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miércoles, 31 de marzo de 2021

Ghostbusters a la inglesa.



No se trata de una serie de humor negro, es una simple parodia divertida y tropicalizada a Inglaterra. Frost y Pegg como siempre tienen su sentido del humor simplón, inocente y blanco.

Armando Enríquez Vázquez

A principios de siglo surgió una pareja cómica en Inglaterra; Nick Frost y Simon Pegg que nos hicieron reír con Shaun of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) Paul (2011) The World’s End (2013), entre otras y que ahora con una producción original de Amazon intentan crear una serie memorable. Truth Seekers.

Como en sus otras comedias la pareja decide parodiar un género y como en el caso de Paul la pareja es también la autora de esta versión muy inglesa de Ghostbusters.

Un instalador de Internet viudo, Gus Roberts, interpretado por Frost, que además se dedica a exorcizar espíritus, está estrenando y entrenando asistente Elton John (Samson Kayo) quien detrás de este obvio y falso nombre oculta un pasado traumático. En el curso de una investigación se une a la pareja una misteriosa joven de nombre Astrid (Emma D’Arcy) que es perseguida por extraños seres del más allá, el equipo lo termina de construir el jefe de Gus, Dave (Simon Pegg) y los secundarios: Helen (Susan Wokoma), la hermana de Elton, que como su hermano esta traumada por un evento en su infancia y quien además es agarofóbica y Richard (Malcolm McDowell), el suegro de Gus con el que vive.

Como en el caso de Ghostbusters, la historia de Truth Seekers es una historia de fantasmas y cosas paranormales, que se construye a partir de una creciente actividad paranormal y sucesos muy específicos que por insignificantes que parezcan son el inicio de un evento extraordinario. En la serie ingles se trata de una conspiración que lleva al menos una década fraguándose y que tiene como objetivo el que un supuesto experto en lo paranormal, Peter Toynbee (Julian Barrat), carismático y demente charlatán como hay muchos, logre partir a un mundo mejor por medio de un sacrificio colectivo de más de 200 de sus seguidores. Esta masacre debe llevarse a cabo durante un eclipse total de sol, así se abrirá el portal que permitirá a Toynbee acceder a ese mejor mundo. La muerte de la esposa de Gus y la presencia de Elton, Astrid y Helen están intrínsecamente relacionados con la misión que abra de ser revelada a Gus y que consiste en acabar con Toynbee, sin importar que al inicio de la historia lo admire y hasta planee irlo a ver a una conferencia a la que por una equivocación asistirá Richard y no él.  Obviamente nada es casualidad en Truth Seekers, pero muchas de estas acciones sí son causalidad.

 Como en otras de las historias protagonizadas por Frost y Pegg estamos frente a una comedia de errores, con una estructura narrativa redonda, no hay cabos sueltos y si uno observa con atención la historia tampoco existe ninguna vuelta de tuerca sorprendente. A pesar de parecer una historia simplona esta escrita con precisión y hasta bien planeada en su cliffhanger final.

No se trata de una serie de humor negro, no hay acidez. Es una simple parodia divertida y tropicalizada a la isla europea. Frost y Pegg como siempre tienen su sentido del humor simplón, inocente y blanco. La serie no tiene las estridencias y escatologías tan comunes en las historias estadounidenses. Como tampoco representa sorpresas en cuanto a otros trabajos de Frost y Pegg. La inclusión de un actor de la talla de Malcolm McDowell es un verdadero desperdicio y parece tener más un sentido comercial para vender la serie. Otro nombre que es sólo un anzuelo es el de Kelly McDonald, la extraordinaria actriz, que tiene un pequeño papel que la proyecta hacía la segunda temporada como un personaje relevante junto con Simon Pegg como los que mueven las piezas de un universo más maquiavélico que el planteado en la primera temporada. Dioses o semidioses que se divierten jugando con este mundo.

Thruth Seekers, no es una serie excepcional y está muy lejos de ser la mejor de 2020, pero vale la pena y se agradece que sin pretensiones, lugares comunes o discordancias logra su objetivo de entretener y provocar algunas carcajadas en el espectador. 

publicado originalmente en roastbrief.com.mx en noviembre de 2020

imagen Amazon Prime

viernes, 15 de enero de 2016

Chistes y sentido del humor.



Cuando algo resulta gracioso repásalo a conciencia en busca de una verdad oculta.

