miércoles, 17 de julio de 2019

Días de robots y ciencia ficción.



Una extraordinaria propuesta de ciencia ficción animada que pone a Netflix en el total liderazgo en la materia.

Armando Enríquez Vázquez

Tres robots visitan las ruinas de una ciudad mucho tiempo después del Apocalipsis. El congelador de un viejo refrigerador sirve como lugar donde se desarrolla la civilización humana. Una luchadora capaz de poseer el cuerpo de una bestia enfrenta a nuevas criaturas. Una criatura mitológica evoluciona con la ayuda de un hombre conforme la civilización y la tecnología transforman las tradiciones rurales de China. La testigo de un crimen habrá de huir del asesino sólo para llegar al mismo punto de partida. Hombres lobos en el ejercito americano. Misiones perdidas en los límites del espacio. Un hombre que vive en un basurero y su extraña mascota. Una piloto de guerra y su extraordinaria nave.
Todas estas historias y otras forman parte de una antología de animación producida por Netflix bajo el nombre de Amor, muerte y robots. 18 historias de ciencia ficción en la que estos temas son el centro de las anécdotas. La serie cuenta entre sus productores ejecutivos a David Fincher, quien inició la aventura de la producción propia dentro de Netflix, callando a todos aquellos que decían que las series en internet eran imposibles al adaptar a la política norteamericana la gran serie británica House of Cards y mejorarla con creces.
18 historias independientes de entre 6 y 18 minutos de duración, que no necesitan verse en un orden en particular y todas con técnicas de animación diferentes. Algunas de ellas se pueden ver infinitas veces, lo que habla muy bien de la serie y muy bien de todos los elementos que la componen; animación, guiones, actuación, en este caso la locución. Un proyecto que involucró a 14 empresas dedicadas a la animación.  La serie de ciencia ficción tiene sus altibajos y aunque en general se puede decir que pasa la prueba, es importante reconocer que existen episodios que debieron de ser descartados al final de la producción.
Amor, muerte y robots, me recuerda una revista que me encantaba durante los años ochenta que se llama Heavy Metal, la cual incluso produjo en 1981 una película con algunas de las mejores historias aparecidas en la revista y que representaban el principio de las novelas gráficas de ciencia ficción. La revista como ahora Amor, muerte y robots tenía esos mismos altibajos argumentales en las diferentes narrativas, pero lo que yo más disfrutaba eran precisamente las diferencias de las propuestas gráficas. La diversidad de las historias en tanto a calidad y atractivo es parte de toda antología elaborada a manera de revista con tantos autores. Algunas historias en Amor, muerte y robots terminan por ser mejores que otras. El espíritu de Heavy Metal parece estar en la serie en más de un sentido, como Heavy Metal, que llevaba como advertencia a lectores y sobre todo a padres: La revista de historias fantásticas para adultos, Neflix aprovecha el tipo de historias también para posicionarse entre los adultos jóvenes y no tanto como una serie violenta, descarnada y en algunos casos de gran carga sexual en materia de animación, pero sobre todo en muchos de los episodios como una serie inteligente, propositiva y reflexiva.
La ventaja de Sonnie, Más allá de la grieta y Buena cacería, son tres extraordinarios capítulos con carga sexual y con tres tipos de animación diferentes. Mientras en La ventaja de Sonnie la animación recuerda a los juegos para computadora, Buena cacería parece ser un homenaje al gran Moebius, uno de los grandes de la novela gráfica de ciencia ficción y constante colaborador de Heavy Metal y la animación de Más allá de la grieta tiende a un gran realismo, aunque en su momento climático no deja de recordarme a otro de los grandes artistas gráficos y escultores del siglo XX: H.R. Giger, el creador de Alien.



Pero la animación que resulta delirante en la serie es la del capítulo titulado Testigo que trabaja animando y retocando sobre escenas reales, el ritmo desquiciante, la temática de persecución se combinan de manera perfecta para crear la atmósfera ideal para el episodio. La explosión de texturas y cuadros con diferentes tipos de animación presentes en las escenas de mayor violencia, así como las gotas de sangre en cámara lenta ayudan a mantener al espectador sofocándose en la historia, las veces que los personajes llenan de vaho las cámaras invisibles y que sirven de punto de vista solo ahondan en el inquietante clima de incertidumbre que tiene Testigo.
El humor negro también está presente en para mi gusto una de las mejores historias de la serie Tres robots. Otra buena historia con esa carga de humor negro es Necesito una mano. Pero les falla drásticamente en los dos peores episodios de la serie a mi criterio El yogur que conquistó el mundo e Historias alternativas.
Piezas únicas, es una historia de evolución e involución. La historia mecánica de cómo después de la fama y el éxito el personaje, como muchos otros ejemplos en la historia del mundo real lo único que anhela es regresar a los tiempos sencillos de sus inicios. De alguna manera menos humana evoca la frase aquella de Ernesto Sábato de que nuestra patria es la infancia.
Trece de la suerte es sin duda otro de los episodios que no se debe omitir y finalmente está La guerra secreta que cierra la antología, ambas son historias épicas con una narración estupenda. En general la serie no tiene pierde y reivindica el lugar de la novela gráfica en la ciencia ficción, de la animación para audiencias mayores de edad, demostrando que este tipo de narraciones menos convencionales y menos complacientes tienen cabida también entre los miles de millones de usuarios del Internet.
La propuesta de Netflix en materia de animación y ciencia ficción es una muestra de porque en materia de contenidos la plataforma es líder.


Una versión de este texto fue publicada por roaastbrief.com.mx el 1º de abril de 2019
imagen: Netflix.

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