Little Fires Everywhere es entre otras cosas una reflexión sobre los grandes fracasos y anhelos postpuestos que constituyen parte de la personalidad madura de los seres humanos.
Armando Enríquez Vázquez
Este texto está plagado de spoilers es bajo tu propia
responsabilidad continuar leyendo después de este punto.
En 2020 la cadena
norteamericana Hulu estrenó su miniserie Little Fires Everywhere,
estelarizada por Reese Whiterspoon y Kerri Washington. La miniserie se puede
ver en Amazon Prime. En un formato de melodrama clásico, con malos, muy
malos que reciben su merecido al final y buenos en extremo que finalmente
expían sus faltas al enfrentarse de lleno a la verdad y consecuencias de sus
acciones, Little Fires Everywhere cuenta la historia de dos mujeres una
blanca de clase alta, establecida en la sociedad de la pequeña ciudad de Shaker
en el norte centro de Estados Unidos. Elena Richardson madre de cuatro, maniaca
compulsiva por el orden y las reglas inviolables. En el otro extremo se
encuentra Mia Warren una afro americana quién en compañía de su hija
adolescente, Pearl (Lexi Underwood) recorre el país viviendo como indigentes, por
lo general en su automóvil y que una mañana aparece en Shaker.
Shaker es una
población que presume ser una de las primeras comunidades en integrar a las
poblaciones blancas y negras. Como una de las muestras de esto y un orgullo
para Elena, su hija mayor Elena, Lexie (Jade Pettyjohn) tiene un novio negro y
Elena no deja de presumir el papel que su madre jugó en esta integración en la
comunidad al marchar al lado de Martin Luther King. Sin embargo, son sus
prejuicios raciales los que la hacen tras avistar el auto de Mia con las dos
mujeres en su interior en las primeras secuencias de la serie alertar a las
autoridades de la presencia de este y las sospechosas mujeres en él. Mia Warren
consigue un trabajo como mesera de un restaurante chino en la ciudad. Mia
termina rentando a Elena un duplex, quien además le recomienda la escuela
preparatoria para su hija. Mia Warren consigue un trabajo como mesera de un
restaurante chino en la ciudad.
Como estudiante
Pearl conocerá a los hijos de Elena, Moody (Gavin Lewis) quien se enamora de la
joven, Trip (Jordan Elass) de quien se enamora Pearl y con quien pierde su
virginidad, A Lexie y la más pequeña de los Richardson Izzy (Megan Stott) una
joven al parecer introvertida, contestataria, lesbiana con inclinaciones
artísticas y que sufre de una depresión profunda por no atreverse a salir del
closet, pero también por el eterno rechazo que sufre por parte de Elena, para
Izzy su mejor confidente es su padre (Joshua Jackson) y no su madre. Izzy, sin
dudarlo, no solo es el mejor personaje de toda la serie, sino que la actuación
de la adolescente es extraordinaria y la manera con la que una mirada o un
gesto sutil se llenan de significados muy claros así lo comprueba.
Cómo buen
melodrama los opuestos se atraen y mientras Pearl se siente atraída por la
personalidad y estilo de vida de Elena, Izzy se siente seducida por la visión
artística de Mia.