George Bernard Shaw,

Hace ya muchos años un conocido decía; no cuento chistes porque ya me los sé. Para todos, el chiste carece de chiste tras un tiempo, cuando ha agotado su novedad. El chiste es entones sólo un factor de socialización, no tiene nada que ver con una verdadera muestra de ingenio de una persona o de su sentido del humor, a menos de que esa persona se la creadora del chiste. El chiste cuenta con la memoria de las personas para existir.
Existe una gran diferencia entre crear y contar un chiste. Entre un chiste y el sentido del humor. El creador del chiste tiene la capacidad de observar una realidad y trastocarla de manera que resulte graciosa, ya sea a partir de un tema realmente banal o profundamente crítico. Crear un chiste requiere cierta agudeza mental, pero sobretodo requiere que se trate de una situación que se pueda transpolar en el tiempo y el espacio, que sea capaz de aceptar algunas transformaciones para adecuarse a diferentes grupos sociales y étnicos. Por ejemplo, los chistes que en América contamos acerca de españoles, en España se regionalizan a los gallegos y en Estados Unidos se refieren a los polacos.
El chiste puede pasar con pequeñas modificaciones no sólo de un país a otro, sino a través de las décadas aun cuando a pueda tender a parecer ingenuo a los de mayor edad pero causando la misma risa entre los más jóvenes que lo desconocen, que causó en su momento a quienes lo cuentan. Contar un chiste poco o nada nos dice del ingenio de una persona, en el mejor de los casos nos habla de su memoria, de su capacidad de retención. Nos habla de su necesidad de ser el centro de atención, de tener una audiencia que lo escuche. Son los comediantes de las reuniones sociales. El que crea un chiste demuestra talento, ingenio pero no por eso necesariamente demuestra sentido del humor. Muchos comediantes y escritores de sketches trabajan con formulas que han demostrado funcionar con las audiencias. 
El que escucha un chiste únicamente busca ser entretenido. Para eso prende la televisión o paga por un espectáculo. El chiste se convierte en un lugar común y sin embargo todos en algún momento del día buscamos ese chiste que nos dístense con una buena carcajada.
La palabra humorista describe a un personaje dedicado buscar el entretenimiento de los demás a través de chistes, situaciones y parodias y está totalmente alejado de aquellos que tienen sentido del humor.
Mientras que el sentido del humor no se limita a una línea escrita, a un dialogo, o a la memorización de situaciones o textos. El sentido del humor se manifiesta en la vida diaria de los que lo tienen y se expresa no como una búsqueda de un aplauso o una sonrisa. Cuando Groucho Marx escribió al renunciando al Friars Club, su audiencia eran sólo él y quienquiera que haya recibido la carta, quien seguramente debe haber estado más desconcertado que sonriente. Tampoco se le ocurrió a Bernard Shaw que su comentario al rechazar la invitación a una cena de vegetarianos trascendería, el dramaturgo inglés se limitó a decir. La simple idea de dos mil personas masticando apio al mismo tiempo me horrorizó. El desconcierto que estas actitudes y frases provocan tal vez la sonrisa del que los emite y en ocasiones de nadie más.
La risa pareciera ser el fin de ambas expresiones, pero eso no resulta del todo cierto.
Henri Bergson, en sus ensayos acerca de la risa explicó  se produce al romper con una continuidad. Un ejemplo, de esta estructura sucede en un microbús de la Ciudad de México. Un par de hombres disfrazados o pintados como payasos abordan el transporte, cada uno de ellos se posiciona en uno de los extremos del pasillo. El primero le grita al segundo:
-¡Oiga! ¿Usted sabe cómo hacen las vacas?
-¡Claro! – Responde, el otro hombre – Muuuuuu
- ¿Y los perros?
- ¡Guau! ¡Guau!
- Muy bien. ¿Y las ratas?
- ¡Saquen todo lo que traen! ¡Estos es un asalto!
En ese momento ambos supuestos payasos han sacado un par de pistolas y se disponen a desvalijar a todos los usuarios del transporte. Esto podría ser un chiste, pero, por ser realidad se convierte en un acto de macabro sentido del humor por parte de los asaltantes.
En la publicidad requerimos de más personas con ingenio que humoristas.

publicado en roastbrief.com.mx el 5 de octubre de 2015

jueves, 7 de enero de 2016

Groucho Marx a Woody Allen.



Si hay un personaje genial entre los cómicos norteamericanos del siglo XX es Groucho Marx, comediante, actor, conductor y escritor. 

Armando Enríquez Vázquez.

