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lunes, 15 de abril de 2019

La educación superior que no importa al gobierno.




Para un hombre como Andrés Manuel López Obrador que tardó 14 años en titularse como licenciado en la UNAM el desprecio por la educación superior es más que clara.

Armando Enríquez Vázquez

Leo con sorpresa en portal de Animal Político cómo una de las universidades fundadas por Morena decidió de buenas a primeras desaparecer la carrera de ingeniería de computación debido al bajo número de estudiantes y la falta de presupuesto para mantener a los docentes de la carrera. Esto sucedió en la llamada Escuela de Ingeniería Heberto Castillo ubicada en la alcaldía de Tláhuac en la Ciudad de México. Concluyó entonces; el gobierno supuestamente de izquierda abandona de esta manera a jóvenes que tenían ya hasta seis semestres de estudios y estaban empezando a cimentar su futuro.
Uno más de los problemas que se ha minimizado en el gobierno de la 4 T es el asunto de las universidades públicas y la educación superior. El ejemplo más patente es la huelga de la Universidad Autónoma Metropolitana, que lleva ya más de 70 días y no le importa de ninguna manera a un gobierno que en teoría está preocupado por los jóvenes y su futuro.
Pero el problema no es único de la UAM, diferentes universidades públicas a lo largo y ancho del país lo vienen sufriendo, la Universidad de Chapingo esta parada desde hace mes y medio, la de Sonora levantó el fin de semana la propia que duró por suerte para los estudiantes sólo 10 días. Están también los amagos y paros que trabajadores de la UNAM han hecho en algunos CCH clamando aumentos salariales.
En ese sentido el presidente López Obrador no ha mentido los primeros meses de su sexenio han marcado el mayor aumento porcentual al salario mínimo de los trabajadores mexicanos. Desgraciadamente, esto no quiere decir que se haya recuperado el poder adquisitivo de los mexicanos después del fraude de política laboral que se mantuvo en México desde tiempos del asesino de Luis Echeverría, quien atentó en contra de los mexicanos desde la misma tribuna de la demagogia que hoy utiliza López Obrador y que se agudizó con presidentes como Salinas, Zedillo y Fox y Peña Nieto, quienes favorecieron a los patrones con su nula preocupación de la política laboral del país.
El presidente aún tiene cinco años de trabajo para lograrlo, por lo que parece muy sospechoso el actuar de los grupos de trabajadores de la educación superior que insisten en aumentos inmediatos de una manera por demás sospechosa y de una forma que no se habían atrevido a hacerlo durante sexenios pasados. La pasividad del presidente, del secretario de educación y de la secretaria del trabajo son extrañas, por decir lo menos.
Andrés Manuel López Obrador prometió la creación de nuevas universidades en las que piensa adoctrinar a la juventud con su populismo, por lo que no parecen interesarle las instituciones existentes, de otra manera no se entiende, su recorte a los presupuestos universitarios y su desprecio por la UNAM a la que pretendía en un error de máquina quitarle la autonomía. Una promesa de este tipo parece tonta, cuando la mejor medida consiste en aumentar el presupuesto a instituciones tan importantes como la UNAM, UAM, El IPN así como a las universidades estatales que tiene el cuerpo docente capacitado por un lado y el reconocimiento internacional al menos en el caso de las tres primeras, por el otro. La preocupación del presidente por los jóvenes que ni estudian ni trabajan, se resuelve de la peor manera dándoles dinero y no procurando el crecimiento del número de mexicano capacitándose para el futuro en universidades y escuelas técnicas.
Como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y en otro de sus actos de demagogia pura López Obrador fundó la Universidad Autónoma de la Ciudad de México que sus casi veinte años tiene un bajísimo número de egresados y el nulo seguimiento por parte de las autoridades de la Ciudad. Demostrando el desprecio del presidente por la educación y su obsesión por construir clientela a cómo de lugar.
Quienes vivimos en la CDMX sabemos que el crecimiento de empleo que le ha preocupado a la izquierda desde que López Obrador gobernó la ciudad es el aumentar el número de albañiles y trabajadores de la construcción, quienes además son trabajadores eventuales. Hoy esos trabajos de mala calidad que plantea el presidente y que sólo ahondarán en la pobreza y las clientelas partidistas se encuentran en los constructores del Tren Maya y los campesinos que habrán de sembrar el cacao que incrementará de manera sustancial la riqueza de Arturo Romo.
El rezago educativo en México inicia desde que en ciertos estados y ahora parece que en todo el país la CNTE manda y doblega a autoridades locales, gobernadores y al presidente, quien ya no ve lo duro si no lo tupido, con los golpeadores que lo apoyaron en la campaña y hoy exigen su “pago”. El presidente parece carecer de la fuerza necesaria para enfrentarse a la coordinadora y recula en agravio de todos los niños del país. El asunto no es moral y ni tiene que ver con el civismo como pretende el presidente, es mucho más grave y básico, la educación en México es una porquería debido a la falta de pantalones de los diferentes presidentes frente a los líderes sindicales. No se puede permitir lo mismo con los líderes de los sindicatos universitarios que ya llevaron a las casetas de peaje su problema incapacidad de dialogo, al final del día somos los ciudadanos a través de los diferentes impuestos los que pagamos sus sueldos, así que lo que hacen en las casetas de peaje es un robo al erario de la nación que el presidente y las autoridades permiten sin problema alguno.
¿Es el sindicato de la UAM sordo e incompetente a entender el momento de austeridad que vive el gobierno o simplemente sus dirigentes son otros de esos cabecillas charros maiceados por un gobierno empeñado en acabar con la masa critica y pensante en el país? Queda claro que a López Obrador la ideología de los universitarios no le importa, solamente los desprecia por estudiar y querer ser alguien independiente en la vida. Su pasividad así lo demuestra.

lunes, 18 de junio de 2018

La reforma educativa de Andrés Manuel




Celebro la idea de una mejora en la educación de los mexicanos, pero me surgen una serie de dudas acerca de cómo piensa implementarla Andrés Manuel.

