Nutrirse de producción externa, mantuvo sana la estructura de los principales canales de televisión abierta en Estados Unidos y Canadá.
Armando Enríquez Vázquez
Frente a la crisis en la calidad de los contenidos que sufre
la televisión abierta mexicana, que ha llevado a Televisa a reducir de manera
radical su plantilla de trabajadores debido al nulo éxito en el crecimiento de
audiencias y por lo tanto de ganancias en materia de publicidad, queda más
claro que nunca lo ineficiente del sistema que durante décadas impuso de manera
prepotente y arrogante Emilio Azcárraga Milmo, en el que con tal de ejercer un
poder dictatorial y la censura que le ordenaba el estado; todo se trabajaba
desde células de producción internas de la empresa dirigidas no siempre por los
más talentosos, si no por los más serviles, aquellos incondicionales que ayudaban
al dueño de la empresa a mantener al groso de la población en la ignorancia de
la realidad existente en México.
Telenovelas y los mal etiquetados programas de comedia
producidos desde Televisa son clara muestra de la mediocridad y
autocomplacencia que desde la década de los años setenta caracteriza a dicha
televisora. Con la venta de la empresa de radiodifusión del gobierno, IMEVISIÓN,
a principios de los noventa y el nacimiento de TV Azteca, la nueva empresa
decidió que sus telenovelas las realizara una empresa externa llamada Argos
Comunicación. Propiedad de un viejo periodista, corresponsal de guerra y
visionario llamado Epigmenio Ibarra quien junto con otros socios como Carlos
Payán quien fuera director del diario La Jornada atestó un golpe al rating de
Televisa. La primera producción de Argos mirada de mujer provocó que los
mexicanos voltearan a ver lo que se hacía fuera de Televisa.
El campanazo que dio TV Azteca a la competencia que desde el
monopolio ejercido por más de 20 años se proclamaba como el mejor productor de
telenovelas del mundo, lejos de poner focos rojos en Televisa, hizo que
Azcárraga se aferrara a su oxidado modelo de negocio.
TV Azteca entonces acabó también con el mito de que las
mejores telenovelas del mundo eran las de televisa, al comprar los derechos de
transmisión de una telenovela colombiana llamada Café con aroma de mujer que pulverizó los ratings de Televisa.
Desgraciadamente poco a poco TV Azteca cayó en el modelo de
producción de Televisa y se deshizo de los productores independiente. La fugaz
Cadena 3 contrató en su momento los contenidos de Argos y las telenovelas de la
productora de Ibarra volvieron a ser icónicas entre los televidentes mexicanos;
Las Aparicio, fueron todo un éxito y
el regreso de un modelo más sano de producción, en teoría.
Las principales casas productoras de contenidos de ficción
en México; Argos, Lemon Films, Bravo Films, entre otras han creado series
memorables no sólo para la televisión abierta, en específico para los canales
de televisión pública, sino para los canales de televisión de paga como HBO.
Otra de las cosas que debemos agradecer a estas casas
productoras es la exposición a los grandes públicos de actores de gran calidad
que estaban limitados por las carencias profesionales de directores y productores
de telenovelas tradicionales que están muy lejos de ser verdaderos directores
de escena.
Argos es sin duda la casa productora que ha abierto camino a
las casas productoras mexicanas. En 2008 fue la primera de las casas
productoras en vender una serie a la empresa de televisión de paga HBO, Capadocia se convirtió en todo un éxito
en su primera temporada lo que le permitió a Argos producir dos temporadas más.
Lemon Films responsable de series tan memorables como Paramédicos y Sr. Ávila. La primera para Canal Once y la segunda para HBO ha
demostrado su conocimiento en el desarrollo de la trama y algo que me llama la
atención y agradezco de las producciones de los hermanos Rozvar es el uso del
lenguaje sin exageración, sin estridentismos, lo que en nuestra sociedad
políticamente correcta y puritana cae como piedra en el hígado, pero se
agradece porque carece de autocensura o de eufemismos, retratando de manera
verosímil y natural la forma en que utilizamos el español los mexicanos, pleno
de una vulgaridad coloquial.
Bravo Films es la responsable de series como Juana Inés, Kin y su fundadora, Patricia
Arriaga, tiene un largo curriculum en series como el Diván de Valentina o la también muy exitosa XY. Itaca produjo Dios Inc.
para HBO. Canana films la icónica Soy tu
fan también producida para Canal Once. Otras productoras también han creado
diferentes contenidos para televisoras abiertas y de paga, enriqueciendo la
forma en que se debe ver la televisión en nuestro país y que durante más de cuatro
décadas se conformó o se vio obligada a conformarse con un estilo de producción
mediocre y ramplón, con pésimos actores que lograban sus papeles saltando de
cama en cama de productores y directivos de una empresa que viviendo bajo el
lema de que la televisión es para jodidos, mostraba lo jodido que ética, profesional
y estéticamente eran sus directores y sobre todo su dueño, algo que tras su
muerte lejos de mejorar empeoró, como lo muestra el declive en picada que sufre
Televisa hoy.
Nutrirse de producción externa, mantuvo sana la estructura
de los principales canales de televisión abierta en Estados Unidos y Canadá.
Incluso las leyes de Canadá promueven este tipo de sistema para mantener una
industria competitiva y con oferta de trabajo. ¿Por qué Televisa o TV Azteca no
utilizan a los servicios a estas casas productoras cuya calidad y efectividad
está demostrada, en lugar de seguir recurriendo a sus mediocres e ignorantes
productores como Juan Osorio, Rosy Ocampo y demás amos de los lugares comunes,
el mal melodrama y el pésimo gusto, cuya efectividad ha quedado ya demostrada
como nula frente a los retos de hoy?
publicado en roastbrief.com.mx el 13 de marzo de 2017
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