Nada más cómodo para mandatarios populistas que acusar a la prensa de mentir. Nada más cómodo para la prensa que extender la mano para publicar lo que quiere el poder.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando hablamos de las nuevas tendencias de los políticos
para desprestigiar a la prensa crítica y opositora al poder, nada como la moda
impuesta por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump al descalificar
cualquier nota que no le guste y llamarla fake
news, o noticias falsas.
No importa la contundencia de los hechos, cuando no cuadra
con realidad psicótica de un mandatario incapaz de diferenciar entre su ego, su
protagonismo y la realidad, todo se vuelve una información falaz. La falta de
veracidad en los medios, se convierte para el político del copete anaranjado en
una teoría de conspiración del mundo contra él. Hablar de fake news se convierte a la larga en burla y critica para el
político y no para los medios que publican la nota.
Nada más cómodo para populistas como Donald Trump, Nicolás
Maduro o Andrés Manuel López Obrador que acusar a la prensa de mentir, como lo
han hecho los tres a pesar de que las imágenes contradicen todo aquello que
estos tres políticos dicen. Y nada más sencillo para estos personajes que negar
la realidad en base a culpar a otros de sus desatinos. Nada más ad hoc para tiranos y autócratas que
acusar a sus críticos de falsear la verdad.
Fake news, es el
mejor eufemismo pseudo democrático, para justificar la censura, es un arma para
gobernantes poco tolerantes de las voces que se les oponen, para callar las
críticas y disensiones de personajes que los cuestionan.
Desgraciadamente, también existe el otro lado de la moneda,
cuando las fake news, son en realidad
una mentira emanada de un gobernante y reproducida por uno o más medios. Sí,
como arma de propaganda del gobierno y que entonces engaña o pretende engatusar
al ciudadano, algo que en México se ve desde hace muchas décadas y que nosotros
definimos como prensa vendida o corrupta.
La prensa en México, en la mayoría de los casos; periódicos,
radio y sobre todo televisión hace mucho que son voceros y paleros de los
gobiernos federal y locales al grado que a mediados de la década de los años noventa
del siglo pasado, el estado prefirió deshacerse del periódico de su propiedad,
El Nacional, pues a veces resultaba más crítico e independiente que canal 2 o
periódicos como Novedades, Excélsior o el Heraldo de aquellas épocas.
El término chayotazo acuñado por el periodismo mexicano para
designar a las dádivas que desde el poder llegan a diferentes periodistas, hoy
se puede aplicar a medios enteros. Sabemos que hay medios como La Jornada que tienen
una agenda de carácter izquierdista, y otros como Reforma que van a la derecha,
pero en esa zona de ideología gris queda determinada por el ego de los dueños
de medios, su servilismo al poder y su ambición por el dinero se encuentran llena
de medios que son populares pero que nada, absolutamente nada, tienen que
informar, ni aportar a la discusión nacional.
Tal vez porque cada día hay menos lectores críticos, o
porque la gente no cree en muchos medios y la forma en que sesgan la información
en su propio beneficio; noticieros, diarios y revistas de opinión tienen cada
día menos audiencias y lectores. Hoy más que nunca es necesario revisar tres o
más medios informativos diferentes para poder tener una idea aproximada del
panorama nacional, lo cual resulta paradójico si hablamos de una época donde la
información se encuentra en teoría en todos lados.
Y es precisamente esa enorme oferta informativa la que puede
llevar a la creación de fake news. En
teoría es ahí donde deben entrar los medios tradicionales y profesionales a dar
certeza sobre estas informaciones de dudoso origen que se generan sobretodo en
las redes sociales. Pero en México es al revés. Son las redes sociales las que
desmienten a funcionarios y medios de comunicación y las que en muchas
ocasiones alimentan los portales informativos como El Universal.com.mx, donde
el dueño está más preocupado por aparecer él en la información y llenar su
portal con basura de notas del corazón o información sobre las diferentes
formas de vaginas que existen, que en ser un medio informativo serio y cercano
a su historia y tradición.
México es el verdadero reino de las fake news, generadas desde los escritorios de los departamentos de
comunicación social de dependencias, secretarias, gobiernos de los estados y
presidencia y tal cual publicadas en los medios sin que exista el mínimo
cuestionamiento por parte de redactores o jefes de información. Las fake news, en México nos hablan reformas
estructurales exitosas y extraordinarias, de un partido en el poder que es
honesto en el que son pocos los gobernadores que roban y los que roban son
capturados, aunque no devuelvan ni un quinto de lo que se robaron y sus
familias desde la impunidad continúen disfrutando de ese dinero mal habido con
el consentimiento y tal vez el contubernio de la autoridad y las instancias
legales de México.
En ese reino mentiroso de información, vemos como desde los
titulares de periódicos, teasers de informativos radiofónicos y de televisión
se habla del nuevo “Triunfo de la democracia” y no del fraude electoral planeado
y ejecutado desde la presidencia y las dependencias federales que maneja el
PRI.
publicado en Blureport el 9 de junio de 2017
imagen: deathtostock.com
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