Groucho, cuyo verdadero nombre fue Julius Henry Marx y nació en Nueva York el 2 de octubre de 1890, se distinguió a lo largo de sus casi noventa años de vida por permanecer un tipo con gran sentido del humor, irónico, ácido y ante todo genial, las veinticuatro horas del día.
Además del cine, Marx condujo programas de radio y Televisión durante las décadas de los cuarenta y cincuenta en Estados Unidos. Groucho mantuvo una amistad con personajes tan dispares como el poeta T.S. Eliot, o Elton John al que se dice que llamaba John Elton, además de otros músicos y cómicos mucho más jóvenes que él como Alice Cooper y Woody Allen. Con la mayoría de sus amistades Marx desarrolló una relación epistolar.
Entre las cartas más famosas que escribió el comediante neoyorquino se encuentra una que dirigió a los directivos del Friars Club en Nueva York, al que pertenecía renunciado a su membresía, ya que Groucho: Nunca podría pertenecer a un club que lo tuviera a él como miembro.
En el caso de Woody Allen, la diferencia de edades era de 45 años, pero el joven cineasta, expulsado de la universidad, tenía grandes afinidades con el viejo comediante más allá y mucho más obvias que su religión. Sin Embargo en algún momento la correspondencia entre los dos comediantes se interrumpió debido a que Groucho no contestó una carta del cineasta, lo que tenía Woody Allen resentido con su amigo. Alguien comentó esto con Groucho y decidió entonces escribirle a Allen:
                                                                                                              Marzo 22, 1967.
Estimado WW:
Goodie Ace le contó a alguno de mis amigos desempleados que estás decepcionado o molesto o contento o ebrio porque no he contestado a la carta que me enviaste hace algunos años. Por supuesto que reconoces que no existe forma de hacer dinero contestando cartas, a menos de que se trate de cartas de Suiza o de la mafia. Te escribo con ciertas reservas porque estoy consciente de que estas haciendo seis cosas a la vez, cinco incluyendo el sexo y no sé de dónde sacarás el tiempo para contestar.
Espero que tu obra aun este en la cartelera cuando viaje a Nueva York la primera o segunda semana de abril. Debe ser una verdadera molestia para los críticos, que si mal no recuerdo le vaticinaron un fracaso por ser demasiado graciosa. Y como aun esta en cartelera, deben estar más que molestos. Lo mismo le sucedió a la obra de mi hijo, la que escribió con Bob Fisher. La moraleja es: Jamás escribas una comedia que haga al público reír.
Este problema con los críticos ha sido materia de discusión desde que hice mi Bar Mitzvah, hace casi cien años. Nunca le he contado esto a nadie pero recibí dos regalos cunado pase de la niñez a los que hoy supongo es la hombría. Un tío, personaje de mucho dinero, me regaló un par de largos calcetines negros, mientras que una tía que trataba de ganarme, me obsequió un reloj de plata. Tres días después de haber recibido los regalos, el reloj desapareció. La razón por la cual desapareció fue que mi hermano Chico no jugaba billar tan bien como él creía, así que lo empeñó en un establecimiento en la calle 89 y la Tercera Avenida. Un día en el que vagaba sin rumbo, descubrí mi reloj en el aparador de la casa de empeños. Si no hubiera sido porque tenía mis iniciales grabadas en él, jamás lo hubiera reconocido ya que el sol lo había oscurecido de tal forma que ahora era negro como el carbón. Los calcetines, que había usado a lo largo de una semana sin siquiera haberlos lavado, eran ahora de un verde mohoso. Esta fue mi premio por haber sobrevivido a lo largo de trece años.
Y esa es, de manera breve, la razón por la que no te he escrito en algún tiempo. Aún tengo puestos los calcetines, ya no son mis calcetines, ahora son parte de mis piernas.

Me mandaste una carta en la que decías que estarías por aquí en febrero y loco de alegría compre tantas carnes frías que las guardo en la caja de seguridad en lugar del refrigerador. Con ellas podría cubrir mis aportaciones a las caridades judías de Estados Unidos durante 1967 y 1968.

Creo que me hospedaré en el hotel St. Regis cuando este en Nueva York y por el amor de Dios para ya de tener tantos éxitos, me estas volviendo loco. Lo mejor para ti y para tu pequeñísimo amigo, tu pequeño palito.

Groucho.

En 1945, Tras la filmación de la película A Night in Casablanca Warner Brothers mandó una carta a los miembros de la película prohibiéndoles usar la palabra Casablanca, Groucho molestó escribió una carta a los Warner en la que entre otras cosas decía:

No entiendo su actitud. Ni siquiera el plan para estrenar su película. Estoy seguro de que el asistente promedio a las películas puede llegar a distinguir con el paso del tiempo entre Ingrid Bergman y Harpo. Yo no sé si podría, pero me gustaría intentarlo.

