La nueva mujer investigadora protagonista en las series rompe los patrones sociales de mujer, para mostrar a mujeres empoderadas, llenas de las mismas obsesiones y errores de los hombres.
Armando Enríquez Vázquez
Hace no muchos años hubiera sido imposible pensar en series
protagonizadas por mujeres fuertes pudieran ser un éxito. Las mujeres que
protagonizaban los programas de televisión tenían que tener actrices
ostensiblemente guapas y de buen cuerpo, y si como en el caso de Los Ángeles de
Charlie salían en bikini, mucho mejor. Los semidesnudos eran importantes para
atraer a las audiencias y por lo general las protagonistas debían ser jóvenes.
Excepción era aquella venerable anciana escritora de novelas policiacas llamada
Jessica Fletcher, interpretada por la actriz inglesa Angela Lansbury, en la
serie Murder She Wrote. Pero la
historia lejos de ser una serie de acción era una serie con estructura de Whodonit, o sea el género policiaco de descubrir
al asesino y que durante el siglo pasado encontró una de sus mayores exponentes
en la escritora inglesa Agatha Christie. Otra excepción era Angie Dickinson,
mejor conocida como La Mujer Policía.
Pero los tiempos cambiaron y las mujeres se han ido
empoderando.
En 2007, llegó a la televisión una de las primeras mujeres
no tan atractivas, pero decididas y lo suficientemente independientes para
resolver un crimen violento; Sarah Lund, interpretada por la actriz Sofie
Gabrol, en la extraordinaria serie danesa Forbrydelsen.
Tres temporadas en que Lund a pesar de caer en un abismo personal, se
muestra claramente obsesionada para llevar la justicia a cabo, aun cuando esto
le cueste su propia libertad y la de sus seres queridos. Más dramático es el
caso de la detective sueca Saga Noren, (Sofía Helin) de la serie Bron/Broen, la entrañable y alienada
agente de la ley dispuesta a cumplir con la ley al pie de la letra, que no sabe
y no puede romper la más mínima de las reglas.
Estos personajes ayudaron a crear un nuevo personaje que
rompió el estereotipo masculino del protagonista de series, y le dieron
características y atributos que antes pertenecían a los más desequilibrados
personajes masculinos, de Clint Eastwood en su serie de películas como Harry el Sucio a Idris Elba en Luther.
Quiero hablar de dos de los más recientes ejemplos de
protagonistas femeninos en dos series de televisión excepcionales; Emma
Banville (Helen McCrory) una abogada que llevara su caso y la defensa de su
cliente hasta el grado de ver desmoronarse lo que más anhelaba en la vida con
tal de encontrar la verdad enfrentándose a muy poderosos enemigos en la serie
de BBC Fearless, y a Verónica
Rosenthal (Eva de Dominici) de la serie argentina La Fragilidad de los Cuerpos, coproducida por varias productoras
argentinas y TNT, una periodista capaz de ver cambiar su mundo por conseguir la
nota y satisfacer su ego.
Mientras que Emma Banville es una mujer que ha pasado ya
hace tiempo su juventud, Verónica Rosenthal es una joven, cuando mucho en el
principio de sus treinta o final de sus veinte. Una es un viejo lobo de Marx
(como el título del libro de cuentos de Gerardo de la Torre), la otra una joven
con tanta hambre qué sí en el devorarse al mundo se lleva entre las patas a su
familia, no le importa. Ambas mujeres enfrentan de manera valiente, pero a su
vez irresponsable, temeraria e irreflexiva al poder y la corrupción que cada
día se manifiestan con mayor transparencia en nuestro mundo.
Las dos series están ubicadas en el presente, aunque Emma
Banville tiene que desenterrar una historia de catorce años para acabar con una
injusticia y habrá de enfrentar a otras dos poderosas y temibles mujeres Olivia
Greenwood, (Wunmi Mosaku) comandante de las fuerzas encargadas de luchar contra
el terrorismo en Inglaterra y quien catorce años atrás encabezó la
investigación que puso en la cárcel a Kevin Russell por el asesinato de la
adolescente llamada Linda Sims. La insistencia de la ex mujer de Russell sobre
la inocencia de este y el contratar a Banville para demostrarlo 14 años después
de la condena es lo que desata la trama de la serie. La segunda mujer es una
agente de la CIA despiadada. Heather Myles (Robin Weigert) es la encargada de
control de daños de la Agencia Central de Inteligencia en situaciones que está
dispuesta a llegar al asesinato de peones con tal de que ninguna figura
relevante sea perjudicada en su imagen. Emma idealista, activista en su
juventud, desconfiada del poder y de los poderosos, en algún momento habrá de
confesar al hijo de Rusell: Aprendí hace
mucho tiempo a no confiar en lo que me dice la gente. Especialmente la gente
con autoridad…porque nunca sabes cuáles son sus motivos… y con un dolor que
marca su actuar y visión de las relaciones humanas y que como toda escéptica
tiene la capacidad de creer en muchas cosas aún. La solidaridad y el amor de su
pareja el fotógrafo Steve Livesey (John Bishop) aún tienen la capacidad de
sorprenderla. Ema Banville entra en el terreno de mis personajes entrañables
como Sarah Lund o Saga Noren.
Mientras que Verónica Rosenthal es un personaje totalmente
hedonista al que sólo le importa el sexo, fumar, beber y publicar un artículo
que la haga sentir bien y reconocida por los demás, aunque para ello tenga que
manipular y utilizar a cualquiera. Hija de un ministro niña bien no parece
estar dispuesta a recibir un no como respuesta y altanera enfrenta la vida.
Verónica es cínica. Esta vez el corrupto mundo al que llega, por casualidad, de
manera imperceptible la hace cobrar conciencia de lo vulnerable que somos
todos, no sólo los sujetos de sus notas, de cómo los más indefensos, los niños
pobres son carne de cañón y los adultos están dispuestos a hacer con ellos
cualquier cosa, hay que advertir que no se trata de una serie de pedofilia.
Verónica se transforma y por primera vez pasa de ser la fría periodista en
busca de la nota, a una mujer más involucrada con su realidad y la de aquellos
que la rodean y a los que aprende a no sólo utilizar sexualmente a sus encuentros.
Necia habrá de reconocer en cierto momento frente a su mejor amigo frente a la
pregunta ¿Tenés miedo? No, no es eso, o
si. No sé. Es esa transformación, ese caminar con una doble ética de quien
promoviendo atrocidades similares a las que piensa denunciar, que hace de
Verónica Rosenthal uno de los personajes más atractivos de las series
latinoamericanas.
Fearless y La Fragilidad de los Cuerpos son sin duda
dos de las mejores series a ver en estos momentos.
publicado el 24 de julio de 2017 en roastbrief.com.mx
imagenes TLN
BBC
No hay comentarios:
Publicar un comentario