La participación ciudadana ha ido más allá de la ayuda física, económica y material, manifestándose en mensajes a través de redes sociales.
Armando Enríquez Vázquez
De la misma forma que hace 32 años la llamada sociedad civil
ha rebasado cualquier actuar de los gobiernos federal y local, no se trata de
hablar de ls pésima y patética reacción del Jefe de Gobierno Miguel Ángel de
Mancera, que sin pensar en la ciudadanía que tenía la urgencia de desplazarse
desde el sur de la CDMX (Marca Registrada) a buscar familiares o llegar a casa,
decidió dar gratis un servicio inexistente de Metrobús. Desde las estaciones
llenas de mexicanos en espera de transporte que al paso de los minutos y las
horas no llegaba, veían a otros miles de mexicanos caminar en ambos sentidos de
las aceras de Insurgentes sur con tratando de alcanzar su destino. Ni que decir
de la nula solidaridad de muchas de las rutas de transporte público
concesionado que de la misma forma suspendieron su servicio, la respuesta;
miles de automovilistas solidarios acercaban a cuantos podían llevar, incluidos
algunos subidos en las cajuelas, a su destino final aliviando a la ciudad de
manera solidaria y prestando el servicio que Mancera canceló. En 1985, el
entonces Jefe de Gobierno Ramón Aguirre, obligó a todos los transportes
públicos del entonces Distrito Federal a dar servicio a los ciudadanos que lo
necesitaban. Una de las pocas buenas acciones del corrupto regente
guanajuatense de esos días.
Las palabras y acciones del jefe de gobierno han resultado
ridículas y cobardes, hasta el mismo Enrique Peña Nieto se ha visto más líder
que el hombre que sin hacer una sola acción social a lo largo de cinco años se
ostenta como gobernante.
La participación ciudadana ha ido más allá de la ayuda
física, económica y material, manifestándose en mensajes a través de redes
sociales, de dar a conocer de manera más rápida y efectiva listas de
sobrevivientes para tranquilizar a familiares y conocidos de algunas víctimas.
Somos una sociedad que se precia y demuestra ser solidaria
en los momentos de tragedias en los que ni etiquetas partidistas pueden dividirnos.
Somos una sociedad que debe mantener el impulso de esta fuerza que sobrepasa a
cualquier político populista o no populista pero sinvergüenza, mezquino y
egoísta como los que abundan en nuestro país. No he visto a ninguno de los
llamados presidenciables echar el hombro con los ciudadanos al pie de un
edificio, o acarreando víveres, medicinas y herramientas, ni siquiera
dirigiendo un centro de acopio. No, ellos se resguardan en las sombras para su
próxima campaña la cual deberíamos sancionar desde el inicio.
Jóvenes, que como hace 32 años ponen toda su energía en
remover escombros, avisar, mover y trasladar víveres, herramientas y
medicamentos a lo largo y ancho de una ciudad que cuando se necesita se
gobierna y rige sin la necesidad de cualquiera autoridad, que como vimos desde
1985 resulta insuficiente ante una tragedia como la que vivimos.
Claro que también mientras las manos removían escombros para
sacar a los atrapados entre los escombros, una serie de malandros sacaba lo
peor del ser humano y se dedicaba a asaltar a los ciudadanos, y la policía que
no estaba en los sitios de los derrumbes, tampoco estaba donde tenía que estar
cuidando a la ciudadanía y a sus bienes. Otros suben noticias falsas a las
redes sociales tratando de provocar caos en aquellos de buena voluntad y hasta
de desprestigiar los esfuerzos ciudadanos desde las redes. Los poco solidarios dueños
de El Universal dedicaron sus esfuerzos a imprimir una edición vespertina el
mismo día 19 tratando salvar el déficit de la empresa vendida al PRI. O peor
Televisa inventando un verdadero fake
news para mostrar a las personalidades que financian ese medio nefasto en
la historia de nuestro país, priístas y otros poderes fácticos del país.
Estamos obligados una vez más evaluar la relación de los medios de comunicación
tradicionales y su forma habitual de manipular la información que ha quedado
una vez más al descubierto.
