
rectores están centrados únicamente en la caja registradora. La ciencia hace
que un país se desarrolle y por lo tanto es generador del prestigio de ese
país. Además, las investigaciones llevan a patentes que generan divisas a los
investigadores, sí, pero a los países también. Desgraciadamente en esa cultura
priísta de robarse todo sin esfuerzo y con prepotencia, la idea del trabajo, no
tiene cabida. La ciencia y la investigación son una estéril inversión para
quienes acostumbran tomar el dinero del pueblo a manos llenas y dar agua del
grifo en lugar de quimioterapias.
Una de las mantas que llevaban científicos y amigos el día
de la marcha en nuestro país decía: “Menos
diputados, mas posgrados”. Es cierto la inversión en becas científicas en
México es cada día menor de acuerdo con información de Animal Político, los diputados, esos mismos que no quieren soltar
el fuero que les permite ser criminales, esos mismos que son incapaces de
reducir el número de curules o de bajar su sueldo y desecharon la propuesta del
diputado independiente local de Jalisco Pedro Kumamoto de no dar dinero a
partidos que no obtienen votos, eliminaron más de 23% del presupuesto designado
a becas del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología).
El mismo CONACYT es un nido de burócratas sin oficio, ni
beneficio que poco hacen en pro de la ciencia y la tecnología, como sucede con
muchas dependencias de gobierno que desvirtúan su existencia gracias a godínez
y sindicatos buenos para nada.
La condescendencia del gobierno, desde siempre, en materia
de ciencia es un insulto para todos aquellos que ejercen un trabajo científico
en nuestro país. Peña Nieto demagógicamente se comprometió durante su campaña
presidencial a apoyar el desarrollo científico del país algo que resultó,
solamente una promesa. México es no sólo uno de los países a nivel mundial que
menos invierte en sus científicos, es el país de América Latina que menos lo
hace, a algunos esto debería de darles vergüenza.
Este sexenio ha sido un fracaso en todos los aspectos y
sentidos, cuando se hablaba en el caso del gobierno de Vicente Fox de seis años
perdidos, en el caso de Peña Nieto y sus secuaces debemos hablar de un siglo de
retroceso en materia de democracia y transparencia, de un camino en reversa en
cuanto a honestidad en el servicio público se trata, y un verdadero insulto en
materia de bienestar y avances sociales y en pro de la ciudadanía o del país.
Los diputados y senadores en lugar de emitir un reglamento
que prohíba la exagerada inversión de los poderes de la nación, de las
secretarias, órganos del estado, en propaganda vacua, dinero que podría
aprovecharse para becar a algunos brillantes mexicanos con ganas de destacar,
se dedica a proteger a ladrones como Tarek Abdalá. El PRI tiene una agenda
clara saquear al país que no da lugar a las verdaderas necesidades de México,
como la inversión en materia de ciencia; becas, promoción de la investigación,
pero es lógico, sí como consecuencia del deficiente sistema educativo, estos
diputados nos han demostrado su analfabetismo latente, su desprecio por la
cultura y por la ciencia, nada podemos esperar ya de ellos.
Peña Nieto, tan bueno para el albur de cuarta, debería mejor
cumplir sus promesas, darle a México y a los mexicanos la cantidad de ciencia
que necesitamos para realmente desarrollarnos y no sólo atole con el dedo.
publicado el 2 de mayo en blureport.com.mx
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