Isabel Ramírez no es
oficialmente la primera arqueóloga mexicana, como tampoco fue la primera mujer
en hacer investigación arqueológica en México, pero en realidad sí lo fue.
Armando Enríquez
Vázquez
En México que para muchas cosas lo importante es un titulo y
una acreditación que en realidad no significan nada; oficialmente la primera
mujer reconocida como arqueóloga logró su titulo universitario en la segunda
parte de la década de los cincuenta, pero la realidad es que antes de Beatriz
Barba en México hubo al menos dos mujeres que se dedicaron en cuerpo y alma a
la arqueología, siendo víctimas de las descalificaciones y prejuicios machistas
de sus contemporáneos y colegas científicos.
Zelia Nutall la extranjera que llegó a México, se enamoró de
el y de las culturas originarias y una mexicana de la que poco se sabe, pero
los testimonios y fotografías que existen de ella la colocan como la primera
arqueóloga mexicana de facto: Isabel
Ramírez Castañeda.
Isabel nació en la Ciudad de México, en Milpa Alta a finales
del siglo XIX, el año fue 1881. Isabel formó parte de las mujeres que
estudiaron en Normal para convertirse en maestra y se dedicó a enseñar a niños
de jardín de niños. En 1906 se integró a las clases del Museo Nacional,
antecesor del Museo Nacional de Antropología, donde se iniciaba la impartición
de clases de arqueología.
Isabel Ramírez Castañeda además de español hablaba náhuatl,
lo que la ayudó a lo largo de su carrera para traducir y servir de interprete
entre los investigadores extranjeros con los que trabajó y las comunidades que
habitaban los sitios arqueológicos cercanos a la Ciudad de México.
Isabel se encargó de la clasificación de las piezas
arqueológicas de la colección del Museo Nacional primero ayudando al arqueólogo
alemán Eduard Seler, y concluyó con Leopoldo Bartres. Una de las cosas que se
reconocen del trabajo de Isabel Ramírez es la capacidad para describir y
dibujar las piezas encontradas en los sitios de investigación. En 1912 fue
publicado su primer trabajo, titulado: Apuntes
acerca de los monumentos de la Parroquia de Tlalnepantla. Que gracias tal
vez al machismo imperante al interior de círculos de la sociedad y sobre todo
de la ciencia tardó tres años en ver la luz. Tradujo diferentes documentos del
náhuatl y se sabe que tenía ciertos intereses en la literatura pues de acuerdo
con el texto de Mechthild Rutsch, Isabel
Ramírez Castañeda (1881-1943) una antihistoria de los inicios de la
antropología mexicana. La mujer es mencionada en la correspondencia entre
dos grandes intelectuales de principios del siglo XX Alfonso Reyes y Pedro
Henríquez Ureña, este último es quien menciona a Ramírez Casteñada en una de
las misivas, haciendo notar su presencia en una de las conferencias.
Seler regresó a México en 1910 para asumir el cargo como
primer director de la Escuela Internacional de Arqueología y Etnología
Americana ideada por Franz Boas y la Universidad de Columbia. Los primeros
alumnos de la institución fueron Isabel Ramírez, Werne von Horschelman,
Porfirio Aguirre y José Calvo. Fue en la siguiente generación en la que ingresó
Manuel Gamio a quien muchos consideran el padre de la arqueología en México,
pero que es un personaje controvertido por sus ideas y su desprecio por las
mujeres, mucho de la desaparición de Ramírez de la historia de la antropología
mexicana se debe a que para hombres de ciencia como Gamio las mujeres eran sólo
fuente del trabajo mecánico y más burocrático y no competentes investigadoras.
Isabel trabajó tanto con Seler como con Boas a los que
acompaño en diferentes excursiones a sitios arqueológicos, entre ellas una
excursión que Seler organizó a Palenque en 1911. La importancia de los trabajos de Ramírez y su
compromiso con su trabajo la llevaron a ocupar diferentes cargos en el Museo
Nacional, desgraciadamente la situación del país y el machismo predominante al
interior de la profesión la fueron recluyendo tanto académica como
profesionalmente y mientras por un lado en 1918 se le nombraba encargada de la
sección de Folklore del Museo Nacional al poco tiempo se le revocaba el
nombramiento por falta de presupuesto del gobierno.
Isabel Ramírez continuó durante esos años en la docencia y
tratando de tomar diferentes cursos en pedagogía. En 1917 bajo la dirección de
Andrés Molina Enríquez, en ese momento director del Departamento de Etnología
del Museo Nacional, Isabel se concentró en la creación de un libro que apoyara
la instrucción bilingüe español-náhuatl.
Isabel Ramírez regresó a trabajar al Museo Nacional, pero su
amor y dedicación fueron recompensados con un puesto de guardiana del Museo, en
el que ganaba menos que el investigador con puesto más bajo.
Isabel Ramírez Castañeda murió el 26 de marzo de 1943 en la
Ciudad de México, su obra, trabajo y vida es un misterio lleno de preguntas sin
contestar, su imagen poco a poco se va recuperando gracias a otras arqueólogas
e investigadoras que se topan con menciones de Isabel en sus trabajos de
investigación.
publicado en mamaejecutiva.net el 9 de abril de 2019
imagen: scoopnest.com
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