A la mitad del siglo
XIX, sin importarle su integridad física esta destacada colimense ayudó a los
más necesitados como lo hizo a lo largo de su vida.
Armando Enríquez
Vázquez.
A los mexicanos nos gusta presumir la solidaridad con nuestros
hermanos en desgracia, así como de la forma en que actuamos durante los sismos
de 1985 y cada vez que ocurre una desgracia natural en cualquier entidad a lo
ancho y largo de la República.
Pero esto no es algo nuevo, ni exclusivo de la sociedad
finales del siglo pasado o de estos años. No, la solidaridad y el ayudar a los
que menos tienen no es exclusivo ni en tiempo, ni en fronteras es parte de la
condición de muchos millones de seres humanos que a través de la historia se
han volcado en cuerpo y alma para ayudar al prójimo, sin que esto sea una
máxima dictada por la ética o moral de la época, sino porque es parte de su
forma de ver y concebir el mundo.
En el libro de Mujeres Mexicanas de Laureana Wright, la
escritora y feminista porfiriana, escribe la historia de algunas mujeres
mexicanas destacadas desde tiempos prehispánicos hasta el auge del Porfiriato.
Entre la vida de las mujeres que reseña en su libro, se encuentra la de Micaela
León de la Vega. En su momento esposa del gobernador de Colima, pero antetodo,
una mujer solidaria y comprometida con sus semejantes.
Micaela nació el 13 de noviembre de 1818. Recibió la
educación normal que se esperaba que una joven de su posición social tuviera y
en 1835, a los diecisiete años se casó con Ramón R. de la Vega. El joven era
artesano, empresario, militar.
En 1848, una epidemia de cólera comenzó a azotar el país. En
esos momentos Ramón se encontraba fuera de México, pero Micaela quien desde la
adolescencia se había mostrado inclinada a ayudar a quien necesitara de su
ayuda, organizó a un grupo de ciudadanos de Colima y sin importarle las
consecuencias de sus acciones visitó y auxilió a diferentes enfermos de Cólera
en las zonas de mayor contagio en Colima. También se mantuvo activa durante la
Guerra de Reforma y las dos diferentes invasiones que sufrió México en ese
entonces; la norteamericana y la francesa. Micaela recolectaba fondos y los
hacía llegar a las ciudades de Querétaro, México y Puebla, para lo que creo un
grupo activista llamado El Hospital de la
Sangre.
Ramón R. De la Vega fue gobernador de Colima en dos
ocasiones. La primera de 1862 a 1864, durante este periodo Micaela obligo a su
marido a donar la totalidad de su sueldo a la creación del primer asilo en el
estado de Colima. Cabe decir que Ramón R. de la Vega propulsó una
importantísima reforma educativa en el estado que dio paso a la fundación de la
Escuela Normal en Colima.
En la foto que aparece en el libro de Laureana Wright,
Micaela se ve una mujer adusta, sonriente y segura de si misma que mira a la
cámara y es con esa imagen de una mujer de alrededor de cincuenta años de
cierta elegancia, sin que esta sea barroca es como Micaela debe ser recordada.
Una persona que sin otro interés que el de ayudar de manera correcta al prójimo
pasó por la vida.
Micaela
murió el 8 de julio de 1878 en Colima.Publicado el 12 de septiembre de 2017 mamaejecutiva.net
imagen: El cólera de José Guadalupe Posada
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