El líder del PRI Nacional acusa a la oposición de querer llevar a México al autoritarismo popular e intransigente, cuando los miembros de su partido empezando por el presidente del país no demuestran que ya estamos ahí.
Armando Enríquez Vázquez
Cuando algún jefe de gobierno extranjero, organismo
internacional o cualquier persona de una nacionalidad diferente a la nuestra
habla en contra del país evidenciando la corrupción y la impunidad que
prevalecen en México, el gobierno, en especial los priístas, aluden a la
Doctrina Estrada y el respeto a la soberanía y autodeterminación de los
pueblos, sin embargo en los últimos tres sexenios; los dos panistas y el actual
priísta, los presidentes mexicanos y sus secretarios de relaciones exteriores,
incluso el actual presidente nacional de PRI no han dudado en meterse en lo que
no les importa, de acuerdo con la citada doctrina, y atacar a diferentes
gobiernos alrededor de América Latina, en especial a Venezuela.
Pero el cinismo y pocas luces de hombres como Enrique Ochoa
Reza, Enrique Peña Nieto, César Camacho Quiroz y sobretodo Luis Videgaray sólo
demuestran que lo inició Fox con su secretario Derbez y continuó Calderón, ha
llegado a su cúspide con la dupla Peña Nieto - Luis Videgaray; la anulación de
la diplomacia mexicana. Para convertirse en provocador en el caso de Fox y el
achichincle de Estados Unidos con la patética actuación de Luis Videgaray
frente al asunto de Trump hace más de un año, a lo que se suman declaraciones
que ha hecho acerca de Venezuela.
Tanto Luis Videgaray, como Peña Nieto han sostenido una
guerra de declaraciones en contra de Venezuela, y por supuesto la dictadura
venezolana no tiene absolutamente nada de admirable y nuestra solidaridad con
los venezolanos que sufren el autoritarismo de un loco y sus huestes de
ambiciosos y serviles que lo acompañan haciendo de Venezuela uno de los países
más pobres y lastimados de América Latina. Pero tanto el Secretario de
Relaciones Exteriores y el presidente olvidan que México comienza acercarse peligrosamente
a convertirse en un estado similar a Venezuela, en esa dictadura perfecta que
tanto le gusta ejercer a los priístas.
Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del PRI, en ese
acusar sin darse cuenta de que el PRI es cualquier cosa a excepción de una
blanca paloma, no sólo la ha emprendido contra los líderes de la oposición
dando periodicazos desde medios serviles como El Universal, si no utilizando a
Venezuela como especie de coco al hablar de que es el modelo a seguir por el
eterno candidato de Morena; Andrés Manuel López Obrador. Lo que no dice el
corrupto líder del PRI, es que quien tiene a México al borde de convertirse en
Venezuela es el PRI y el presidente Priísta que han hecho de este sexenio no
sólo la cúspide de la impunidad, la corrupción, la opacidad y la criminalidad en
México en lo que va del siglo, sí no también de la inseguridad y la pobreza.
En México el autoritarismo de Peña Nieto y compañía no sólo
se muestra en los ataques del supuesto presidente democrático a los ciudadanos
comunes, en el silenciar a periodistas, en el intentar acallar a empresarios
críticos del régimen. Hoy sus nulas acciones por hacer crecer al país de una
manera sana quedan demostradas por el fracaso de las reformas estructurales que
quisieron ser impulsada a partir de decretos y no de acciones claras y
transparentes. En el desprecio por las instituciones que surgen desde Los
Pinos.
Un México donde la oposición menospreciada y temida por el
gobierno, es insultada de manera vulgar por la bancada priísta en la cámara de
diputados incapaz de dialogar y acabar por medio de la razón con los argumentos
de sus contrincantes políticos, para horas más tarde, negar de manera cínica lo
que está grabado. Habría que decirle a Peña Nieto, Ochoa Reza, Camacho Quiroz y
a la patética diputada Arlet Mólgora con sus imbéciles declaraciones y
aclaraciones que lo único que han demostrado tras esa triste manifestación de
vulgaridad e intolerancia, es que el PRI es homofóbico e incapaz de aceptar la
diversidad, por lo que una de sus maneras para descalificar argumentos válidos
de la oposición como era revisar la cuentas de Eruviel Ávila mientras fue
gobernador del Estado de México es contestar tratando de denostar al otro
acusándolo de homosexual.
Habrá que pedirle a la homofóbica Arlet Mólgora, legisladora
por Quintana Roo, nos explique donde está su compromiso con las mexicanas y
porque no pide la investigación de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en lugar de
manifestar su homofobia a grito pelado en el recinto Legislativo de la Nación
al cual debería mostrar el debido respeto, más desde su cargo. En especial
cuando el PRI siempre se ha quejado de la oposición cuando ha utilizado este
tipo de manifestaciones. De la misma manera en que César Camacho Quiroz debe evitar
buscar de exculpar a sus correligionarios, porque termina viéndose más
intransigente de lo que es.
Pero más allá del grito, de la forma de demostrar la falta
de argumentos de los priístas para debatir, es el fondo de estas actitudes que
muestran que detrás de todo lo que importa es descalificar a la oposición a
cómo de lugar. Como en Venezuela.
Peña Nieto inició su sexenio metiendo a la cárcel a líderes
sociales como José Manuel Mireles, autodefensa de Michoacán, como en Venezuela.
Hoy México carece gracias al PRI y a Peña Nieto de autoridades judiciales, no
existe un Procurador General de la Nación, tampoco un Fiscal de la Nación, un
Fiscal Electoral, ni un Fiscal Anticorrupción. Como en Venezuela.
Los elementos para corromper y manipular las próximas
elecciones de 2018 están en marcha, desde el acopio de recursos monetarios y de
consumo para comprar votos, hasta una aplicación de dudosa calidad y
credibilidad creada por el parcial INE para dificultar el apoyo ciudadano a los
candidatos independientes. Similar a lo que sucede en estados totalitarios como
Venezuela.
La corrupción, el autoritarismo, la violencia y la impunidad
están desatadas, no como en Venezuela si no peor, mucho peor.
Y habrá que aclararle al presidente nacional del PRI, tal
vez el mesías tropical quiera convertir a México en Venezuela, para mantener la
opacidad y corrupción que caracterizó su gobierno de la capital del país. Pero
es el PRI, su presidente de la nación, sus legisladores y sus secretarios los
que están hundiendo a México mucho más allá de lo que está Venezuela.
publicado en blureport.com.mx el 15 de noviembre de 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario