jueves, 24 de junio de 2021

Disney+ a golpe de pecho.



El discurso esquizofrénico de la empresa es claro reflejo de esa sociedad racista, machista, clasista y misógina a la que representa.

Armando Enríquez Vázquez

Disney + la esperada plataforma de contenidos de video ha demostrado ya cuál será su política sobre sus contenidos. La necesidad de las empresas por satisfacer la demanda de sus clientes en ocasiones raya en lo absurdo o por protegerse de las críticas y reclamos de sectores de la población con poder adquisitivo y una nula tolerancia por su falta de conocimiento histórico y un exagerado compromiso con causas que está más cercano a la moda y un falso sentimiento de culpa. Lo que pone sobre la mesa un tema polémico; ¿Hasta dónde el intento por descalificar la historia y parecer auto crítico es válido o se trata únicamente de tapar el sol con un dedo en aras de la comercialización?

Esto viene por la advertencia que la plataforma ha decidido anteponer algunas de sus cintas que dice así:

El siguiente programa incluye representaciones negativas. Así como maliciosas y/o equivocadas estampas de personas y culturas. Estos estereotipos estaban mal entonces y siguen estando mal. Antes que eliminar este contenido, preferimos reconocer su impacto dañino, aprender de él e iniciar la conversación para crear un futuro más incluyente en el que estemos unidos. Disney tiene el compromiso de crear historias que inspiren y sean aspiracionales a las audiencias que reflejen la riqueza de la experiencia humana en todo el mundo.

Y después dirige al consumidor a una liga para dar a conocer las historias que Disney quiere contar hoy para limpiar su conciencia.

Las películas a las que Disney + ha decido de manera hipócrita y arbitraria etiquetar con esta advertencia no son precisamente cintas que se asemejen a El triunfo de la voluntad el famoso documental de la cineasta oficial del nazismo Leni Riefenstahl y que durante años se ha mantenido como prohibido en diferentes países. Tampoco se refiere a las películas que hacen una apología de los asesinos seriales y que en más de una ocasión han sido producidas por alguna de las compañías de Disney y en las que se promueve la misoginia, la violencia y la degradación del ser humano. Son cintas con las que más de una generación creció como Peter Pan, Dumbo, Fantasía, La dama y el vagabundo, El libro de la Selva.

Pinocho, Los tres caballeros y Hércules además incluyen advertencias sobre el consumo de tabaco en la cinta.

Si bien por una parte es importante alertar al consumidor sobre el tipo de contenidos al que va acceder, lo incomprensible es que una empresa con una doble moral, tan racista y misógina como lo ha sido Disney a lo largo de su historia y no solo en sus películas, recordemos que durante décadas Disney no contrataba mujeres para su departamento de animación, ahora venga a darse golpes de santidad frente a una de las audiencias menos críticas y más intolerantes como lo es la de los millenials.

La parte más importante de este tipo de advertencias no tienen que ver con la honestidad ética de Disney, si no con el mezquino hecho de no perder audiencias. Si somos severos con las cintas arriba nombradas muchas de ellas ya han sido destruidas por la mano de la doble moral de la empresa estadounidense que se ha encargado de reinterpretar de la forma más chabacana y light grandes clásicos de como Pinocho o El libro de la selva una de las joyas de Rudyard Kipling, eso sin mencionar obras a las que no se ha cansado de manosear como Winnie the pooh o Peter Pan obras importantísimas de la literatura infantil de principio del siglo XX que han sido banalizadas por Disney o de la manera que ha censurado obras tradicionales de la oralidad europea que han sobrevivido a los siglos, algunas de ellas rescatadas por investigadores y escritores como los hermanos Grimm e Italo Calvino y de la que únicamente le interesa a la empresa americana mantener derechos sobre las historias y los personajes, sin importar el daño cultural que han hecho a historias como Blanca Nieves,  La Cenicienta, La bella durmiente, Rapunzel entre otras.

Otro ejemplo de que Disney es una empresa únicamente centrada en sus ganancias fue la decisión de hacer del live action de Mulan al gusto y condiciones del gobierno chino con tal de ganar dinero. Las audiencias chinas habrán de dictar muchos modelos de negocio en un futuro muy próximo. Eso sin contar que sí usamos el mismo cristal utilizado por Disney muchas de sus producciones recientes no se escapan de esos estereotipos raciales o de género, empezando con Pocahontas, incluso se podría cuestionar las metáforas y analogías que cintas como la saga de StarWars o la misma representación de África del Rey León puede considerarse como racista y políticamente incorrecta, incluso podría interpretarse que para Disney la poligamia de Mufasa es la forma correcta de vida.

El discurso esquizofrénico de la empresa es claro reflejo de esa sociedad racista, machista, clasista y misógina a la que representa y que está llena de seres perversos y malignos que después servirán a alguna de sus filiales para hacer más cintas apológicas de asesinos seriales basadas en hechos reales. Las cintas producidas por Disney como Deadpool o Alien no se podrán ver en la plataforma, pero se exhibirán en otros medios del enorme conglomerado del entretenimiento donde esa honestidad ética no será jamás cuestionada, ni es necesario mentir acerca de ella.

Cada plataforma ha puesto en claro cuáles son las audiencias a las que quiere llegar en la diversidad y sobre todo lejos de entender la complejidad en la vivimos han decidido, este caso de Disney + es la más descarada en la intención de ganar audiencias a partir de un imposible complacer a todo el mundo a base de engaños y discursos sofistas.


Publicado en roastbrief.com.mx en enero de 2021

imagen Disney+

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