De campañas sucias, vituperios y cinismo institucional.
Armando Enríquez Vázquez.
Si hay un lugar común que nos debe ofender a los ciudadanos
por sus falsos y puritanos golpes de pecho, es esa tontería de la que abusan
los lectores de noticias cuando hablan con desprecio y horror de las campañas
sucias de los partidos políticos.
En el planeta de la perfección donde los cándidos lectores
de noticias viven, nadie puede agredir a nadie, no se vale sacar los trapitos
sucios al sol de los políticos y mucho menos cuando estos pertenecen al PRI que
amenaza a sus patrones y sus concesiones en los espectro mediáticos.
Las campañas sucias en teoría están plagadas de vituperios,
de calumnias y falsas acusaciones. Pero decir y subrayar los errores y abusos
del enemigo político no tienen nada que ver con una campaña sucia.
Desgraciadamente ni los medios, ni el INE parecen conocer la
diferencia entre una verdad y una calumnia. Tal vez resulte molesto para la
presidencia reconocer que 200 personas viajaron en el séquito del presidente en
su visita a Londres, pero el número de personas está documentado. Probablemente
a los estrategas de las reformas de Peña Nieto les reviente el admitir que el
precio de la gasolina es mucho más caro que en Estados Unidos que no es un país
productor, pero las cifras que marcan las bombas de las gasolinerías no
mienten. Lo mismo debe suceder en el PAN al reconocer que su gobernador Padrés
se mandó construir una presa en beneficio de sus tierras y las de sus
familiares, Qué sus legisladores predican una moral digna del manual de Carreño
y actúan con un libertinaje digno de la Francia de finales del siglo XIX. No
que decir ya del PRD o peor aun de morena que no va en al último y con letras
pequeñitas en lo que a corrupción y nexos con el crimen organizado se refiere y
en eso baste recordar el caso iguala y las primeras referencias de Abarca y los
miembros de morena.
Las decisiones del INE son una afrenta para todos los
mexicanos. No solo no saben los consejeros distinguir entre la calumnia y los
hechos reales, si no que desde el doble discurso de una falsa moral democrática
pretenden retirar spots a manera de la censura de una dictadura, mientras el
Partido Verde se burla de la constitución, de los mexicanos y del INE, al
violar de manera repetida y sin pudor alguno las leyes electorales de nuestro
país, sin recibir por parte de este más que amonestaciones y multas que
cínicamente el partido paga con el dinero de los ciudadanos. Violar la ley de
manera repetida y con conocimiento de causa equivale a la cancelación inmediata
del registro. Sin embargo el Instituto y los consejeros encabezados por el
Consejero Presidente Lorenzo Córdova se sienten más cómodos fungiendo como
damas decimonónicas asustadas por las cosas que se dicen entre partidos, entre
candidatos que ejecutando sus funciones.
A pesar del soponcio que le da a Córdova el escuchar estos
spots, nada de lo dicho es falso, ni exagerado. Los ciudadanos somos los que
debemos decidir si queremos votar por un partido con un presidente con relojes
carísimos producto de años en la política u por el que proclama ser el defensor
contra la corrupción pero llegado el momento agacha la cabeza y vota como le
dice el partido en el poder. Es claro que el PAN solo sabe votar como el PRI se
lo ordena y se mimetizan en el partido en el poder cuando les conviene como lo
muestran sus spots de propaganda en contra uno del otro que son exactamente
iguales. La gente no puede distinguir quien se anuncia si los azules o los
rojos.
Esas campañas ideales con las que sueñan los consejeros del
INE y los comentaristas de radio televisión y periódicos no puede existir en
México, en un país donde la realidad nos sorprende cada mañana con actos de corrupción,
de nexos escandalosos entre el crimen organizado y el PRI, cuando todos los
días descubrimos que ha sido más fácil para operadores del gobierno encargados
de lograr la paz, decidir por el asesinato. Cuando la prepotencia y la
impunidad son nuestro pan diario. ¿Cómo espera el INE que las campañas hablen
de propuestas y de ideas, sí los supuestos legisladores carecen en su mayoría
de voluntad propia? Sí dependen de los caprichos y voluntades del presidente o
de los presidentes de sus partidos en el último de los casos.
En
México no hay campañas sucias hay políticos sucios hablando de sus sucios
rivales. Hay partidos sucios burlando de sucia manera las leyes de México. Que
no nos confundan ni el INE, ni los lectores de teleprompter; la suciedad no
está en las campañas sino en todos aquellos que con su mal ejercicio en la
función pública, las legislaturas han hecho de nuestro país el segundo en el
mundo en impunidad y tal vez el primero en cinismo.publicado en blureport.com.mx el 22 de abril de 2015
imagen: betanews.com
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