La pequeña ciudad de Vergeze, ubicada en el sur de
Francia es famosa por sus aguas termales y por ser la casa del agua mineral más
conocida de Francia y del mundo; Perrier.
Armando Enríquez
Vázquez
Cuenta la historia que Aníbal el general cartaginés cuando
cruzó los Pirineos con sus elefantes y antes de enfrentar el reto de los Alpes
se detuvo en el manantial de Vergeze y bebió de sus aguas minerales. Los romanos
construyeron en la antigüedad un balneario en la zona que aprovechaba las
cualidades medicinales de las aguas de la zona. Durante siglos el manantial se
fue conocido como Les Boulliens, por sus características producto de la mezcla
del agua del manantial con los gases del interior de la corteza terrestre que
dan la impresión de que el agua está hirviendo.
Durante el siglo XIX La familia Garnier dueña del manantial,
gracias a un decreto de Napoleón III en 1868, explotó por un tiempo la venta de
las aguas del manantial por sus propiedades medicinales.
Fue a finales del siglo XIX cuando un médico y político llamado
Louis Eugene Perrier compró el manantial, junto con el balneario. Embotelló el
agua por primera vez para venderla por sus propiedades medicinales. Creó una
empresa a la que llamó; Compañía de aguas minerales, bebidas y productos
higiénicos de Vergeze.
Pero Perrier a pesar de iniciar el negocio estaba más
interesado en su carrera política. Lo que Perrier inició en 1898 fue comprado
por un joven ingles en 1903. Sir John Harmsworth, quien conociendo la
reticencia y la enemistad ancestral entre ingleses y franceses decidió poner al
agua embotellada el nombre de su anterior dueño; Perrier. En 1905 obtuvo el
sello de proveedor del rey Jorge V de Inglaterra.
Harmsworth sufrió un accidente de automóvil que lo dejó
paralizado por el resto de su vida de la cintura para abajo, los médicos le
impusieron una terapia para la parte superior del cuerpo con una especie de
bolos de boliche, lo que le dio la idea para las botellas de Perrier como las
conocemos en la actualidad. En 1908 Perrier recibió un premio a la empresa de
embotelladora de agua mineral con las mejores ventas al pasar de los cinco
millones de unidades. Con los sellos de Proveedor de las casas reales de
Inglaterra y España, Perrier se comercializaba con la identidad del Champagne
de las aguas de mesa. Lo que ya desde entonces la posicionó como producto
de lujo y distinción. Lo curioso es que el agua era más conocida en Londres, la
India y otras colonias inglesas que en Francia.
Harmsworth murió en 1933 y la empresa se mantuvo en la
familia, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, Perrier fue confiscada y
dirigida por un miembro de la SS que poco o nada entendía del negocio, al
terminar la guerra la familia Harmsworth puso a la venta Perrier, que fue
comprada por una familia francesa de apellido Leven; Georges, el padre, era
abogado, corredor de bolsa y ex militar que participó en la I Guerra Mundial en
la que obtuvo el grado de coronel y su hijo Gustave. Gustave, era el cuarto
hijo de Georges, tenía un talento natural para los negocios. Gustave fue el
hombre que sacó a Perrier de la ruina para convertirla de nuevo en una marca de
presencia internacional y quien en 1976 decidió atacar el mercado
norteamericano, al abrir oficinas de la marca en Nueva York. Junto con Leven llegó
a Perrier como vicepresidente de publicidad Jean Devray responsable de hacer
visible la marca contratando a grandes artistas gráficos y pintores para hacer
los carteles de la marca. Uno de ellos fue Salvador Dalí. Devray también
contrató a la famosa escritora Colette para una campaña de la marca. La
literata francesa escribió: “El agua que salta de la botella cuando la
destapas, el agua que ríe, el agua que permanece en tu boca como un puñado de
agujas.” Devray fue el responsable de hacer de la marca uno de los
principales patrocinadores del Tour de Francia, una de las más importantes
pruebas ciclistas del mundo.
En 1990 un laboratorio norteamericano descubrió restos de
benceno en las botellas de Perrier, lo que obligó a la marca a retirar millones
de botellas del mercado y puso a la marca en riesgo de la quiebra. Leven
renunció y vendió la marca. Nestlé es desde 1992 dueña de Perrier, algo que
llevó al gigante alimenticio a crear su división de agua.
Actualmente Perrier goza de excelente salud. Gustave Leven
murió el 29 de julio de 2008.
publicado en thepoint.com.mx el 22 de febrero de 2021
imagen perrier.com
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