Un personaje perdido
en la noche de los tiempos se convirtió en un relato del siglo XIX y se volvió a
perder en la historia.
Armando Enríquez
Vázquez
En 1095 el Papa Urbano II atendiendo la petición de Alejo I,
Emperador de Bizancio, convocó a los católicos de Occidente a liberar Jerusalén
de las manos de los musulmanes, dando así inició a la primera cruzada.
Entre los nobles que participaron en la misma se encontraban
un joven matrimonio que se lanzó a luchar contra los musulmanes para defender
la fe cristiana Sweyn El Cruzado y su esposa Florine de Borgoña.
Florine era la hija del duque Odo, también conocido como Eudes
Borel o Borrel de Borgoña nació en 1083, poco o nada se sabe de su educación y
su vida, pero en 1097 salió acompañando a su esposo Sweyn El Cruzado y al mando
de unos 1500 soldados rumbo a Tierra Santa, en su paso por Turquía tenían que
pasar por Capadocia, que era paso obligado para llegar a Jerusalén. En esa
época esa zona del mundo se encontraba bajo dominio de los Seléucidas.
Capadocia es una región de Anatolia, llena de historia y por
su paisaje singular llena de estrechos pasajes, de montañas y de picos de roca,
fue nombrada en 1985 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En uno de esos lugares se presume que las tropas de Sweyn y Florine
fueron emboscados pereciendo todos, Florine luchó a la altura de los hombres,
pero la superioridad de las tropas Seléucidas y su posición estratégica acabaron
con las fuerzas cristianas. Los hechos sucedieron en 1097. Florine tenía 14
años.
La historia de Florine y Sweyn quedó olvidada como una
cruenta anécdota más de la Primera Cruzada. En el siglo XIX el escritor irlandés
William Bernard McCabe escribió una novela basada en la duquesa francesa y su
esposo, reviviendo así la historia de la adolescente muerta en lo que hoy es Turquía.
El titulo de la novela es Florine
Princess of Burgundy. La obra literaria se publicó en 1855.
En 1877, el extraordinario grabador Gustavo Doré creó una lámina
para ilustrar la Biblioteca de las Cruzadas, que pretende reunir la historia de
la lucha de los cristianos por Jerusalén, representando a la joven luchando
contra los turcos. Doré decidió retratar a la joven montada en su caballo,
espada en mano luchando contra un fiero jinete turco mientras que en suelo yace
otro jinete cristiano herido. La historia original cuenta de manera diferente
la muerte de la joven. Pues, aunque seguramente montaba su corcel, la emboscada
la perpetuaron arqueros turcos. Algunas crónicas de la época nos cuentan que al
menos 15 flechas atravesaron el cuerpo de Florine.
Florine de Borgoña, no fue la única mujer en participar en
las diferentes cruzadas, tampoco estamos hablando de la más afamada, pero su
historia resurge de vez en cuando, tal vez por la edad de la joven, tal vez por
su fe, tal vez porque al final toda historia de amor y muerte nos sigue cautivando.
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