E. J. Cossman fue un
hombre que tuvo la visión de especular, hacerse con los derechos y
comercializar sencillos inventos, incluso sus propias ideas, para hacer una
gran fortuna.
Armando Enríquez Vázquez.
Inventiva, perseverancia y atreverse a tomar ciertos
riesgos, no sin antes valorar la situación hicieron de este hombre uno de los
empresarios más exitosos de Estados Unidos en la segunda mitad del siglo pasado
y es muy probable que nunca hayas escuchado hablar de él.
Pero tal vez si hayas escuchado hablar de algunos de los
productos con los que comenzó a crear su fortuna; Las granjas de hormigas o el
tirapapas, fueron productos dirigidos a los niños que Cossman supo
comercializar.
Cosmman inició su vida laboral siendo un adolescente y
vendiendo productos de puerta en puerta. Durante la II Guerra Mundial fue soldado
durante y después aprovechando oportunidades para vender diferentes productos
creó una fortuna. Creó una empresa de ventas por correo a la que llamó E.
Joseph Cossman & Co. con su cuñado Milton Levine. Más tarde comenzó a
vender su experiencia como vendedor y se convirtió en un conferencista y autor
de libros importante.
Eli Joseph Cossman nació en la ciudad de Pittsburgh en 1918,
el 13 de abril. Como el mismo dice en uno de sus libros de superación personal
y visión empresarial a su regreso de la guerra miraba los diarios todos los
días en busca de una oportunidad y fue ahí que descubrió que había una empresa
que ofrecía jabón rallado a granel, conociendo la necesidad existente en
Europa, tras la guerra por productos de higiene personal, Cossman se dedicó a
tomar órdenes de venta y después negoció con la fábrica que vendía el jabón y
de esta manera hizo el primer gran negocio de su vida. Cossman, sin embargo, se
volvió muy famoso y extremadamente rico gracias a dos productos infantiles; el
tirapapas y la granja de hormigas.
Cossman no inventó ninguna de las dos, sin embargo, supo
aprovechar muy bien las ideas de otros. En el caso de la granja de hormigas en
algún momento Cossman disputó con su cuñado el hecho de haber inventado el
juguete, pero al final abandonó la disputa y hoy para cierto número de personas
el inventor del juguete fue Milton Levine, aunque existen datos de que en 1931
un profesor de Dartmouth College de nombre Frank Austin registró y patentó la
idea, fueron Lavine, conocido como Uncle Milton y Cossman los que produjeron el
juguete en grandes cantidades y quienes innovaron en el producto resolviendo
diferentes problemas que se les presentaron con el tiempo. Desde la
distribución, hasta el cómo obtener la cantidad de hormigas necesarias para surtir
la demanda del producto. Finalmente la sociedad se deshizo y Uncle Milton creo
su propia empresa que hasta la fecha existe y sigue vendiendo entre sus
diferentes productos estas granjas de hormigas.
Más tarde en su vida, a E. J. Cossman una empresa dedicada a
hacer objetos de metal le llamó para intentar venderle un equipo de 6,000
dólares en 600. Cuando Cossman preguntó que hacía la maquinaria la respuesta
fue pistolas que disparaban trozos de papa. Cossman entonces averiguó no sólo
entre los jugueteros que pensaban acerca del juguete, quienes lo pusieron en
alerta de como el juguete había fracasado años antes por no ser muy bien visto el
desperdicio de comida durante los años de la II Guerra Mundial. Aún, así
Cossman creía que el juguete podía ser un hitazo y decidió consultar con el
Departamento de Agricultura de Estados Unidos la situación del cultivo de papa
en ese país. Para su sorpresa obtuvo como respuesta que en ese momento Estados
Unidos gozaba de una abundancia del producto, por lo que Cossman decidió
producir el juguete y ponerlo en venta. Otra vez logró un gran éxito con la Pistola Tirapapas, que así se le
conoció en nuestro país y en el país del norte como Spud Gun.
Entre otros de los productos que Cossman hizo populares se
encuentran las cabezas encogidas y un insecticida en forma de pastilla que en
Estados Unidos se conoció como Fly Cake. Hacía
la década de los años setenta Eli Joseph Cossman se dedicó a impartir
seminarios y vender sus ideas en forma de libros, como la fórmula para hacerse
millonario. Claro que él lo logró, como suele suceder con este tipo de
personas.
Cossman creía que lo que hacía a una persona capaz de volverse
rico dependía de sus ideas, únicamente de ellas y de la capacidad de llevarlas
a cabo.
E.J. Cossman murió a los 84 años de edad en Palm Springs
después de haber sufrido un ataque de apoplejía el 7 de diciembre de 2002.
publicado en thepoint.com.mx el 23 de enero de 2017
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