Así como el
personaje de Izzy y la actuación de Stott son excepcionales, Reese Witherspoon
en el desarrollo psicótico y sociópata del suyo muestra su enorme capacidad
histriónica. Witherspoon logra dar a la serie esa maldad justificada en el bien
común que genera monstruos cuya vida es totalmente vacía. Empeñarse en
demostrar, sobre todo a sí misma, que es una ciudadana ejemplar y sin
prejuicios la lleva rentar el duplex a Mia de una manera injustificada y a
menor precio. Elena tiene la certeza de que lo ejemplar de su vida modelo es
mesurable, por lo tanto todo sigue un estricto orden, lleva una vida planeada,
organizada y medida en todos y cada uno de sus aspectos incluida su vida sexual
de pareja o la cantidad de vino que se permite beber en las reuniones. Por lo
mismo, Elena es un personaje que ejerce sobre sus hijos una enorme presión porque
quiere obligarlos a ser perfectos, para diferenciarlos de los otros chicos y
aunque hagan lo contrario como sucede con Trip que es el clásico deportista que
seduce a cualquier joven que se le ponga en mente por el simple hecho de
marcarla como otra conquista más, la negación de Elena por ver y aceptar la
verdad la mantienen en ese mundo perfecto en el que ella decide vivir. Lo mismo
sucede ante la acción poco ética de Lexi al utilizar un reclamo de Pearl sobre
discriminación racial en la escuela para hacer su ensayo de prueba para Yale
poniéndose ella como la víctima, o al no darle importancia al hecho de que
Lexie haya firmado en la clínica de abortos con el nombre de Pearl. Algo que
Elena utiliza para echarle en cara a Mia la madre irresponsable que es a
diferencia de ella. Pero sobre todo al ignorar de manera consciente y egoísta
las llamadas que desde la desesperación le hace Izzy, a la que siempre obliga
sin darle oportunidad a ser escuchada a entrar en ese mundo perfecto que se ha
construido.
Mia no es una
blanca paloma y su vida de indigente es la consecuencia de un secreto que la ha
obligado a llevar esa vida y arrastrar a Pearl a ella. Mia, por lo mismo es una
madre sobreprotectora, temerosa de perder a Pearl, lo que en un momento la
lleva a aceptar un empleo en la casa de los Richardson para poder vigilar de
Pearl, y protegerse a ella misma conociendo que dice Pearl acerca de su vida,
así como para mantenerla alejada de su atracción por el estilo de vida de los
Richardson. Mia se convierte así en la que busca los secretos de los Richardson
y en sus obras trata de reflejar esa falsa fachada de diversidad que se vive en
Shaker.
Existe otra subtrama
maternal que involucra a una migrante ilegal china Bebe Chow (Lu Huang) que a
su llegada a Shaker se vio obligada a abandonar a su hija recién nacida por
carecer de los medios para mantenerla. Por azares del destino se entera después
de un año y gracias a Mia que su hija está en manos de una de las mejores
amigas de Elena. y es así que descubre el destino de la bebé, la lucha legal
inicia y Mia tiene que vender una fotografía de ella, hecha por una amiga fotógrafa
y artista para pagar el abogado de Bebe, lo que la pone en las páginas de la
sección de arte del New York Time, el descubrir el artículo en las páginas del
diario termina por enloquecer a Elena que obsesionada ya por su inquilina, se
lanza en un viaje desenfrenado que busca encontrar motivos para destruir a Mia
cuyas consecuencias serán más catastróficas para ella y su familia que para Mia
y Pearl que viajaran juntas a un pasado perdido. La ley en Estados Unidos, lo
sabemos al comparar la diferencia para tratar a los protestantes negros, de
aquellos que son blancos, no es ciega y por lo general cuando es aplicada por
un anglosajón es igual de racista que hace cien años. Bebe es una víctima de
esa visión y pierde la custodia de su hija.
La serie inicia
con la mansión de los Richardson en llamas. El fuego purifica, el fuego limpia
y a lo largo de los ocho episodios de la serie entenderemos porque la casa
ardió a partir de pequeños fuegos iniciados en diferentes partes de la casa.
Little Fires
Everywhere es entre otras
cosas una reflexión sobre la maternidad, como lo es también sobre los grandes
fracasos y anhelos postpuestos que constituyen la personalidad madura de los
seres humanos. La serie enfrenta a estas dos mujeres de una manera que se
vuelve más común en la nación vecina donde los enfrentamientos raciales son
cada día más comunes, pero con el ingrediente que las minorías afro americana,
o mexico americana son cada vez más estudiadas y menos sumisas. Y al final el
rasero del melodrama tratara de poner a todos en su justo lugar, aunque sea de
una manera que todo quede consumido por las llamas.
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