Armando Enríquez Vázquez

Una de las promesas de campaña de los candidatos de Morena y uno de los estandartes de Andrés Manuel es la propuesta de una educación de calidad y gratuita en todos los niveles. Una idea excelente, una idea que contrasta, en teoría con la reforma administrativa que implantó el gobierno de Enrique Peña Nieto, una reforma educativa que favorezca a la población, a los jóvenes estudiantes.
Yo celebro la idea de una mejora en la educación de los mexicanos, pero me surgen una serie de dudas acerca de cómo piensa implementarla Andrés Manuel.
1.- Tan amigo de los maestros vagos de la CNTE y del SNTE, esta demostrado su apoyo a las secciones oaxaqueñas de la coordinadora, así como a los más cercanos a la maestra Elba Esther Gordillo, ¿cómo piensa hacer trabajar a estas personas en aras de una educación de calidad para los niños que acuden a las aulas que estos granujas dejan vacías? Ya se nos olvido que Flavio Sosa uno de los principales terroristas en contra de la educación de los niños oaxaqueños tenía a sus proles en las escuelas caras y privadas de la capital del estado y hoy es miembro del partido satélite de Morena el PT.
¿Cómo va López Obrador a convencer a este sector de profesores sindicalizados, tan reacio a trabajar, a actualizarse y a entender que la educación en el mundo ya cambió, a aceptar la reforma que él plantea?
2.- En el caso de la educación superior, refiriéndonos a licenciaturas ¿dónde va a acomodar a todos los aspirantes a plazas de estudio?
Con la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, Alejandra Barrales del Frente por el Cambio, propuso en el primer debate de candidatos de la Ciudad de México, hacer en ese enorme terreno un campus de las tres principales de universidades públicas de la nación; UNAM, IPN y UAM. La idea ambiciosa en sí es una estupenda respuesta para poder atender a la demanda de estudiantes, claro que un desarrollo así no se construye en dos patadas pero es una excelente idea y valdría la pena que Andrés Manuel la retomara, la otra sería que en caso de que López Obrador llegue a la presidencia además de ese terreno, y una vez concesionada la construcción del nuevo aeropuerto, puede también ceder el terreno de la SCT con los edificios dañados por el sismo del 19 de septiembre del año pasado, para una nueva escuela de la Preparatoria de la UNAM y una Vocacional del IPN. Sería una solución extraordinaria y ayudaría a satisfacer la demanda estudiantil. Hay que aclarar que la nefasta Claudia Sheinbaum propuso construir complejos habitacionales en el terreno del actual aeropuerto.
3.- La idea de apoyar la educación en todos los niveles debe contemplar presupuestariamente también a los estados y las universidades públicas estatales, este presupuesto debe ser manejado de manera transparente y lejos de las manos de los corruptos líderes sindicales que se han hecho millonarios con esos presupuestos.
Por lo que el presupuesto que presente al Congreso de la Unión deberá incrementarse de manera muy significativa en el rubro de la educación. ¿Alcanza el presupuesto del país para esto? ¿Qué secretarías u organismos descentralizados tendrá y está dispuesto a desaparecer Andrés Manuel en caso de ser presidente para lograr su noble propósito?
4.- Como el asunto de la reubicación de las Secretarías de Estado, la idea de impulsar la educación de calidad y universal gratuita en todos los niveles y en todo el país es una idea de gran esperanza, promotora de bienestar y crecimiento. Además de empleo en todas las entidades y la muy necesaria descentralización. Si los jóvenes de Chihuahua, Sonora, Chiapas, Oaxaca encuentran satisfechas sus expectativas académicas en las universidades de sus entidades con excelentes maestros, un gran nivel académico y de investigación vale la pena apoyar a López Obrador si llega a ser presidente.
Pero si el candidato es el primer aliado de Elba Esther, de los maestros de la CNTE, ¿qué nos asegura que no se pondrá del lado de los líderes sindicales tanto de trabajadores, como de académicos y administrativos de las universidades para acabar con la inversión en los bolsillos de estas voraces rémoras que atentan de manera directa contra la educación de los mexicanos? Algo que nunca explica el tabasqueño es su estrategia para implementar sus propuestas, en el caso de la educación y debido a sus siniestras alianzas con la corrupción del sistema educativo, sería bueno saber como piensa lograr sus dichos.
Yo no voy a votar por López Obrador, pero sí resulta electo presidente me queda una pequeña, casi nula esperanza de que todo ese paraíso que pinta desde hace 18 años pueda ser realidad, aunque sea en materia de educación, que de ser así lo demás es pan comido.

publicado en Blureport.com.mx el 13 de junio de 2018