A mediados del siglo
XIX, pensar que una mujer pudiera tener una profesión era descabellado, más sí
esta implicaba ser detective.
Armando Enríquez
Vázquez
Esta mujer utilizo diferentes nombres para llevar a cabo su
trabajo, aprendió a utilizar armas y a descubrir complots. Tras de
desenmascarar una conjura para asesinar a Abraham Lincoln, Kate Warne, se
encargó de que el presidente de Estados Unidos llegara sano y salvo a
Washington. Durante doce años, incluyendo los de la Guerra Civil de Estados
Unidos, Kate trabajo en diferentes casos, resolviendo muchos de ellos, fue
espía y la primera mujer detective en ese país.
Esta mujer fuera de serie y que rompió moldes en su época,
trabajó para una de las más importantes y conocidas empresas de seguridad; The Pinkerton’s National Detective Agency.
Famosa por su participación en la protección de trenes, la persecución de
diferentes bandoleros como Jesse James y Butch Cassidy y por ser la precursora
del servicio secreto de Estados Unidos.
La historia de la vida de Kate Warne es desconocida hasta el
día que entró a la oficina de Allan Pinkerton a solicitar trabajo en 1856. Kate
tenía 23 años y se presentó como viuda en necesidad de encontrar un empleo.
Pinkerton había puesto un anuncio en el periódico solicitando una secretaria.
Por lo que pensó que la joven a la que describió en sus diarios como atractiva,
blanca y de cabello castaño, venía por a solicitar el empleo de escritorio,
pero su sorpresa fue cuando Kate solicitó un empleo como agente de la agencia.
De Kate Warne se sabe que nació en el estado de Nueva York
alrededor de 1833 y de ahí al momento en que apareció en la oficina de
Pinkerton poco o nada se sabe.
Pero es exactamente ese momento el que define a Kate, quien
se convirtió en uno de los mejores agentes de Pinkerton, no solo haciendo
trabajo de investigación, sino entrando en acción, haciéndose pasar por
diferentes personajes para descubrir a ladrones, asesinos y falsificadores. Se
cuenta que en cierta ocasión se hizo pasar por lectora de la fortuna para
descubrir a una mujer y su esposo que planeaban asesinar al hermano de ella.
Sin lugar el caso más importante en el que tomó parte fue una
conspiración en contra del presidente Abraham Lincoln en plena Guerra de Secesión,
en 1861. El intento de asesinato se iba a llevar a cabo mientras el presidente
viajaba de Filadelfia a Washington aprovechando que Lincoln iba a cambiar de
tren en Baltimore, Maryland. La conjura se descubrió por accidente cuando
Pinkerton fue contratado para investigar la actividad y amenaza de los grupos
sureños a las vías de ferrocarril en Maryland. Al descubrir que la vida del
presidente estaba en peligro, Pinkerton envío a sus mejores agentes, entre
ellos a Warne para infiltrarse entre los conspiradores. Kate se hizo pasar por
una elegante mujer sureña, con todo y el acento, visitó los lugares de moda
donde se reunían los simpatizantes de la causa contraria a Lincoln y ayudó a
disfrazar al presidente, así como permaneció a su lado durante el paso por
Baltimore en aquella difícil madrugada, hasta que Lincoln llegó a su oficina en
la Casa Blanca.
Kate Warne fue nombrada por Allan Pinkerton superintendente
de su cuerpo de mujeres detectives y después supervisora de ese mismo grupo.
Hay quienes han intentado ligar a Allan Pinkerton de manera sentimental con
Warne, pero no existe ninguna evidencia que compruebe esto, pero además
conociendo la ética y las reglas que el emigrado escocés impuso en su agencia,
es muy difícil que esto sea cierto.
La exitosa historia de Warne se vio cortada por su muerte en
1868, el 28 de enero. Tenía sólo 35 años de edad. Kate Warne no fue víctima de
una de sus investigaciones, ni fue asesinada por algún criminal al que
estuviera investigando. Kate Warne murió de neumonía.
publicado en mamaejecutiva.net el 5 de junio de 2017
imagen:civilwarwomenblog.com
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