Reclaman que Casablanca les pertenece y nadie puede utilizar la palabra sin su permiso. ¿Qué hay acerca de Warner Brothers?  ¿Tambien es de su propiedad? Muy probablemente ustedes tengan el derecho de usar el nombre Warner, ¿Pero qué sucede con la palabra hermanos? Profesionalmente, nosotros somos hermanos mucho antes que ustedes… y aun antes de nosotros ha habido otros hermanos: Los hermanos Smith, Los Hermanos Karamazov, Dan Brothers que es un Jardinero de los Tigres de Detroit y Hermano, ¿tienes un centavo que compartir?, (en un principio era Hermanos pero hacía que la repartición fuera muy miserable así que sólo uno de los hermanos se quedó con el dinero, por eso se cambió a Hermano, ¿tienes un centavo que compartir?)

Marx era un hombre de una gran ingenio y no sólo por lo que decía en sus cartas, o lo que escribía para sus películas, se dice que en cierta ocasión un hombre lo reconoció en un restaurante y le pidió que porfavor unsultara a su esposa que era una gran admiradora del cómico y sus bromas pesadas, que eso la haría muy feliz. Groucho se limitó a contestarle al hombre:

­- Señor, usted realmente me sorprende, con una esposa como esa, usted debería ser capaz de inventar sus propios insultos.


Todo esto, no sólo para hablar de un comediante genial, sino para demostrar que la creatividad y la genialidad como muchas otras cosas no se aprenden en manuales, si no practicándolas y tampoco están sujetas a un horario o lugar, están grabadas en la personalidad de cada uno.

publicado en roastbrief.com.mx el 28 de septiembre de 2015

lunes, 24 de febrero de 2014

Perros, yoga y soledades.


Contra el mal de soledad de nuestros tiempos los remedios y pretextos más absurdos.
Armando Enríquez Vázquez.

