Desde el inicio del
sexenio de López Obrador no hay tema que se toque si no lo sugiere el
presidente.
Armando Enríquez
Vázquez
No cabe duda que la estrategia más brillante del presidente
López Obrador en materia de comunicación y que implementó desde que fue jefe
del gobierno del entonces Distrito Federal, es la conferencia mañanera.
La mañanera tiene varios motivos para existir, el principal
de ellos es dictar la agenda informativa para los medios a lo largo del día. El
presidente repasa y hace hincapié en los temas que necesita que trate la
prensa, además le sirve de distractor para otros temas que pueden ser
importantes o no, pero indudablemente resultan inoportunos y fastidiosos para
el presidente.
Esto que le ha funcionado a la perfección a Andrés Manuel,
pone al descubierto dos de los graves problemas que enfrenta la mayoría de la
prensa en nuestro país. Uno la incapacidad que tienen los medios por ser
independientes y contestaria. Como viles “animalitos” los reporteros escuchan a
un presidente que además se siente maestro de historia y predicador todas las
mañanas. Dos la dependencia total de los
grandes medios ante la falta de imaginación, visión y pantalones de los dueños,
directores y encargados del desarrollo del producto, del presupuesto del
gobierno federal.
Andrés Manuel es un hombre frío y taimado que ha diseñado un
plan para callar a la prensa opositora de la misma manera que en su momento
Fox, Peña Nieto y Calderón lo hicieron. El gasto del gobierno en propaganda,
que se ha disminuido de manera radical ha obligado a todos los medios a entrar
a una severa crisis que los ha llevado a recortes importantes. Casos como los
de Televisa o Radio Centro en los medios electrónicos son la clara muestra de
esta crisis. En los diarios, la caricatura en la que se ha convertido El
Excélsior y el rediseño de El Universal, muestran como los dos periódicos más
antiguos de México se encuentran en una encrucijada que sus incapaces
directores no pueden resolver.
La inseguridad y el asesinato de líderes sociales que han
cuestionado al presidente se mantienen apartados de los medios porque es más
relevante retomar los temas mañaneros del presidente que considera
trascendental hablar acerca de cómo “el pueblo bueno” ya no “huachicolea”
porque él se los pidió. O de la importancia de tener un hombre de 85 años en la
CRE.
Sí la palabra mañanera del presidente no se pública, no se
cubre, el gotero del dinero del gobierno se cierra. Reforma ya sufrió los
ataques al estilo del más corrupto y represor gobierno del PRI con la
investigación del SAT como publicó el mismo diario.
La Ciudad de México y su jefa de gobierno pasan
desapercibidas en los diarios e informativos porque sólo hay tiempo para
repetir ad nauseum las palabras
matinales del jefe del Estado Mexicano. Supongo que lo mismo sucede en muchos entidades
de la República. La ineptitud del gobernador veracruzano y su incapacidad por
frenar la violencia en una de las entidades más bellas y más golpeadas por la
corrupción del Nuevo PRI pasan desapercibidas ante la cátedra de historia que
dicta el presidente desde su pódium cada mañana. Incluso a manera de Jefe de
información de cualquier medio, el presidente acusa a los reporteros de la
fuente de no cumplir con su trabajo o “los
invita a hacerlo mejor”, muchas veces diciendo que es él quien los pone
sobre las pistas a seguir. Triste manera de respetar la libertad de expresión
cuando este es el discurso de un presidente supuestamente de Izquierda.
La prensa, los medios deben ponerse a actuar y ser lo que
tanto cacarean ser: críticos, independientes, imparciales, honestos, veraces
porque de otra manera no van a conseguir ni el dinero que pretenden del
gobierno, las prioridades de López Obrador son claras; la construcción de bases
clientelares que extienda la vida en el poder de su partido por sexenios en
México y por otro las pocas audiencias que aun tienen los terminaran
abandonando. No se trata de oponerse a todo lo que dice el presidente se trata
de ser algo que hace años no son libres y por lo tanto ser medios imparciales.
La misma conferencia mañanera se va llenando de medios
balines y preguntas idiotas de “miembros” de una prensa ciudadana que parece
estar mejor maiceada que los medios tradicionales, esto le permite al
presidente plantear mejor, antes que nadie y de una forma astuta de que se
puede y de que no se puede hablar en el país.
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