Es momento de ayudar de la mejor manera posible, pero
también tenemos que hacer una reflexión muy amplia sobre como la corrupción y
el desprecio de aquellos que manejan el país nos afecta a todos. En un
principio el gobierno de Peña Nieto rechazó la ayuda de Suiza, tal como lo hizo
De la Madrid, para poder ocultar y manipular la imagen de México, pero en
épocas de las redes sociales se supo, se hizo público y EPN tuvo que aceptar la
ayuda.
Es el momento de revisar las reglas de construcción una vez
más y demandar como ciudadano el juicio político de los jefes delegacionales de
Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, y Benito Juárez, Christian von Roehrich de la
Isla, que escondidos detrás de escritorio han decidido no hacer nada por la
ciudadanía, así como al titular de Secretaria de Desarrollo Urbano que es
responsable de como se ha horadado el suelo de la capital a diestra y siniestra
a fuerza de ganar dinero para él y sus subalternos, hoy más que nunca como
ciudadanos debemos exigir a estos seudo funcionarios y personas que ostentan
cargos de elección popular rendir cuentas a la ciudadanía. Meyer Klip es otro
de los corruptos que debe responder a la ciudadanía. Claudia Scheinbaum y
Víctor Hugo Lobo, por su parte se han visto más interesados en los ciudadanos y
más cautos en sus declaraciones. No se trata de hacer leña de árboles no caídos
sino podridos, se trata de darnos cuenta qué es la ciudadanía como siempre la
que mejor responde ante una tragedia, pero es esa fuerza y esa comunión
ciudadana la que debe no permitir a estos corruptos tener poder de decisión. Es
indudable pensar que la enorme obra que se está realizando a espaldas de la
estación del Metro Coyoacán debe ser responsable de los daños a edificios de la
zona de Avenida Coyoacán y Amores, lo mismo debe ser con algunas de las
construcciones nuevas que sin mayor compromiso que untar la mano de
funcionarios y delegados se siguen erigiendo en las delegaciones ya
mencionadas. La muerte de niños y adultos en una escuela es una tragedia, pero
muestra la corrupción en materia de construcción. Será interesante saber
también cómo responde la autoridad en casos como los del campus del Instituto
Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Ciudad de México donde al menos
oficialmente murieron cinco estudiantes al derrumbarse alguna estructura al
interior de la institución educativa, o que va hacer en el caso del Estadio
Azteca que pretende albergar juegos de la liga MX y el juego de la NFL. Hoy en
ciertos casos se necesita que al final se proceda de manera penal contra quienes
resulten responsables no como en 1985 cuando una serie de corruptos
constructores fueron exonerados por un gobierno priísta que no era tan corrupto
como los que hoy tienen sede en la CDMX (marca registrada) el federal y el
local.
Confieso que es un orgullo el ver como después de 32 años se
ha avanzado en muchos de los casos de la forma en que los capitalinos
reaccionamos frente a una tragedia que como la de 1985 sacuden el corazón de la
Ciudad de México, a pesar de sus pésimos gobernantes y de sus corruptos
funcionarios. Como hace 32 años veo hombres y mujeres de todas clases
socioeconómicas unidos en el esfuerzo de llevar a la luz algún sobreviviente.
Me da gusto ver que todos los que hablaron en contra de la construcción del
segundo piso se equivocaron y la obra que nunca sabremos cuanto costo porque el
corrupto Andrés Manuel se protegió en la opacidad que tanto le gusta, por lo
menos estuvo bien realizado. Hoy los grupos de estudiantes de ingeniería y
arquitectura van ayudando a determinar los daños en los edificios, con apoyo y
certificación del CENAPRED. Al parecer tenemos una mejor educación frente al
momento mismo de la tragedia. Tenemos un espíritu y una gran conciencia sobre
que hacer y que no hacer en esos momentos y los siguientes. Quienes parecen no
tener ese espíritu solidario con la ciudadanía son las autoridades mismas y
mucho menos un ególatra como Miguel Ángel Mancera.
Son días difíciles y
tendrá que venir una reflexión ciudadana en cuanto al poder que tenemos. Sí
1985 marcó el parteaguas de la participación ciudadana y la demostración de la
incapacidad y la corrupción del PRI, 2017 podría ser el año en que los partidos
políticos y los políticos queden expuestos por su mezquindad, oportunismo y
avaricia por una ciudadanía poderosa y organizada no sólo en momentos de
tragedias.
publicado en blureport.com.mx el 21 de septiembre de 2017
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