Cuantas veces en las películas, la literatura y la vida misma no hemos visto como guionistas y creadores recurren a ese lugar común de la solterona beata, que acude a la iglesia mañana tarde y noche, no a rezar, ni siquiera a llevar una vida piadosa ayudando a la corte de indigentes y viciosos que deambulan por los atrios de las iglesias en busca de una limosna y de un autor digno de Dickens, Fernández de Lizardi o Balzac. No, estos monstruos, que ni Lovecraft hubiera descrito, encuentran su existencia regida por la crítica a sus semejantes y confunden su frustración sexual y existencial con la sabiduría.
Y sin embargo el arte que es más sabio que la naturaleza, ha permitido que esta lo imite y ha creado este tipos de seres en la vida real; Todavía en algunas iglesias vemos a estos ejemplares caricaturizados con sus negras mantillas y las canas que les llegaron desde los 20 años de purititas ganas. Son el último resabio de una era de rosarios, misales y hartas ganas de pecar hasta perder cualquier dejo de santidad.
Sin embargo la evolución de la sociedad, la muerte de Dios y las feminazis, han hecho que las nuevas solteronas no vistan de negro, ni se escondan en los susurros envidiosos, calenturientos y fantasiosos del confesionario. Todas sus fantasías sexuales han sido sobrepasadas por la promiscuidad y la revolución sexual. A pesar de ello, las nuevas solteronas siguen teniendo una serie de ritos y lugares comunes con las que no es difícil reconocerlas.
Hace un par de meses camino a la casa vi a un grupo de solteronas de treinta y tantos, esa edad en la que se preguntan por qué los patanes que tanto las excitaban terminaron casándose, con las noñas, las moscas muertas, las princesitas que entre Disney y el Marqués de Sade, bebían a sorbos sus tragos y con gran ironía sonreían ante las carcajadas insolentes de las chicas divertidas, porque bien sabían que el que la ultima risa es la ganadora y como buenos cazadores esperaron lo suficiente. De este grupo de treintañeras, sentado en la terraza de uno de esos restaurantes que se han apropiado de la mitad de las banquetas en ciertas zonas de nuestra ciudad,  Mujeres sanas, a punto de perder esa virginidad que desaparece con el soplo del viento del olvido, que termina matando. Frente a ellas copas de vino llenas por arriba de la mitad y mientras pasaba por el lugar escuché a una de ellas decir con esa desesperación que encierra la soledad.
- Todas queríamos un príncipe azul y resulta ahorra que todos son gays.
Tal vez dentro de uno o dos lustros, todas las que estaban sentadas en esa mesa estén sentadas en las bancas de una sesión de doble A.
Entre las solteronas desesperadas hay varios sintómas, hace algunos años muchas mujeres al llegar a cierta edad y enfrentar el panorama de la eterna soltería, de pronto se vestían con el piyama todo el fin de semana, con una cubeta de helado o palomitas de maíz y gatos a su alrededor. Pero como los gatos, son soberbios y tiene personalidad, optaron por dejar a esas mujeres que pretendían alimentarlos con incomibles palomitas de maíz y salir por la ventana a buscar gatas en celo. Las mujeres decidieron reemplazarlos con el único animal zalamero capaz de mover la cola ante las más denigrantes formas de trato que un animal pueda tener que va desde los sermones de sus amos, hasta las indecorosas maneras de disfrazarlos, sí, me refiero a los perros.
Muchos seres humanos en esta época, creen que los animales y en especial los perros son no sólo el mejor amigo del hombre, si no el mejor sustituto de otro ser humano; la solución ideal para su incapacidad de comunicarse con otras personas, resultan ideales para establecer cualquier tipo de relación con ellos; amistad, familiaridad, odio, rencor y sobretodo amor. El perro entonces se vuelve no solo esa media naranja perdida, sino el verdadero centro del universo de estas mujeres que lo primero que le hacen saber a una persona que acaban de conocer, es la raza, edad y cartilla de vacunación del canino, así como su más reciente achaque y si se puede introducir en la conversación el del perro también. En cuanto a los extremos nunca falta la que opta de manera más radical por el camino de la zoofilia.
Cientos de mujeres andan por las calles, parques y la vida con un perro en el extremo de la correa que llevan en la mano y nada más. En la otra mano llevan una bolsa de plástico para las heces de su perro. O sea que de cualquier manera, sea humano o mamífero, su otra mitad la atiborra con muchas mierdas que llevar a cuestas. 
La mayoría muestran caras de palo como prefiriendo dramáticamente que uno trate de adivinar el subtexto de su infelicidad. Miran al perro, como quien contempla a un madero en la mitad del océano. Creen profundamente que son alguna especie de Dr. Doolittle, capaz de entablar una comunicación directa con su can y entender sus necesidades, deseos y caprichos. El primero de los cuales por lo general si se trata de un perro macho es castrarlo.
¿Pero qué pasa con la espiritualidad? Crudas, con perro, la mañana debe ofrecerles algo por lo que levantarse. A la nada del mundo contemporáneo, la soltería responde de manera histérica con cualquiera práctica esotérica. En ciertos sectores de la sociedad chilanga es fácil ver a mujeres con tapetes de yoga al hombro, enrollados cruzando su espalda, con miradas adustas y sonrisas similares a las de una máscara de un tótem asegurando ser felices, de la misma manera que lo hacia esa tía abuela que siempre enlutada para evitar desatar el deseo, dudosamente o  ilusamente de los hombres a los ochenta años, afirmaba, rosario en mano y la estampita de San Antonio de Padua de cabeza entre los senos caídos como frutos secos por el sol, que había tenido una vida dichosa. Mujeres que creen en ángeles que las cuidan y protegen en el paraíso terrenal. Mujeres que hablan de la tercera dimensión, sin saber que el mismo hecho de existir las pone ya en una cuarta dimensión. Mujeres que meditan y cuyo mantra favorito se reduce a tener encuentros cercanos de todos tipos. Y que mientras armonizan su yo interno y hablan de desapego, se agachan para con la mano envuelta en una bolsa de plástico recoger las heces de su perro.
Las veo en los cafés de la Roma despotricando frente a su instructor de yoga, y con una taza de chai enfrente,  de las compañeritas del grupo. Lamentándose de que Lolita no pueda darse cuenta de que le falta mucho para llegar a la conciencia máxima y disfrutando de tomar clases con Graciela aunque ese viaje, la interlocutora, ya lo haya superado hace muchas vidas.
Llevan a cabo todos los ritos de la soltería católica apostólica y romana disfrazada de herejías que el Papa desaprobaría y combinándolas de tal modo que hasta el mismo Sai Baba reprobaría. Las combinaciones, como en el caso de los cocteles son todas válidas; Tarot con limpias, ángeles y tibetanismo, ascetismo hindú con Temazcal y por supuesto no faltan las invenciones que llegaron de California con el new age y los enormes malls; las runas celtas, el horóscopo maya, El Secreto y piedras mascotas, todos tan falsos como una moneda no perforada del hoy olvidado I Ching.
Hoy cuando más comunicados estamos, cuando no es difícil encontrar a los que queremos y buscar nuevas amistades. Muchos seres humanos van del I Will Survive de Gloria Gaynor al Cover de REM, pasando por la versión cumbiera de las Merenbutis.
  
Publicado en palabrasmalditas.net diciembre 2013
Imagen:jokeroo.com